Subte porteño: Metrovías se asegurará un año más de concesión del servicio
Tras el parate derivado del reciente proceso electoral, el futuro del subte de Buenos Aires volvió a ingresar en la arena legislativa.
En el marco de un plenario de comisiones llevado a cabo el martes, la Legislatura giró al recinto el proyecto de ley que abre la discusión para renovar la concesión del servicio por un lapso de 12 años con opción a una extensión por tres más.
El texto en cuestión incluye, además, una prórroga de la prestación que actualmente ejerce Metrovías con vistas a garantizar el funcionamiento de las formaciones hasta tanto se defina quién se hará cargo del subterráneo.
En tanto el PRO se aseguró nuevamente la mayoría en la Legislatura -cerrará el año con 33 representantes-, en el arco político porteño dan por descontado que el larretismo se alzará con el aval para buscar un nuevo operador.
Además de la propuesta a 12 años y el beneficio para la compañía del grupo Roggio, el proyecto fija que "quienes se presenten a dicha convocatoria deberán acreditar experiencia específica no menor a 15 años en la operación de subterráneos o metros y deberán haber transportado en los últimos tres años al menos 150 millones de pasajeros".
Para poder participar de la compulsa, el potencial nuevo concesionario deberá constituir una sociedad anónima y estará obligado a "absorber, a su exclusivo cargo y costo, el personal en relación de dependencia que, a la fecha de la toma de posesión del servicio, esté afectado en forma exclusiva al subte, de acuerdo al listado de dotación aportado por SBASE (Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado)".
En cuanto al rol de Metrovías, la firma "deberá asegurar la regularidad y continuidad de la prestación del servicio no pudiendo consumar el abandono de éste en ningún momento" hasta tanto concluya la licitación.
La actual operadora, habilitada para competir en el proceso que se habilitará en noviembre, es una de las que mejor se perfila para operar el servicio por los próximos 15 años.
La posible continuidad del grupo Roggio es un tema que ya genera debates en gremios como la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP).
En ese sentido, voceros de la organización aseguraron a este medio que en varias reuniones celebradas este año, el Gobierno porteño les acercó como posibilidad la conformación de una sociedad entre Metrovías y un socio internacional que tome parte del llamado a licitación.
En este caso, la firma comandada por Roggio continuaría con el manejo operativo de las formaciones mientras que el nuevo actor se ocuparía de aportar tecnología y financiamiento de cara a futuras inversiones.
Si bien hay interés de firmas extranjeras por sumarse, en el Gobierno reconocen que a cualquiera de ellas le resultaría muy difícil operar el subte.
"Metrovías ya tiene conocimiento del servicio, de los trabajadores y el de años de haber gerenciado las formaciones. Desde el PRO nos dijeron que una sociedad sería lo ideal. Incluso, una propuesta así se impondría con facilidad en cualquier licitación", afirmó a iProfesional Néstor Segovia, secretario de AGTSyP.
Potenciales interesados
Por supuesto que una eventual asociación con Metrovías ya despertó más de un interés fronteras hacia afuera.
Así, entre las compañías que tomaron contacto con el larretismo para indagar sobre las condiciones de funcionamiento del servicio hay dos que comparten un mismo origen: Francia.
La primera es Keolis, que opera el transporte urbano de un copioso número de ciudades de ese país, además del metro de Lyon.
Fuera de los límites de esa nación, participa del negocio de los tranvías, colectivos y trenes suburbanos en Reino Unido, Australia y Canadá.
A modo de ejemplo, en la actualidad tiene asignada la explotación del ferrocarril metropolitano de la ciudad estadounidense de Boston.
En tanto, la otra empresa de la nación gala, RATP, tiene una identidad 100% estatal. Entre otras funciones se ocupa de administrar el metro de París. Similar a Keolis en su estructura de negocios, también tiene a su cargo la explotación de buena parte del transporte urbano en la capital francesa.
Además, ofrece sus prestaciones en Italia, Marruecos, Sudáfrica, Inglaterra y San Pablo.
La tercera en "discordia" es Metro de Madrid, a cargo de la red de subterráneos de la capital española. La relación entre el PRO y esta empresa es de larga data. De hecho, en los últimos años la Ciudad adquirió material rodante de segunda mano para la línea B.
La operación incluyó asesoría técnica por parte de la firma europea por una suma cercana a los 5 millones de euros. En 2007, en tiempos de campaña por la jefatura de Gobierno, Mauricio Macri no dudó en mencionar al subte de Madrid como el ejemplo a imitar en Buenos Aires.
El primer noviazgo entre la Ciudad y Metro de Madrid tuvo lugar en 1985, cuando ambos actores cerraron un acuerdo de asistencia mutua que se prolongó por dos años.
"Los españoles estuvieron visitando las diferentes líneas y recorriendo varias instalaciones. Están interesados aunque de entrada pusieron como alternativa de participación un trabajo en sociedad con la operadora actual", dijo Segovia.
Búsqueda de inversiones
Mientras el devenir del subte comienza a entrar en zona de definiciones, el Gobierno activó la búsqueda de inversores extranjeros para llevar a cabo distintas obras de infraestructura centradas mayormente en el subte.
El macrismo apuesta a desarrollar un plan de iniciativas por algo más de u$s1.400 millones a ejecutar en un lapso de siete años. Según pudo indagar iProfesional, la apuesta más fuerte pasará por el desarrollo de la primera etapa de la línea F, un trazado que atravesará la Ciudad para unir Palermo con el barrio de Barracas.
Las formaciones circularán por debajo de las avenidas Las Heras, Callao-Entre Ríos, Garay y Montes de Oca.
Para alcanzar esta meta, el oficialismo busca socios que aporten los u$s900 millones que requerirá la puesta en marcha de 7 estaciones, unos 6 kilómetros de vías, señalización de última generación y material rodante.
Además de la propuesta pensada para la F, el macrismo también pretende sumar u$s36 millones para destinar a la modernización de la línea A, u$s324 millones que destinará al funcionamiento de la D, y otros 160 millones que se utilizarán para recuperar el rendimiento de la decaída línea C.
Si bien está descartada la posibilidad de extender estos servicios, en Transporte no hay dudas de que los tres recorridos requieren de inversiones para mejorar la frecuencia, la estabilidad de las formaciones, además de la necesidad de hacer efectivo un salto de calidad en términos de confort en cada una de las líneas.
Fuera de estas apuestas, en la actualidad ya hay iniciativas en marcha que tienen al subte como protagonista.
En concreto, la línea D está a un paso de sumar 60 nuevos vagones Alstom, mientras que en los túneles de la C avanzan las tareas diseñadas para poner en funcionamiento un nuevo sistema de señales que funcionan en modo automático.