Una de las sociedades dueña de Musimundo acaba de entrar nuevamente en default al no poder abonar a término los intereses de una serie de Obligaciones Negociables (ON) que vencen a fin de este mes de noviembre.

Se trata de CARSA, una de las dos accionistas de la cadena de electrodomésticos junto a Electrónica Megatone (EMSA). Ambas empresas mantienen un particular vínculo de negocios alrededor de la marca Musimundo mediante el cual comparten la publicidad y el marketing pero operan de manera independiente en el negocio, la comercialización, el financiamiento, sus locales, la logística y la distribución.

De hecho, hace unas semanas atrás EMSA se hizo cargo de 37 locales que pertenecían a CARSA, entre figuran más de una docena de tiendas que habían cerrado y que a partir de ese acuerdo volverá a abrir sus puertas.

Sin embargo, el directorio de CARSA informó sobre la imposibilidad de cancelar el pago de servicios de interés correspondiente a ON Serie VIII y Serie IX Clase B que debería abonar el próximo sábado 30 de noviembre.

"Se mantiene a la fecha el contexto de baja de ventas y altas tasas de financiamiento que imposibilitan el cumplimiento de este compromiso", dice la carta enviada por CARSA a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires a modo de justificación de su nuevo default.

En el informe, la empresa se compromete a modificar este complicado panorama y cancelar sus deudas "en cuanto cuente con recursos suficientes" y a pagar además los intereses compensatorios y moratorios previstos en las condiciones de emisión de las ON.

Se trata de la segunda vez que CARSA incumple con la obligación de cancelar estos títulos. La anterior fue en marzo pasado cuando alegó las mismas razones para defender la decisión, además de un menor abastecimiento por parte de sus proveedores, entre otras razones, por un faltante de caja de algo más de $700 millones.

Antes de esa fecha, la sociedad con sede en la provincia del Chaco, había anunciado un acuerdo con sus acreedores para refinanciar el pago de sus ON en cuatro cuotas. En febrero pasado, realizó la primera cancelación que le representó un desembolso de $108 millones por intereses. Pero luego dejó de cumplir.

Durante este año, la cadena cerró 43 sucursales en varias ciudades del país y en la Capital Federal, fuertemente afectada por el contexto de crisis que atraviesa el consumo y que afecta a distintas empresas del mismo sector como Garbarino, Frávega y Ribeiro, entre otras.

Hace unas semanas atrás acordó con su socio EMSA el traspaso de todos los locales que había cerrado con sus 335 trabajadores, de los cuales 160 habían sido despedidos y ahora fueron reincorporados.

Con este cambio de manos, de los más de 220 locales de Musimundo que hay en el país, 170 están a cargo de EMSA, mientras que CARSA se quedó con los otros 45 establecimientos.

De todos modos, la sociedad sigue en concurso preventivo de acreedores que presentó a mediados del año pasado y mediante el cual busca reestructurar una deuda cercana a los $1.000 millones con un grupo de bancos.