La receta de los empresarios para incrementar el empleo y reducir los subsidios
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La Argentina posee una legislación laboral y de seguridad social que no ha sufrido significativos cambios durante los últimos 30 años, más allá de las recurrentes y erráticas modificaciones del régimen de jubilaciones y pensiones.
En paralelo, el mercado de trabajo cambió radicalmente debido al aumento sostenido de la informalidad laboral y el crecimiento del trabajo independiente, que si bien se reduce parcialmente cuando la economía crece, tuvo una tendencia a incrementarse en las últimas décadas que no parece revertirse.
Por lo menos así se observa de uno de los 20 informes elaborados por IDEA sobre propuestas para presentar a los candidatos presidenciales como aporte del sector a la necesidad de salir de la actual crisis y volver a crecer con políticas de Estado de largo plazo.
El informe advierte que la crítica situación social en Argentina demanda una revisión y una reevaluación de las políticas vigentes y reclama implementar las modificaciones fundamentales que puedan generar los incentivos necesarios para promover la transición de los planes sociales hacia empleos formales, con el objetivo de incrementar la tasa de trabajadores en el sistema formal.
En el caso del trabajo, el documento indica que el gasto social para proteger a la población en condiciones de pobreza -en general niños, niñas y población adulta semiformal e informal- aumentó sistemáticamente desde 2001, y se canalizó principalmente a través de programas de transferencias monetarias y planes sociales, como en la mayoría de los países de la región, a los que se suman programas de menor tamaño como las becas estudiantiles y los programas activos del mercado laboral.
En ese sentido, los empresarios se manifestaron dispuestos a hacer un aporte para facilitar esta transformación que va desde la asistencia hacia la oportunidad de un empleo formal, con foco en la capacitación y en las oportunidades para los jóvenes, convencidos de que el empleo formal es el camino para lograr cada vez más inclusión.
Problema dual
Además, el informe de IDEA sostiene que la Argentina desarrolló un conjunto de programas para los trabajadores informales -aun si sus ingresos los colocan por encima de la línea de pobreza-, particularmente en materia de subsidios y de acceso a pensiones.
A partir de 2001, la cantidad de planes sociales se ha incrementado sistemáticamente independientemente del ciclo económico, lo cual genera un gasto del Estado Nacional de aproximadamente 1,8% del PBI en programas sociales, del cual el 0,5% corresponde a Potenciar Trabajo.
"Esta es una erogación fiscal menor comparada con otros rubros como los subsidios energéticos y las jubilaciones, y que en el corto plazo resulta fundamental, dado que contribuye a que un núcleo de personas pueda satisfacer necesidades básicas para la subsistencia de ellos y sus familias", resalta el informe.
Por esta razón, desde IDEA sostienen que la forma de abordar el problema es dual, ya que por un lado, se debe trabajar sobre el stock actual de beneficiarios mejorando la calidad y eficiencia de los programas para lograr reinsertar estas personas al empleo: la estructura actual de planes sociales y demás subsidios debe ser rediseñada para brindar protección social a grupos vulnerables sin producir desincentivos a la formalidad laboral.
Al mismo tiempo, es necesario trabajar sobre el flujo de potenciales beneficiarios, para cambiar las trayectorias de jóvenes que nacen en situaciones de vulnerabilidad y no cuentan con las mismas oportunidades que el resto de la población.
En este sentido, el paper recuerda que las asignaciones familiares, la asignación universal por hijo (AUH) y la tarjeta alimentar representan programas de transferencias de ingresos para familias con niños menores que han sido implementados en muchos países y sus efectos positivos en asistencia a la escuela, nutrición y salud están muy bien documentados.
A través de la libreta de la AUH el Estado verifica la asistencia escolar, el seguimiento del calendario de vacunación obligatoria y el cumplimiento de los controles de salud de las personas que reciben esta asignación, lo que resulta fundamentales para garantizar los efectos antes mencionados.
En cuanto a la tarjeta Alimentar que cumple un rol importante, habría que analizar la forma en que no genere desincentivos a la formalización.
En el caso del programa Potenciar Trabajo es el que le sigue en importancia fiscal. Según las bases del programa, "Potenciar Trabajo es un programa cuyo objetivo es contribuir a mejorar el empleo y generar nuevas propuestas productivas a través del desarrollo de proyectos socio-productivos, socio-comunitarios".
Los otros dos programas que completan la lista son las becas estudiantiles Progresar y las pensiones por invalidez laboral.
"Un programa de empleo no debería ser un programa permanente en el tiempo, como si lo pueden ser los programas de protección social. Los programas de empleo deberían tener una duración prestablecida y contar con una contraprestación, ya sea como trabajo o como formación, que permitan la conversión a un empleo en el futuro", reclama el documento de IDEA.
La mirada empresaria para resolver el problema
A partir de esta descripción sobre el mercado laboral y la creciente asistencia del Estado a los sectores más vulnerables, las autoridades de IDEA elaboraron una agenda de iniciativas que comienza con la necesidad de confeccionar un registro único y público de beneficiarios de programas sociales.
Los propósitos son mejorar la transparencia y eficiencia del sistema. El objetivo es avanzar hacia la transparencia en el registro, que permita una gestión ágil de altas y bajas del programa.
Además, es fundamental que el mismo contemple al núcleo familiar en su totalidad para evitar asignaciones duplicadas o que no correspondan. A su vez, es necesario para mejorar la eficiencia en la asignación de los recursos, evitar la superposición entre planes nacionales, provinciales y municipales.
Al mismo tiempo, se busca lograr mayor equidad y desintermediación en la asignación de los planes.
Se propone en este sentido la existencia de un solo organismo encargado de la transferencia directa al beneficiario.
También, mejorar el programa de Puente al Empleo, que está apuntado a beneficiarios de programa de Inserción Laboral, Acompañar, Potenciar Trabajo, Jóvenes y Mipymes y Fomentar Empleo.
El objetivo es transformar esos programas en trabajo registrado de calidad y promover la inclusión social económica plena de estas personas. Para lograrlo, el programa plantea una serie de beneficios para las empresas, entre ellos, la posibilidad de imputar a cuenta del pago del salario el dinero que la persona trabajadora cobra por el programa social y una reducción de las contribuciones por un período de hasta 12 meses.
El costo y la oportunidad
Aun así, existen algunas mejoras que podrían hacerse para encaminarnos hacia mejores niveles de empleo formal como extender el período de prueba a 6 meses; posibilitar conservar el plan social en caso de extinción de la relación laboral durante el plazo de un año luego de finalizado el período de prueba, lo cual consideran fundamental para reducir el costo de oportunidad para el beneficiario del plan social, y así lograr no perder la estabilidad que le produce recibir una asignación en el largo plazo.
Según un estudio realizado por IDEA, el 38% de los empresarios encuestados cree que la medida más importante a tomar para facilitar la transición de los beneficiarios de planes sociales al empleo privado formal es mantener el monto del plan social como una contribución al salario.
Otras propuestas acercadas por los empresarios durante el 59 Coloquio de IDEA que se está desarrollando en Mar del Plata son capacitación y/o formación específica para el empleo; procesos de acompañamiento y mentoreo teniendo en cuenta que las experiencias exitosas plantean la importancia de un acompañamiento tanto del Estado como de las empresas a las personas que ingresan a esos trabajos para superar los desafíos que puede llegar a surgir al ingresar a esos tipos de puestos y el cambio cultural que puede darse en este tipo de transiciones.
Finalmente, IDEA propone mejorar la articulación entre empresas, Estado, sindicatos y organizaciones sociales ante el desafío de transformar trabajadores informales en empleados formales. "Actualmente esta colaboración no está funcionando de manera eficiente. Por un lado, existen personas dispuestas a conseguir empleo para su desarrollo familiar o persona, pero sin conocimientos sobre los programas, iniciativas y recursos para acceder a estas oportunidades. Además, existen empresas con puestos de trabajo disponibles, sobre todo en rubros servicios; y organismos, principalmente sindicatos, que proveen ofertas de formación técnica de calidad", remarca el informe.
IDEA se encuentra desarrollando un plan piloto a través del área ACTUAR, con el objetivo de insertar a 100 personas en el empleo formal privado, donde se buscarán contemplar estos desafíos.
Primer empleo
El trabajo también ofrece variantes para incentivar la implementación de programas de Primer Empleo teniendo en cuenta la existencia de evidencia que demuestra que los programas de primer empleo cambian las trayectorias profesionales de quienes participan en ellos.
El caso de Arcos Dorados lo verifica: en 2011 comenzaron a trabajar con jóvenes en situación de vulnerabilidad y hasta el momento ya emplearon entre 3.000 y 5.000 personas. En su mayoría estos jóvenes provienen de hogares en donde no existe una historia laboral previa, pero demuestran que estos primeros empleos son ordenadores sociales, ya que los motivan a continuar con sus estudios o
a crecer laboralmente en la empresa o hacia otros empleos.
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Estos programas son exitosos porque cuentan con incentivos para las empresas para fomentar esas contrataciones, lo que contribuye en el entrenamiento y seguimiento hacia estas personas.