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La pequeña empresa argentina que creó el mítico juego TEG todavía existe: qué hace hoy

Yetem tiene casi 50 años comercializando el juego de mesa bélico con más fanáticos y hoy su desafío es recuperar ventas y ganarle a la suba de precios
30/07/2023 - 08:42hs
La pequeña empresa argentina que creó el mítico juego TEG todavía existe: qué hace hoy

"China ataca a Kamchatka" gritaba un vecino en los ‘80 y nadie lamentaba la contienda porque todos sabían que se trataba de una partida de T.E.G; el juego de mesa creado hace casi medio siglo por Yetem que hizo trasnochar a tres generaciones y que, aunque hoy con una caída de sus ventas en un 10 % por la inflación, desde su creación lleva vendidas más de un millón y medio de unidades.

Táctica y Estrategia de la Guerra, de ahí sus siglas, fue una ocurrencia de David Jiterman, cuando en 1976 siendo un joven de 25 años que estudiaba para contador se apreció una noche con una primera versión a la reunión de amigos de los fines de semana. En una de esas juntadas, contó el mismo Jiterman al diario La Nación, conocieron al juego de estrategias WAR, pero como al que consiguieron le faltaban fichas y no tenía las instrucciones, le inventaron las reglas y le agregaron con cartón pintado las piezas faltantes. Semanalmente el grupo de amigos se las rebuscó, hasta que una noche Jiterman llegó con un mapamundi enorme y plastificado, fichas, cartas. Ese fue el primer T.E.G. del millón y medio que entró en juego.

Con 2.000 unidades impresas y con la empresa Yetem fundada para comercializar la marca, Jiterman lanzó en octubre de 1976 el primer juego argentino de guerras y conquistas territoriales. Algunos creen que fueron la Guerra de Malvinas y el fin de la Dictadura Cívico Militar los hechos que colaboraron para que en los 80’ el T.E.G tenga su apogeo con ventas de más de 10.000 unidades por mes.

Para promocionar el juego, Jiterman organizó torneos en la tienda Harrods y en los '90 fundó el Club Yetem en el barrio porteño de Belgrano que llegó a tener más de 1 millón de suscriptores y fanáticos que siguieron organizando torneos amateur a lo largo de todo el país.

El Club funcionó durante 10 años hasta que el empresario decidió vender la empresa a la familia Arano, dueña del ingenio azucarero La Corona, quienes se habían sumado a la sociedad a principios de los ‘90 con el objetivo de profesionalizar la empresa.

"David era un tipo súper, creativo e ingenioso y sin duda de ahí los éxitos de la marca, pero le faltaba la pata administrativa, área que empezamos a trabajar nosotros, primero como socios hasta que David decidió retirarse y vender su mitad. La realidad es que compramos una empresa que estaba prácticamente quebrada, con las cadenas de comercialización y crédito rotas, pero sentíamos que valía la pena porque sabíamos que Yetem tenía, sin temor a equivocarme, uno de los juegos más importantes del país. Hubo que remarla mucho para recuperar la confianza de los distribuidores y proveedores, pero de a poco lo fuimos consiguiendo", relata a iProfesional, Silvia Brodsky, directora ejecutiva de New Yetem, nombre que tomó la empresa a partir de la nueva conducción en 1995.

 
Hoy el TEG cuesta alrededor de $20.000 y desde su creación lleva más de un millón y medio de unidades vendidas

New Yetem se sostiene hoy con una estructura mínima de dos personas y terceriza el 100% de su producción y distribución, sin embargo aclara Brodsky, a pesar de contexto y aunque pequeña, la pyme es saludable, está gestionada muy prolijamente, está bien posicionada en el mercado con alrededor de 400 clientes fijos entre jugueterías, librerías y supermercados.4

"A lo largo del país, por región, tenemos 7 vendedores independientes que trabajan para nosotros hace muchos años, los diseñadores son también externos y quienes nos fabrican son la empresa Ruibal (los creadores del Carrera de Mente) y Naipes La Española", detalla la ejecutiva. El modelo de negocio es más o menos el original, ya que aunque en algún momento Jiterman llegó a tener empleados (no más de 12) nunca tuvo fábrica propia, sino que estuvo asociado con una gráfica.

Lo que los nuevos dueños agregaron, fue la división empresas, un servicio dedicado a compañías que necesiten juegos de catálogo personalizados o el desarrollo de un juego nuevo a medida.

A Shell y a Mapfre les adaptaron un Mil Millas, a Jockey un ¿Qué ves? y al laboratorio Gador le desarrollaron otro ¿Qué ves?, pero pensado para ejercitar las neuronas ante la aparición de signos de Alzheimer; Unilever, Cervecería Quilmes y Visa son otras de las grandes empresas clientes a las que New Yetem les desarrolló juegos a medida. "El único requisito es un mínimo de 2.000 unidades por eso, por lo general quienes nos contratan son grandes empresas", aclara.

También desarrollan juegos para programas de televisión como fue el caso de ¿Qué ves? que condujo Susana Giménez durante varias temporadas o los que hicieron para Locos por el Fútbol y Viva la diferencia.

Inflación 1 - Yetem 1

Sin embargo, reconoce Brodsky, hoy el principal desafío de la empresa es ganarle a la inflación, batalla que por ahora van empatando, pero que los tiene en vigía constante porque las ventas en el último semestre les cayeron un 10 por ciento.

El principal desafío de la empresa hoy es ganarle a la inflación

"Nosotros como industria estamos acostumbrados a aumentar los precios dos veces al año, pero ahora es imposible, si no lo haces al ritmo de la inflación terminás perdiendo mucha plata. Hay que tener en cuenta que muchos de nuestros insumos son importados como la cartulina o el plástico que van acompañando al dólar, pero no al oficial sino que al dólar blue", se queja.

¿Está en riesgo la Pyme? "No, para nada, nos está pasando lo que le pasa a todas las empresas. Estamos atravesando un momento preocupante, pero la firma está muy sana, no le debemos un peso a nadie, tenemos stock y tampoco tenemos deudores", remarca.

Por mes New Yetem factura alrededor de $6.000.000 y por año comercializa alrededor de 15.000 T.E.G entre sus versión clásica y sus reversiones La revancha, Móvil y  T.E.G junior. Sin embargo, reflexiona Brodsky, con reglas claras y una inflación controlada, el éxito de la pyme podría aún ser mucho mayor, incluso en el mercado externo, que hoy ni consideran por "la cantidad de trabas que hay para exportar".

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