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Por una disputa entre dos grupos extranjeros, peligra la licitación del puerto porteño

Un conflicto entre 2 de los mayores operadores portuarios del mundo, pone en riesgo los negocios en las terminales de Buenos Aires. Los gremios, en alerta
23/08/2018 - 08:38hs
Por una disputa entre dos grupos extranjeros, peligra la licitación del puerto porteño

La disputa entre dos de los grupos operadores de terminales más fuertes del mundo por los negocios generados en el puerto de Buenos Aires puede hacer peligrar el proceso de licitación de las terminales que el Gobierno quiere encarar el año próximo.

Se trata de un conflicto que enfrenta a Maersk, la compañía de transporte marítimo más fuerte a nivel internacional, y Dubai Ports (DP), un holding de propiedad del Estado de Dubai.

La pelea involucra un negocio millonario para el cual el Gobierno pide inversiones por hasta u$s1.500 millones que deberán ser aportadas por los próximos concesionarios si es que finalmente se abre la convocatoria para renovar a los titulares de las cinco terminales en el marco de una concesión que vence entre el 2019 y el 2020.

El primer grupo está a cargo de la Terminal 4 junto a Hamburg Sud y APM Terminals, mientras que el grupo ubicado en los Emiratos Árabes Unidos es el accionista mayoritario de Terminales Río de la Plata (TRP), a cargo de las áreas 1,2 y 3 del puerto, en sociedad con el grupo local propiedad de Alfredo Román.

Tal como viene informando iProfesional, ambos conglomerados se vienen enfrentado por el negocio del despacho de los contenedores desde que Maerks se fusionó con Hamburg Süd.

Tras esa unión, la terminal que ambos controlan en el puerto porteño incrementó sus operaciones, debido a que su nuevo socio decidió dejar de enviar sus contenedores al resto de las terminales para concentrarlas en la propiedad de Maersk.

La decisión provocó una fuerte caída del 35% en el volumen de actividad de TRP, según sus accionistas y llevó a la sociedad a pedir al Ministerio de Trabajo la apertura de procedimiento preventivo de crisis para despedir trabajadores pagando el 50% de las indemnizaciones.

La semana pasada hubo negociaciones contrareloj entre ambos conglomerados extranjeros para evitar que el conflicto se profundice al punto que termine por paralizar totalmente las actividades del puerto porteño si es que los gremios cumplen con la advertencia de adoptar medidas de fuerza.

Las conversaciones se encaminaron en la cartera laboral que dirige Jorge Triaca y tenían el visto bueno de Gonzalo Mórtola, titular de la Administración General de Puertos (AGP), y de los gremios encabezados por Juan Carlos Schmidt, secretario General del Sindicato de Dragado y Balizamientos y miembro del triunvirato que conduce la CGT.

El objetivo era intentar que Maersk y DP lograran consensuar una salida que permita mejorar la situación económica de TRP y recuperar la estabilidad social en el ámbito portuario.

Como parte de la propuesta impulsada por todos los sectores involucrados en la actividad y hasta bendecida en la Casa de Gobierno buscaba que Maersk volviera a operar con los niveles de carga a mayo pasado cuando comenzó a tener más peso en el negocio.

En ese marco, y para evitar un eventual conflicto sindical de inciertas consecuencias en el ámbito portuario, se le pidió al grupo europeo que resignase parte de lo que ganó en estos meses para que su competidora recomponga sus ingresos y no tenga que despedir personal.

A cambio, TRP levantaría el pedido de PPC y hasta ajustaría los salarios de su personal al mismo porcentaje cerrado por las demás operadoras en el marco de la paritaria del sector.

Además, se mantendría la estabilidad laboral y se contribuiría a evitar que el conflicto se generalice y hasta amenace el plan del Gobierno de re licitar las concesiones gracias a un acuerdo que permitirá contar con un marco de seguridad jurídica, estabilidad económica y paz sindical.

El acuerdo iba a ser refrendado el Jueves de la semana pasada en Trabajo pero la casa matriz de Maersk habría cambiado de postura para mantener los mismos volúmenes de operación. Esto hizo que TRP acelere el pedido en la cartera laboral para enviar, en un principio, 160 telegramas de despidos, de un total de 800 trabajadores.

De hecho, hoy por la tarde la situación podría terminar de explotar si no se llega a un acuerdo definitivo, generando consecuencias sociales y laborales y dejando sin actividad al Puerto de Buenos Aires ya que desde los gremios adelantaron que “habrá paro” si no hay acuerdo.

Un riesgoso escenario que se daría justo en momentos en que la economía del país atraviesa por una fuerte crisis y se espera que la recesión se profundice en los próximos meses.La situación ya se cobró la primera víctima debido a que TRP decidió finalizar un contrato que tenía con la Terminal 7 que ahora deberán buscar otros contratos para seguir adelante con sus actividades. Incluso comenzaron a negociar el contrato que poseen con IRSA, grupo dueño del terreno donde opera la Terminal 7.

De manera paralela estarían buscando mudar su operación hacia en el puerto porteño en el marco de un posible acuerdo con AGP en reuniones mantenidas con el Equipo que lidera Gonzalo Mórtola y contando a la vez con el respaldo de un socio europeo.

Desde despachos cercanos al presidente Maurio Macri admitieron a iProfesional la preocupación oficial por este posible conflicto y se mostraron contrariados al entender que una decisión tomada en el exterior podría afectar la paz social que hoy se vive en el ámbito portuario.

Enmarcan la situación en el actual contexto político y económico que vive el Gobierno, con varios frentes abiertos a partir de la recesión, la caída del consumo, la inflación, la cotización del dólar y el caso de coimas y sobornos descubierto a partir de los cuadernos del chofer Oscar Centeno.

Es más, en algunos círculos, se ve también con preocupación la intervención de la Diputada Elisa Carrió en la activación de la causa de ¨Mafia del Puerto¨, que oportunamente denunciara y que fuera impulsada desde AGP.

Tanto este dato como el posible paro que llevarán a cabo los gremios portuarios si no hay acuerdo generaría un foco de tensión en el proceso de relicitación de las concesiones de todas las terminales y hasta podría tener derivaciones impensadas en la decisión de Maersk de convertirse en el único operador del puerto porteño.

Tambien se esta observando con detenimiento el conflicto desde el Senado de la Nacion para evitar que no se encuentre una solución sin que las victimas fueran lo trabajadores como fuera en 1995 Termianl 6.

Así las cosas, por estas horas las conversaciones y negociaciones tienen como meta descomprimir este coctail explosivo para mantener la tranquilidad en la zona.