Las causas por las cuales YPF pudo bajar el precio de la nafta
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La petrolera nacional YPF comenzó la jornada con el anuncio de una baja del 4% promedio en el el precio de todos sus combustibles a partir del jueves 1 de mayo, una medida que se logró con la fuerte caída del Brent de las últimas semanas, la postergación de la carga impositiva acumulada por parte del Gobierno y un trabajo de reducción de costos y de mayor eficiencia en la producción.
El control del 55% del mercado de combustibles en el segmento minorista, coloca hace años a YPF en una posición determinante en la cual su política de fijación de precios prácticamente obliga a la competencia a seguir sus pasos, con lo cual en las próximas horas se aguarda que las redes de Shell, Axion y Puma comuniquen rebajas similares en sus estaciones de servicio a partir del jueves.
Haber alcanzado la paridad de importación, es decir que el costo local que se reconoce a los productos petroleros sigue el patrón de precios internacional, fue un factor determinante (aunque no el único) de que los automovilistas puedan sentir en mayo un alivio al bolsillo con la baja del 4% en naftas y diesel, luego de que el crudo Brent descendiera unos u$s10 el barril en las últimas semanas.
Pero para que ese movimiento externo tenga efecto también debe alinearse el tipo de cambio, la carga impositiva y el precio de los biocombustibles, cuyos valores son motivo de monitoreo de las petroleras para decir aumentos al alza o a la baja, como ya ocurriera en octubre de 2024, un antecedentes cercano que refleja la desregulación del sector.
La medida se anticipa tendrá también un efecto dual en las pymes propietarias de la estaciones de servicios, las que vieron desde fines de 2023 una caída continua de los volúmenes de ventas, sólo interrumpida en marzo último. Por un lado es una señal para que continúe la evolución creciente de los despachos pero a la vez afecta la ya de por sí baja rentabilidad de sus operaciones que venían advirtiendo en los últimos años.
YPF, de números en rojo a estar saneada
Más allá de las variables clásicas que cualquier petrolera mira para determinar sus precios al público, un factor que juega a favor de YPF es el trabajo en mejorar su competitividad y la eficiencia de sus operaciones que aportan a la "resilencia" mencionada por YPF para poder sostener la baja de precios sin entrar en pérdidas, ni reducir inversiones, ni resignar rentabilidad.
La compañía que conduce su presidente y CEO Horacio Marin, acaba de trazar un sendero de inversiones y producción ambicioso, que se extenderá por una década, pretendiendo que la compañía sea una de las 10 mejores petroleras del no convencional del mundo. Semejante desafío está apalancado en la gestión eficiente de sus operaciones en toda la cadena de valor: desde la producción de crudo en Vaca Muerta hasta la refinación y venta en sus estaciones de servicio.
Se trata de un proceso de mejora continua de los recursos disponibles que está permitiendo mejorar los parámetros de tiempos y costos, y que explican la afirmación de Marin de que aún a un precio del barril internacional a 45 dólares se va a poder desarrollar todo el proyecto y poner en valor Vaca Muerta.
"El foco en la eficiencia le permitirá a la compañía un costo de 5 dólares el barril, lo que la ubica en forma muy competitiva en el mundo", aseguró en una reciente presentación realizada ante inversores en Nueva York. Es decir, que cuanto más eficiente en el costo de producción del crudo y de la gama de combustibles derivados, mayor es la rentabilidad pero a la vez mayor es el margen de poder enfrentar las oscilaciones de precios internacionales.
Estas mejoras en la operación diaria se llevan a cabo mediante dos herramientas largamente explicadas por el propio Marin, que son la implementación de recursos del modelo Toyota Well -adaptado de lo que la automotriz realiza para la producción de vehículos- y por la irrupción digital en las operaciones a través del Real Time Intelligence Center (RTIC) que monitorea y controla la actividad en Vaca Muerta y en las refinerías durante las 24 horas.
Qué hará el Gobierno con el Impuesto a los Combustibles
El peso de los impuestos en el precio final de los combustibles es una variable clave que en los últimos años se viene aplicando discrecionalmente para hacer un equilibrio entre las urgencias del déficit fiscal y la necesidad de contener los aumentos para no alimentar la inflación general, lo que llevó a un atraso colosal de esa fuente de ingresos al fisco.
El gobierno viene autorizando aumentos parciales del Impuesto a los Combustible Líquidos (ICL) que se aplican al valor de venta en el surtidor, y para mayo se anticipa que no habrá modificaciones para que la baja de los precios de los combustibles tenga mayor impacto.
El secretario Coordinador de Energía y Minería, Daniel González, anticipó hoy al participar de la Expo Efi 2025 que el Gobierno decidió "no aumentar el impuesto a combustibles líquidos este mes para acompañar la decisión de las petroleras de bajar los precios y de alguna manera ayudar a la tendencia indeclinable en la baja de la inflación".
"Dado que las cuentas fiscales están bien -agregó-, nos podemos dar el lujo de un mes decidir que no subimos el impuesto y acompañamos el esfuerzo de las empresas en lo que se puede definir como un cambio de paradigma, es decir que los precios bajan", cuando el contexto así lo amerita.
Según a la normativa vigente, el ICL y CO2 debe actualizarse trimestralmente de acuerdo a la variación del IPC Nacional, y desde comienzos del 2024 al llegar la nueva gestión se dispusieron incrementos escalonados para recuperar las actualizaciones pendientes. Esa resignación de parte de la recaudación significaba para marzo una pérdida estimada en US$215 millones por las ventas de combustibles del mes.