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Messi no llegó a usarlos, pero esta marca fabricó los primeros botines de color que calzaron los cracks de la Selección

Era muy popular en los 60 y 70. El Indio Gómez, ídolo de Quilmes, quedó marcado por una particular situación en un partido con River. La historia
14/04/2023 - 18:08hs
Messi no llegó a usarlos, pero esta marca fabricó los primeros botines de color que calzaron los cracks de la Selección

Probablemente ni Messi, ni ninguno de los cracks que ganaron la tercera estrella los tuvieron alguna vez en sus pies, pero los de la época de los 60 y 70, los usaron todos. Antonio Rattín contó una vez que cuando fueron al Mundial del 66, entre Adidas y Puma pusieron u$s3.200 para que los titulares usaran la mitad botines Puma y la otra mitad, incluido el capitán, Adidas.

"Como yo era el capitán, me tuvieron que dar Adidas. Pero no había talle porque yo calzo 45. ‘No fabricamos botines tan grandes, no tenemos’, dijeron. Entonces les tuve que dar los Fulvence míos, los que usaba siempre. Se los llevaron, les cosieron las tres tiras y así pasaron a ser Adidas", contó el mediocampista de Boca, que vivió un momento histórico al ser expulsado contra Inglaterra, el país anfitrión, de forma verbal. En ese momento no existían las tarjetas, que se crearon después de ese particular episodio.

Botines de calidad nacional

En los 60 y 70, la marca que mandaba en fútbol local, la elegida por los profesionales y cracks de selección como Rattín, era Fulvence. Fundada en los 50 por Esteban Hrycyszyn, un inmigrante de origen polaco del que poco se sabe, se propuso fabricar el típico calzado deportivo de calidad y de origen nacional. La fábrica estaba en Independencia 160, en Sarandí, y también, con los años, se dedicó a la producción de pelotas, guantes y equipos de camiseta y short.

Desde sus comienzos, la empresa se propuso innovar. En la década del 50 los botines eran todos de cuero vacuno, la puntera también era de ese material, algo que los hacía muy duros. "Por investigaciones propias y sugerencia de los propios futbolistas, la puntera se volvió blanda y los tapones, trabajados manualmente, adoptaron la forma cónica definitiva", cuentan en su Facebook oficial, y agregan que el 1952, con la incorporación de maquinaria nueva, lograron implementar nuevas mejoras que les habían hecho llegar los equipos de Primera División del Fútbol Argentino.

Los pioneros del color

Naturalmente, la selección, conformada por todos jugadores del fútbol local, también utilizaba esos botines. Los Fulvence formaron parte del equipamiento del plantel campeón de la Copa de Naciones en Brasil, un torneo intercontinental organizado por la Confederación Brasileña de Fútbol en 1964 para conmemorar los 50 años de su fundación, gue ganó Argentina venciendo a Inglaterra la final con un gol de Alfredo Rojas. Enseguida, hubo un boom de demanda del modelo utilizado: el Selección 64, que se volvió un verdadero hito dentro de la marca.

"Fue un botín revolucionario para la época, que consistía en una capellada en tono celeste con tres bandas blancas que reproducían la bandera argentina. Fue el primer botín de color –cuenta una página de la empresa­­–. Debieron transcurrir tres décadas para que otras marcas de prestigio mundial incursionaran en cambios en la estética del botín, aplicando variantes cromáticas distintas al clásico negro", aseguran.

Hacia los 90, la empresa entró en crisis y los botines dejaron de fabricarse, pero tuvieron una revancha en 2005
Hacia los 90, la empresa entró en crisis y los botines dejaron de fabricarse, pero tuvieron una revancha en 2005

Luego llegarían más modelos como Tres bandas, Mocasín, Clásico, Ligero y Universo que introducirían otra novedad: la suela de goma y los tapones desmontables. El primer modelo con esas características fue Mundial México 70 (en honor a la Copa del Mundo que iba a disputarse en ese país) y ya en el Mundial de Argentina 78, los tapones de aluminio significaron otra revolución conceptual.

Aquellos botines blancos

A mediados de la década del 70 Fulvence también fue protagonista de un hecho curioso e histórico: el Indio Gómez, temible delantero de Quilmes que había logrado el ascenso a Primera antes de la última fecha, saltó a la cancha de Vélez con botines blancos, lo que generó una repercusión impensada, similar a lo que hoy, con las redes sociales, sería una viralización inmediata.

El Indio, fallecido en 2021, contó que nunca tuvo la intención de provocar semejante efervescencia: "Nueva Chicago pidió disputar el partido en la cancha de Vélez para aumentar la recaudación. Ese día la gente de Fulvence donó equipos y botines para que nos saquemos una foto que ellos iban a poner en su fábrica. Nos eligieron porque habíamos salido campeón y usábamos blanco, a ellos les venía muy bien", recordó en una entrevista.

Los recordados botines Fulvence del Indio Gómez.
Los recordados botines Fulvence del Indio Gómez.

El tema es que después de las fotos, había que ir al vestuario y ponerse los botines negros habituales para jugar el partido. Pero había 150 metros y dije: ¿voy a caminar 300 metros para sacarme los zapatos? No, juego con estos", contó. Dos compañeros lo imitaron. Ese día Gómez la rompió, hizo dos goles y Quilmes ganó 5 a 1.

Gómez no los volvió a usar hasta que tuvo que enfrentar a River, con Quilmes ya en Primera, en la fecha 8. Como no encontraba sus habituales botines, con los que jugaba siempre, el utilero le mostró aquellos blancos que había usado en Vélez y que habían quedado guardados en un casillero.

"Le dije: ‘¡Vos estás loco, como voy a jugar con estos y contra River!" Pero las otras opciones no lo convencieron: unos botines duros, que no estaban ablandados y le sacaban ampollas. Se puso los blancos. "Ese día ganamos 3 a 1 y le hice un gol al Pato Filliol gambeteándolo", recordó. Y ahí sí: con semejante vidriera, se desató el verdadero furor y el Indio quedó marcado por aquellos botines blancos.

 

Los botines para niños

Hacia fines de los 60 la empresa volvió a innovar y sacó al mercado los primeros botines para niños: los Fulvencito. Por esos años existían los Sacachispas, que no eran verdaderos botines ya que estaban hechos de lona y eran botitas que solo imitaban la estética del calzado profesional. Lanzados en 1963 por Alpargatas, se popularizaron en potreros y clubes de barrio de todo el país, hasta que, al ver el éxito que tenían entre los pequeños, Fulvence decidió sacar su línea infantil.

Los Fulvencito hicieron estragos: fabricados en cuerina negra imitaban el calzado de los jugadores profesionales, en especial los botines Adidas que eran importados. También tenían una lengüeta acolchada que los hacía más cómodos de usar. No hubo niño en Argentina que no los pidiera para su cumpleaños o Navidad. Eran la opción Premium dentro de un mercado que no incluía mucho a los niños. "Somos los únicos que a los chicos los tratamos a lo grande", eran unas de las tantas publicidades que los promocionaban.

En los 80 la empresa continuó su ascenso vistiendo a varios equipos de la B del fútbol argentino. Incluso, con la revista Goles, llegaron a sacar un álbum de fotos con los equipos que jugaban en esas categorías. Sin embargo, a medida que el fútbol se profesionalizaba y volvía un negocio y la importación empezó a abrirse, los Fulvence dejaron de ser ese objeto de deseo y fueron reemplazados por las marcas internacionales que hoy dominan el mercado mundial.

Hacia los 90, la empresa entró en crisis y dejaron de fabricarse, pero tuvieron una revancha en 2005, cuando la familia Pugliese "alquiló" el nombre de la marca para empezar a fabricarlos nuevamente. Logró sacar modelos modernos, acordes a la época, pero la vuelta, a pesar de las enormes expectativas generadas, no fue la esperada, confirmando la premisa de que las segundas partes nunca son buenas.    

Las publicidad que le atribuyen…y no fue

Hay una publicidad muy famosa y recordada que hizo el Ratón Ayala en 1975 y quedó inmortalizada en el recuerdo colectivo. Mirando a cámara, el entonces delantero de Atlético de Madrid, con un paso exitoso por San Lorenzo de Almagro, tiró la famosa frase que se repite hasta hoy: "En Europa no se consiguen". Muchos atribuyen esa publicidad a los botines Fulvence, pero en realidad perteneció a otra marca: Interminable, que también fabricaba botines en la Argentina y que desapareció, como todas, cuando se abrió la importación.

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