La frase de la ministra de Economía, Silvina Batakis, sobre la colisión del derecho a viajar con el derecho al empleo se terminó transformando en una nueva medida del Gobierno en contra de quienes quieren pasar unos días de vacaciones en algún centro turístico extranjero.

Es decir, con el aumento del 10% al impuesto y gastos adicionales que se aplica al llamado dólar turista que, a partir de este 14 de julio pasó a costar alrededor de los $236.

Un valor que todavía mantiene una elevada brecha de $40 por unidad si se lo compara con la cotización actual del dólar blue que abrió en torno a los $276.

Desde el Gobierno explicaron que la suba de la percepción a cuenta de los impuestos a las Ganancias y sobre los Bienes Personales para operaciones destinadas al consumo de dólares para viajes y gastos en el exterior, cuya alícuota pasará del 35% al 45%, forma parte de las acciones destinadas a garantizar el equilibrio y promover la solvencia del Estado como promotor de la actividad económica.

Así lo aclaró la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en la resolución dada a conocer este miércoles por la noche que tomó por sorpresa, en especial a quienes ya tenían comprado un paquete para pasar algunos días en el exterior aprovechando las vacaciones de invierno.

Cuánto cuesta pasar las vacaciones de invierno en Río de Janeiro

De este modo, aquellos argentinos que opten por esta manera de descansar y utilicen sus tarjetas de crédito o débito en el exterior verán convertidos esos gastos en el próximo resumen bancario de la moneda de origen a dólares y luego a pesos argentinos, según la cotización del dólar turista del momento de pago.

Algo que sucederá si, por ejemplo, se opta por uno de los destinos más elegidos por los argentinos por su clima y su cercanía como es Brasil.

Y dentro del país más grande del Mercosur, las playas de Río de Janeiro, hasta adonde se trasladó este periodista durante la semana anterior a la puesta en vigencia de la nueva restricción al dólar turista.

Se trata de una de las más famosas ciudades del mundo; imagen de paraíso tropical desde que los primeros europeos llegaron a sus costas hace más de cinco siglos; sinónimo de sol, playas, carnaval y por supuesto fútbol.

Sol y cultura

Con casi siete millones de habitantes, es la segunda ciudad más poblada de Brasil, rodeada de paisajes naturales e íconos creados por el hombre como el Cristo del Corcovado o el mirador del Pan de Azúcar, al punto que ha sido declarada como Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Su clima es ideal para los amantes del mar, del sol y de los deportes acuáticos, con temperaturas cálidas durante casi todo el año.

Río de Janeiro ofrece atractivos turísticos a precios accesibles a pesar de las nuevas medidas dispuestas por el Gobierno

A pesar de ser invierno, en estos días de julio, la temperatura de la ciudad que hizo famosa a la "garota do Ipanema" tiene días de 24 grados y otros de hasta 30 grados y el sol que amanece bien temprano, a las 6 de la mañana, aunque oscurece también temprano, a las 17 horas.

Sus playas no son atractivas sólo por su mar, ya que también se transforman en puntos de reunión donde se mezclan turistas o residentes para ejercitarse, disfrutar del sol o jugar alguno de los famosos deportes de playa como el futevoley, o vóley sin manos, "made in Río".

Así, recorriendo las principales zonas de la "cidade maravilhosa", de sus bares, restaurantes y comercios se puede asegurar que, a pesar de este nuevo cepo o restricción, se puede gastar igual o menos que pasando algunos días en un centro vacacional argentino.

Comer y recorrer

En este sentido y según la experiencia personal, es conveniente utilizar dinero plástico para realizar los pagos y no llevar dólares para cambiar, más que nada por la diferencia de precio entre el billete turista y el blue.

Comer en alguna de sus playas, para dos personas puede llegar a costar $4.000 

Más allá de esta variante, no es recomendable viajar con pesos argentinos ya que, además de tener una insignificante cotización de $0,02 por unidad, no es recibido en ningún local.

Claro está, también hay que poner del lado del haber el costo de un pasaje aéreo para cruzar a Brasil que puede llegar a los $120.000 para un ticket de ida y vuelta en promedio, en comparación con los precios de los vuelos de cabotaje.

Salvo que se pueda abonar su totalidad o parte con millas acumuladas por compras con tarjetas de crédito o débito de algún banco asociado a una línea aérea.

O que se adquiera un paquete completo, con traslado y estadía en alguno de los hoteles que ubicados en zonas como Copacabana; Ipanema; Leblon o Barra de Tijuca, por nombrar los balnearios más tradicionales de Río de Janeiro.

En este sentido, los establecimientos hoteleros con más o menos estrellas proponen ofertas especiales que, depende de la ubicación y categoría, llegan hasta los $14.000 diarios.

Precio que si se lo convierte a dólar turista ronda los u$s59 para la última cotización o que puede bajar a u$s50 si la comparación es con el dólar blue.

También seducen a los turistas con tours por toda la ciudad, visitando los lugares más tradicionales de Río como el estadio Maracaná; el barrio de Lapa; las escaleras de Salerón; el Corcovado; el Sambódromo; la Catedral; el Cristo y el Pan de Azúcar, entre otros destinos.

Se pueden hacer además visitas a otros balnearios cercanos como Arraial do Cabo; Cabo Frío y hasta pasar un día en Buzios. En todos los casos, con micro que recoge a los turistas en la puerta del hotel e incluye almuerzo sin bebida, con precios que van de los 170 reales a los 200 reales por persona. Esto es, entre u$s31 y u$s36, que al tipo de cambio del dólar turista, se transforman en $7.316 u $8.496, siempre por persona.

En cuanto a comer en la playa, pasar el día puede llegar a costar alrededor de $4.000 para dos personas, consumiendo entre cuatro y seis latas de cerveza; comiendo productos de mar como camarones; rabas; cazón o filet, acompañados por papas fritas y arroz, y tomando dos caipirinhas, por ejemplo.

De manera unitaria, el precio de una lata de cerveza servida bien helada en sobre la costa del mar llega a los 8 reales que son u$s1,46 pero que luego se deben convertir a pesos según la cotización del dólar turista, algo así como $345.

En el caso de los cazones; filet; camarones o rabas y el acompañamiento, el costo va de los 90 reales a los 130 reales, según el menú que se elija. Es decir, de u$s23,84 a u$s18 que, nuevamente, habrá que pasar a pesos, según el valor del dólar turista.

Las famosas caipirinhas en la playa se pagan 20 reales o u$s3,66. Es decir, alrededor de los $900, aunque hay algunos bares que ofrecen dos por uno en este tipo de bebidas.

Cabe recordar que cualquier vendedor ambulante que recorre las playas de Río ofrece pagar las compras con tarjetas y hasta con alguna de las app de pagos por el celular sin que esa operación implique algún recargo en la cuenta final.

Si se piensa en tomar una gaseosa, el costo ronda los seis reales (u$s1.10 o $237), lo mismo que un agua con o sin gas, siempre en uno de los bares que recorren las "beiramar" de los balnearios, famosos por la calidez en la atención del personal y por la calidad de sus propuestas gastronómicas.

Si en lugar de almorzar o cenar platos con pescado o productos de mar se opta por un chocho o "milho quente", el precio es de 10 reales. Lo mismo hay que pagar por un tradicional "queijo quente", mientras que para las hamburguesas, los costos rondan los 25 reales (u$s4.58 o $1.000) para una completa. Pero puede bajar a los 15 reales para una simple, y también se puede optar por el pancho o "cachorro quente" que cuesta 8 reales.

Góndolas convenientes

Ir al supermercado también le puede ofrecer al turista precios mucho más económicos que los que actualmente se pagan en las góndolas argentinas, en especial para productos necesarios a la hora de llenar una heladera si se optó por pasar las vacaciones en un departamento alquilado a través de alguna de las páginas que ofrecen este tipo de alojamientos.

En ese caso, una gaseosa en lata cuesta dos reales que se transforman en siete reales para una botella de litro y medio.

En tanto, la lata de cerveza se paga entre cuatro y seis reales, según la marca. Y si la idea es llevar sanguches a la playa, 250 gramos de jamón se pagan 13 reales y otro tanto de queso de máquina, 11 reales.

Un litro de leche ronda los 8 reales; un paquete de azúcar los 6 reales; medio kilo de café, entre 18 reales y 21 reales; el pan de molde cuesta de 7 reales a 8 reales. Todos, valores que, repetimos, luego se transforman en dólares en el resumen de la tarjeta para terminar siendo abonados en pesos, según la cotización del dólar turista.

En las góndolas de los supmercados de Río los precios son más convenientes que en los de las grandes cadenas locales

En cuanto a los precios de la tecnología; la ropa y el calzado, entre otros artículos que se pueden encontrar recorriendo un shopping, también existen ofertas o productos que convienen más que en Argentina.

Una remera de primera marca de una de las casas italianas más reconocida se paga 600 reales o cerca de u$s109, que al precio del dólar turista supera los $23.000 mientras que al valor del blue llega a los $27.000.

Lo mismo ocurre con un par de zapatillas top, cuyos valores rondan los 1.000 reales.

Sin embargo, también se pueden conseguir ofertas por productos que están mucho más baratos que en Argentina, a pesar del costo fiscal que el Gobierno le impone a las compras en el exterior con moneda extranjera para residentes argentinos.

De ese modo, se pueden comprar zapatillas deportivas con un 50% más baratas que en una tienda porteña; un jean de primera marca a un 25% más barato; al igual que un vestido o una malla de baño que en las playas se pagan alrededor de 60 reales para una bikini de mujer. O sea, u$s11 dólares o cerca de $2.400 al tipo de cambio del dólar turista.