Los Anclacentros, como se llaman los puntos de venta de la fábrica de pinturas y revestimientos Anclaflex, son todas franquicias. Sin embargo tienen ciertas particularidades por las cuales Julio Rangoni, gerente de marketing de Anclaflex, denomina a esta red de Anclacentros, Soft Franchising, que hace que este sistema no sean comparables con una franquicia tradicional. La empresa no cobra canon de ingreso, ni regalías mensuales y hasta se hacen cargo del acondicionamiento del local.

"Aunque es difícil argumentar en favor de cualquier inversión en un contexto como el actual, nuestra propuesta de Soft Franchising resulta una buena alternativa, teniendo en cuenta además que el rubro de la construcción es un negocio a largo plazo, estable, rentable y que bien manejado puede funcionar muy bien", asegura Rangoni.

Crisis, dicen algunos, es oportunidad y de eso algo sabe Alfonso Bonfiglio quien fundó Anclaflex en plena crisis de 2001 cuando lo echaron de su cargo de CEO de la multinacional belga Etex.

Veintidós años después, la empresa emplea a 140 personas y produce más de 33 millones de kilos de producto por año desde dos fábricas propias que operan en simultáneo. Una de las plantas, ubicada en Moreno y la otra, de unos 7.000 metros cuadrados, ubicada en General Rodríguez, donde esperan poder mudarse definitivamente en cuanto terminen la obra. A su vez el proceso de ampliación de la fábrica le permitirá triplicar la capacidad productiva.

La empresa comenzó con este modelo de Soft Franchising en 2015 básicamente porque diferentes actores de la cadena, desde clientes hasta empresas constructoras, manifestaron la necesidad de contar con un punto de venta en el que pudieran resolver el abastecimiento, pero también una orientación seria y responsable acerca de los productos.

Julio Rangoni calcula que con las Franquicias Soft de Anclaflex los franquiciados pueden ahorrarse alrededor de  $3 M

 

Hoy, entre Argentina y Uruguay, cuentan con una red de 650 distribuidores de los cuales 20 están comercializando sus productos bajo el modelo de Anclacentros. "La idea es seguir abriendo más puntos de venta bajo nuestro sistema de Soft Franchising para llegar a todo el país e incluso a Paraguay y Bolivia, que son nuestros dos países objetivo inmediato", adelanta Rangoni.

Para abrir una franquicia Anclacentro se necesita desde u$s10.000

Aunque Anclaflex capacita a los franquiciados y sus empleados en todo lo concerniente al negocio, Rangoni adelanta que prefieren sumar franquiciados que ya tengan algún tipo de experiencia en construcción o en lo comercial. "Es que el punto de equilibrio entre la venta, la cobranza y la reposición inmediata es clave para subsistir en un contexto tan volátil", explica.

La buena noticia es que, quien quiera sumarse a la red y poner una franquicia de Anclacentro, no va a abonar fee de ingreso, tampoco va a pagar regalías ni cánones mensuales, y Anclaflex se hará cargo de los costos de armado del local en lo que respecta a la imagen de la empresa, exhibidores y la cartelería, tanto interna como externa.

En suma, calcula Rangoni, el franquiciado se estará ahorrando alrededor de $3 millones y solamente deberá invertir unos u$s10.000 de mercadería inicial, salvo que el local requiera una modificación que implique la realización de una obra, que estará a cargo del franquiciado.

Luego, como cualquier otro negocio, tendrá sus costos mensuales de alquiler, sueldos, impuestos y reposición de mercadería. "Pero bien gestionado, la inversión puede recuperarse entre los 18 y los 24 meses", avisa el ejecutivo.

La inversión puede recuperarse entre los 18 y los 24 meses

Según Rangoni, es clave la ubicación del local, lo ideal, detalla, es que esté en ciudades de más de 30.000 habitantes y en una calle con alto tránsito vehicular y peatonal, preferentemente, aunque no excluyente, esquinas enfrentadas al tránsito.

En cuanto a los empleados, asegura que con dos, al menos en los comienzos, son suficientes considerando que mientras uno atiende el punto de venta, otro se encarga de las visitas y aplicaciones en obra; un servicio adicional que es esperable que cada franquiciado preste a sus clientes.