La decisión del gobierno de Javier Milei de desregular por completo la economía y promover el desembarco de más capitales extranjeros, así como también retirar al Estado del control de las empresas públicas, tiene en el segmento aerocomercial a uno de los nichos de mayor interés. El DNU que dio a conocer el oficialismo establece la entrega del paquete accionario de Aerolíneas Argentinas a sus empleados, aspecto que reinaugura la posibilidad de que la línea de bandera vuelva a caer en manos privadas. Al mismo tiempo, la gestión de ultraderecha impulsa una propuesta para el mercado de los viajes aéreos que rememora los tiempos de Mauricio Macri y el arribo de las "low cost".

El "Título 9" del decreto expuesto el miércoles modifica de lleno lo establecido en el código aeronáutico y la ley 17.285 que regula la actividad aerocomercial en la Argentina. En términos de "cielos abiertos", quita la exigencia de que las aerolíneas cuenten con domicilio legal en el país para brindar servicios de cabotaje o internacionales.

Al mismo tiempo, elimina por completo el requisito de audiencia pública para la asignación de rutas aéreas –ítem que obligaba a las aéreas a exponer sus planes comerciales–, mientras que habilita la posibilidad de que las tripulaciones puedan estar integradas por personal extranjero. Históricamente, este aspecto siempre ha sido uno de los más resistidos por los gremios aeronáuticos.

En sintonía con lo anterior, el DNU abre la opción de que las empresas operen con aviones con matrícula extranjera, otro punto que siempre alentó la resistencia de los sindicatos. El modelo de "cielos abiertos" que propone Milei se emparenta con las políticas que Mauricio Macri implementó durante su gestión presidencial.

Y que estimularon la aparición o llegada de compañías como Flybondi y JetSmart, y también dieron pie a la puesta en marcha de terminales como el controvertido aeropuerto de El Palomar. La contracara de ese modelo fue la llegada y extinción de las operaciones locales de Norwegian y Avian, la ex Avianca Argentina, y la caída de la doméstica Andes.

Si bien el DNU no lo detalla, los "cielos abiertos" que busca incentivar el Gobierno también traerían aparejado un paquete de beneficios impositivos que, combinados con la desregulación laboral que persigue Milei, funcionarán como anzuelo para captar el interés de los operadores internacionales.

El DNU apunta a alentar la irrupción de nuevas compañías, como en su momento ocurrió con las "low cost".

El destino de Aerolíneas Argentinas

En el mismo "Título 9", el Gobierno vuelve al régimen que supo estar vigente en los años 90 y, mediante el mecanismo de Programa de Propiedad Participada, propone la entrega de las acciones de la estatal a sus empleados.

El DNU establece la modificación de los artículos 4 y 9 de la ley 26.412, marco que en 2008 posibilitó el rescate de Aerolíneas Argentinas y Austral tras la gestión del grupo español Marsans. Ambos artículos fijaban la imposibilidad de volver a privatizar la empresa.

Precisamente en 2008 también se habilitó la opción de que Aerolíneas Argentinas controle las acciones de Austral. La modificación del artículo 5 de la ley antes mencionada establece la "cesión total o parcial de las acciones representativas del capital social a los trabajadores de las empresas Aerolíneas Argentinas Sociedad Anónima y Austral Líneas Aéreas-Cielos del Sur Sociedad Anónima (...) de conformidad con el Programa de Propiedad Participada (...)".

El decreto omite cualquier aclaración respecto del financiamiento necesario para la continuidad de la compañía. Sí coloca sobre la mesa la posibilidad concreta de que, ante la falta de fondos, los empleados de la línea de bandera opten por volver a vender la empresa al mejor postor.