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Por la crisis argentina, se frenaron las obras para levantar la única Trump Tower de América latina

El cepo para la compra de dólares y la desvalorización del peso afectaron la continuidad del millonario emprendimiento por falta de inversores
06/12/2019 - 00:11hs
Por la crisis argentina, se frenaron las obras para levantar la única Trump Tower de América latina

La Trump Tower, la única torre que la desarrolladora inmobiliaria de la familia del presidente de los Estados Unidos iba a construir en América latina, tardará más años de los proyectados para convertirse en realidad.

Por lo menos hasta que los coletazos de la crisis económica y financiera de la Argentina, la crisis social que sufren varios países de la región y los problemas propios del grupo empresario continúen.

El emblemático edificio, que necesita una inversión de u$s150 millones para ser finalizado, se está construyendo en Punta del Este. Y según habían anunciado sus desarrolladores iba a ser inaugurado en mayo pasado, plazo que no se cumplió y que por la situación actual de la obra, tiene destino incierto.

De hecho, a fines de noviembre la empresa a cargo del este emprendimiento despidió a la totalidad de los trabajadores afectados a la obra por tiempo indeterminado debido a la falta de fondos para continuar con la construcción.

En el caso de la situación argentina, la imposibilidad de acceder a la libre compra de dólares y a la constante desvalorización del peso, llevó a los inversores locales interesados en comprar unidades en la Trump Tower.

Pero también existen otros factores como determinantes de los problemas que viene atravesando este desarrollo inmobiliario. Por un lado, se le suma las crisis sociales y económicas que sufren otros países de la región que iban a aportar potenciales compradores como Chile y Brasil.

Y por otro lado, los problemas propios que atraviesa el grupo inmobiliario que dirige Eric Trump, uno de los hijos del Jefe de Estado norteamericano, que aduce dificultades financieras para sostener sus obras fuera de los Estados Unidos.

En Uruguay y Argentina, el diseño, desarrollo, construcción como la comercialización de este emprendimiento es liderado por la empresa YY Development Group y la inmobiliaria Lijtmaer Propiedades.

Si bien los responsables de estas empresas no quisieron hacer declaraciones a iProfesional, aclararon que se encuentran exclusivamente dedicados a solucionar el problema.

"Están tratando de resolver la falta de financiación, de obtener dinero para finalizar la obra y avanzar, por lo cual no la abandonaron", aseguraron fuentes cercanas a quienes intentan construir esta torre ubicada en la Parada 9 y media de La Brava, más precisamente en la Rambla Lorenzo Batlle Pacheco, entre Avenida del Mar y Avenida Roosevelt.

El desarrollo comenzó su construcción en el 2013 pero tras seis años de obras, todavía le resta un 40% para quedar totalmente finalizada. Sin embargo, la situación actual hace que el plazo en el cual sus futuros habitantes puedan hacer uso de sus viviendas no esté definido. Incluso, en junio pasado un informe publicado por el diario The New York Times sostenía que una gran cantidad de inversores que compraron unidades en la torre buscaban venderlos, provocando un problema adicional: la baja de los precios.

Esto, teniendo en cuenta que se trata de 154 unidades de ultra lujo, al mejor estilo de las que ya existen en Nueva York o Dubai, ubicados en una torre de 22 pisos, con unidades que tienen entre 113 y 300 metros cuadrados, con un valor promedio que ronda los u$s6.000 el m2.

En total están proyectados 32.000 m2, de los cuales 22.000 m2 se plantean como áreas comunes con 12.000 m2 reservados para amenities de todo tipo. También están previstos cuatro subsuelos, 350 cocheras y hasta la única cancha de tenis indoor o bajo techo de Punta del Este, con capacidad para 250 espectadores y medidas profesionales.

Sus últimos pisos, el 19 y el 20, fueron reservados para dos exclusivos penthouse, de 831 m2 con acceso directo a un helipuerto diseñado en el piso 22 y con precios que iban a rondar los u$s10 millones cada uno.

Para el Times, el edificio en Punta del Este se está transformando "en la última debacle del amplio portfolio Trump" y no se encuentran fondos para seguir solventando su subsistencia.

Por ese motivo, los 40 obreros agremiados en el sindicato Sunca, fueron cesanteados en sus tareas por lo que evaluaron la posibilidad de iniciar acciones legales contra Aetos SA, la empresa que representa los intereses de la familia Trump en Uruguay.

Además, la empresa constructora les pidió en septiembre pasado y a través de una nota que renunciaran con la promesa de que si firmaban ese acuerdo de desvinculación iban a ser contratados nuevamente durante este mes de diciembre para retomar las obras.

Luego hubo una audiencia en el Ministerio de Trabajo, donde el personal de Faroy, que se encarga de la comercialización de las unidades, y los obreros de la torre llegaron a un preacuerdo. Pero luego recibieron una nueva nota en la que se les proponía enviarlos al "seguro de paro por dos meses", por lo que deberían ser retomados en diciembre.

Y tras un encuentro entre representantes del grupo empresario y dirigentes de Sunca se hizo mención a la posibilidad de retomar las obras dentro de seis meses. Es decir, a partir de mayo del 2020, siempre que las condiciones económicas y financieras lo permitan. También se les prometió a los obreros que están en el seguro de paro un pago mensual durante tres meses.

Desde un principio, la Trump Tower se pensó para ser habitada por un comprador exclusivo, profesional, de muy altos ingresos, mayores de 45 años y en su mayorí­a argentinos, de apellidos famosos o familias reconocidas dentro del mundo corporativo.

Su objetivo sería usarlo como residencia permanente, vivienda para después del retiro profesional o, en algunos casos, como inversión. De hecho, importantes hombres de negocios, abogados, arquitectos, economistas y hasta un jugador de fútbol de uno de los clubes más reconocidos del mundo ya se animaron a comprar una de sus unidades.

Hasta abril pasado, el valor de la unidad más barata se ubicaba en torno a los u$s640.000, por un dos ambientes en 113 m2. En el caso de las más caras, obviamente se trata de los penthouse que todavía no fueron finalizados. Pero en el medio se ofrecían otras opciones con menos m2 pero con varios ambientes más que los de dos habitaciones.

En todos los casos, la empresa comercializadora prometía entregarlos "totalmente equipados con heladeras, cocinas, equipos de aire acondicionado, microondas importados de Estados Unidos y Alemania".

La torre se lanzó en enero del 2013 y la obra arrancó en octubre del año siguiente y sus unidades se comenzaron a ofrecer con una atractiva propuesta de financiamiento que permitía pagar un 10% al momento de reservar la unidad, otro 15% al firmar el compromiso de compraventa y 25% restante a pagar en cuatro cuotas semestrales de 6,25%. El otro 50% del valor se podría cancelar financiado a 20 años a partir de la entrega de la unidad, con una tasa del 6% anual.

En su momento, los responsables del empredimiento explicaron que existía una fuerte demanda por pertenecer a esta torre debido a quue el edificio y su marca son considerados "aspiracionales" y no existe otro desarrollo equivalente en el mercado con cancha de tenis cubierta; sectores indoor para práctica de golf;  piscina exterior climatizada; dos piscinas cubiertas; microcine privado; un supermercado y hasta un helipuerto.

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