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Buenos Aires Design en versión "gasolera": IRSA se llevó hasta los carteles y ahora lo administran entidades sin fines de lucro

A comienzos de este mes, el centro comercial comenzó a operar con otro nombre. Los locatarios mantuvieron los empleos y cubren sólo los costos operativos
04/02/2019 - 11:00hs
Buenos Aires Design en versión "gasolera": IRSA se llevó hasta los carteles y ahora lo administran entidades sin fines de lucro

Por estos días, se respira algo de tranquilidad en el predio donde hasta hace no mucho funcionaba Buenos Aires Design, en el barrio de Recoleta: los locatarios ganaron un poco de oxígeno y se aseguraron, al menos por lo que resta de 2019, no tener que cerrar sus puertas. 

Tras los cimbronazos del último tramo de 2018, que tuvo como principal evento la salida de IRSA de la administración y la decisión del Gobierno porteño de negociar con los comerciantes un freno a cualquier intento de desalojo, el ex shopping de lujo avanza ahora -con muchos menos comercios abiertos- hacia un período de transición que se extenderá al menos hasta fin de año.

A partir de ese momento, comenzará a definirse quién o quiénes ejercerán el rol que la firma controlada por Eduardo Elsztain mantuvo a lo largo de los últimos 25 años.

Hoy por hoy, lo más llamativo es que el emprendimiento abre cada día sus puertas bajo la gestión de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) y la Cámara de Empresarios Madereros y Afines (CEMA), dos asociaciones sin fines del lucro.

Se trata de una situación totalmente impensada hace menos de un año, cuando IRSA administraba el predio. 

La consigna de mantener los puestos comerciales en funcionamiento y salvaguardar los puestos de trabajo pudo cumplirse a partir del acuerdo con el larretismo, y los comerciantes confían en que llegarán a diciembre sin ninguna sorpresa en las condiciones para operar.

La retirada de la compañía de Elsztain implicó para quienes operan dentro del emprendimiento incluso el desarrollo de una nueva denominación para el complejo.

"IRSA se llevó hasta los carteles, además de que mantiene el dominio comercial del Buenos Aires Design", aseguró a iProfesional un locatario del shopping.

De ahí que, por decisión de AHRCC y CEMA, y en coincidencia con quienes alquilan los locales, el complejo arrancó el año con una nueva identidad: "Destino Buenos Aires", acompañado por la frase "Mall de Diseño y Decoración".

"IRSA tenía decidido retirarse el 18 de noviembre, finalmente lo terminó haciendo el 5 de diciembre. Ahí cambió la administración", comentó a este medio la representante de uno de los principales puntos comerciales del lugar.

"Y en cuanto la compañía descolgó el cartel en diciembre, nos vimos en el apuro de ponerle un nombre al complejo. Como, justamente, lo que menos teníamos era tiempo, se tomó uno que las asociaciones ya tenían registrado", agregó. 

En "Destino Buenos Aires" funcionan en la actualidad 27 locales de decoración y muebles y 8 locales distribuidos en el primer piso, donde funciona el patio destinado a la gastronomía.

Tal como aseguraron a iProfesional fuentes cercanas a las asociaciones que conducen el emprendimiento, durante el período de incertidumbre por el final de la concesión y el cambio de administrador, cerraron sus puertas el café Champs Elysees y las tiendas Geo Bazar y Archivos Activos.

Además, en el último tiempo, el shopping venía funcionando muy por debajo de su potencial, dado que en su momento de esplendor llegó a contar con unos 70 locales activos. 

Transición

Ante la consulta respecto de cómo es el funcionamiento de "Destino Buenos Aires", las fuentes consultadas reconocieron que los locatarios no abonan ningún monto en concepto de alquiler, aunque remarcaron que todos los comerciantes corren con la obligación de afrontar los gastos comunes en rubros como limpieza, seguridad y servicios en general.

"Las asociaciones que administran el complejo son sin fines de lucro y de ahí que no reciben montos por alquiler. Esto también parte del acuerdo al que se llegó con el Gobierno de la Ciudad y siempre desde la perspectiva de que no se pierdan las fuentes de trabajo", argumentó una voz consultada por iProfesional.

Dicho estado de situación se extenderá hasta diciembre, pero no faltan entre los locatarios aquellos que dan por descontado que la elección de un nuevo administrador por parte de la Ciudad no se resolverá sino bien entrado el año 2020. 

"El llamado a licitación se hará mucho más allá de diciembre. Todavía se desconoce cómo responderá el Ejecutivo porteño en un año clave en términos electorales para todo el macrismo. La Ciudad debe cumplir con varios trámites, diseñar y definir los pliegos, hacer el llamado, establecer quién es el ganador. Es un proceso que resultará muy difícil de llevar a cabo en apenas un año", se esperanzan desde el entorno de las administradoras.

Por lo pronto, los comerciantes aprovechan el año de gracia y ya elaboran acciones para garantizar una mayor afluencia comercial al ex Buenos Aires Design.

"Se está trabajando en un fondo de marketing para profundizar la promoción de 'Destino Buenos Aires' y ampliar la comunicación", detallaron a este medio.

Con relación a las pautas vigentes para AHRCC y CEMA, las entidades administran un fondo común pero hasta ahí llega la intervención. No pueden elevar reclamo alguno o exigir indemnizaciones de ningún tipo.

Además, iProfesional supo que al centro comercial no pueden sumarse nuevas empresas pero, para controlar que el nivel de ocupación mantenga cierto porcentaje, se habilitó a las comerciantes para que -en caso de interés- sí puedan asumir la explotación de los locales que hoy permanecen cerrados.

Las fuentes de "Destino Buenos Aires" con las que dialogó iProfesional aseguraron que, a partir del pago exceptuado de los alquileres, los locatarios podrán implementar sendas campañas de rebajas de hasta un 50 por ciento en algunos de los productos que se comercializan dentro del shopping, un incentivo que funcionará como un gancho en momentos de pérdida de poder adquisitivo y de baja general del consumo. 

IRSA debe ABL

En otro orden de cosas, el fin de la concesión del Buenos Aires Design -manejado desde 1993 por Emprendimientos Recoleta (ERSA) del grupo IRSA- develó que en los 25 años que la firma administró el shopping nunca se le pagó el ABL al gobierno porteño.

De ahí que, a fines de diciembre, la Ciudad acelerara el reclamo para que se cancele dicha deuda. Un aspecto a destacar radica en que, como los primeros 20 años de morosidad ya prescribieron, el larretismo sólo podrá exigirle al holding que lidera Eduardo Elsztain unos 57 millones de pesos.

Como ya se detalló, la concesión fue administrada por ERSA hasta principios de diciembre. Emprendimientos Recoleta tiene como socios a IRSA y al detenido y acusado de estafa y lavado de dinero, Enrique Blaksley Señorans, presidente y socio mayoritario de Hope Funds.

Según trascendió en las últimas semanas, el reclamo administrativo recién se realizó en el segundo mandato de Mauricio Macri, lo que permitió que la deuda de 1993 a 2012 prescribiera y el reclamo sea sólo por lo adeudado de 2013 a 2018.

Al parecer, la negativa a pagar ABL por parte de la empresa se fundamenta en el tiempo en que se llevó a cabo la firma de la concesión. Esta se inició en noviembre de 1993 con la gestión del intendente Saúl Bouer, pero se habría comenzado a negociar en la gestión de Carlos Grosso, la cual concluyó el 26 de octubre de 1992.

Justamente, con los equipos técnicos de Grosso se habría acordado una excepción al pago de ABL.

En paralelo, los últimos tiempos de la firma controlada por Eduardo Elsztain al frente del hoy ex Buenos Aires Design estuvieron marcados por otro tipo de controversias, como el irrisorio canon que IRSA abonaba en una de las zonas más cotizadas de Capital Federal.

La compañía, de hecho, cerró su administración desembolsando pagos de apenas 15 pesos por metro cuadrado.

En septiembre de 2017, una investigación llevada a cabo por la Auditorí­a General de la Ciudad determinó que en la zona el valor de esa misma unidad era casi 30 veces más: $425 el metro cuadrado.

A IRSA le bastaba con la facturación de una parte de las 174 cocheras emplazadas en el inmueble para cubrir los más de $397.500 por mes que el Gobierno porteño le exigía en concepto de permiso de explotación.

Esta cifra tan exigua le garantizó a Elsztain un beneficio de millones de pesos durante varios años. En este sentido, cabe destacar que por el alquiler de dos locales de 250 metros cuadrados un inquilino llegó a pagar hasta 450.000 pesos, incluyendo expensas e IVA. 

Por supuesto, sin contar que el costo de llave en tiempos de IRSA era de tres alquileres anuales y la comisión de Fibesa -la empresa que alquilaba los espacios- alcanzaba al 6 por ciento. 

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