Tuvieron un insólito problema al querer trabajar junto a una ONG y crearon una idea millonaria
Cada vez que una cuota entra, un profesor cobra, un niño recibe una beca o un cuartel de bomberos voluntarios puede seguir funcionando. Bajo esa premisa nació CuotaQ, una startup creada por cinco emprendedores argentinos para resolver un problema estructural e invisibilizado: la dificultad que enfrentan clubes, cooperadoras, ONG y asociaciones civiles para cobrar sus cuotas y abonos de manera eficiente.
Todo empezó con un gesto solidario que no pudo concretarse. Durante la pandemia, desde Buenos Aires, Diego Tonetti y Danilo Luján intentaron asociarse a una ONG de Bahía Blanca, su ciudad natal. Pero no pudieron: un obstáculo insólito lo impidió. La entidad solo aceptaba efectivo. No tenía pasarela de pagos, ni links, ni siquiera una cuenta bancaria para recibir transferencias. La única opción era acercarse personalmente, algo imposible dado el contexto y la distancia. "Nos dimos cuenta de que no era una excepción, sino la norma. No era falta de voluntad, era falta de herramientas".
A partir de esa experiencia, decidieron fundar una plataforma específica para este universo, muchas veces ignorado por las grandes soluciones tecnológicas. A ellos se sumaron Rodrigo Perrote, Luciano Martín y Joan Almeida, desarrolladores con amplia experiencia en pagos en línea. Así nació en 2023 CuotaQ, una herramienta que automatiza el proceso de cobro y gestión de asociados ya sea para un club de barrio, una ONG, un centro cultural o una cooperadora escolar.
La plataforma permite definir servicios, enviar enlaces de pago personalizados, generar recibos, automatizar notificaciones y brindar acceso al socio a su cuenta, todo sin hojas de cálculo ni tareas manuales. "Lo que hacemos es simple de decir y difícil de hacer: que clubes, ONG y entidades con ingresos recurrentes puedan cobrar cuotas, abonos y membresías de forma automática, ordenada y sin fricción. Sin planillas, sin costos fijos y sin depender de nadie", resume Luján.
Hoy la startup opera en Argentina, Chile, Uruguay y España, y planea desembarcar próximamente en México y Brasil. En menos de un año procesaron más de 30.000 pagos, sin inversión externa ni campañas publicitarias. "No hicimos campañas millonarias, hicimos que funcione. Y cuando algo funciona, se recomienda solo", explica el emprendedor. "Un club nos prueba, mejora su cobranza, baja la morosidad y nos recomienda al de al lado. Esa es la cadena. Para que se entienda: la idea nació en 2023, empezamos a comercializar en mayo de 2024 y en menos de doce meses logramos esos resultados en cuatro países", enfatiza.
Sin embargo, para los socios fundadores no se trata solo de vender software, sino de resolver un problema real y estructural. "Fundamos CuotaQ porque vimos una oportunidad enorme en un problema que nadie quería mirar. Hoy somos un equipo de alta performance que resuelve. Y eso, para mí, es construir de verdad", dice Luján.
Según datos relevados por Cuota Q, el 90% de las transacciones entre las organizaciones y sus miembros en Argentina se hacen sin automatización y, de allí, el potencial de esta startup. "En Latinoamérica todavía se cobra como en los '90. En Argentina, solo el 10-15% de las transacciones entre las organizaciones y sus socios pasan por tarjeta. En Brasil llega al 30%, en México al 40%. En Estados Unidos es más del 70%, en Europa el 80% y en China, casi el 90%", detalla Luján. "Millones de membresías, cuotas y abonos se siguen cobrando con transferencias manuales, planillas y fe. Sin datos, sin trazabilidad, sin automatización. Nosotros vemos ahí una oportunidad gigantesca".
CuotaQ mejora la recaudación hasta un 35%
No buscaron adaptar plataformas preexistentes, sino crear desde cero una solución pensada desde la calle, con foco en la usabilidad. "Adaptar software ya existente era como ponerle un motor de Fórmula 1 a una bicicleta. No encajaba", afirma. "Diseñamos CuotaQ desde la lógica de lo cotidiano: simple, usable, sin fricción. Si necesitás leer un manual, ya perdiste. La tecnología tiene que resolver, no generar más preguntas".
Otra decisión clave fue el modelo de negocio: no hay suscripciones ni costos fijos. CuotaQ cobra una comisión del 3% por cada transacción exitosa. "Eso nos obliga a enfocarnos en el resultado real. Si ellos recaudan más, nosotros también. Y si no, no facturamos. 100% skin in the game", resume. "Por eso decimos que no vendemos software: remamos en el mismo barco".
Para validar y desarrollar la plataforma, invirtieron u$s 45.000 de su propio bolsillo, desarrollaron un Producto Mínimo Viable y salieron a probarlo en el territorio. "Fue 100% a pulmón y bootstrapped. Mucho foco en resolver una cosa a la vez. Roma no se construyó en un día, pero todos sabían lo que iba a ser Roma", comenta Luján. Hoy ya superaron el punto de equilibrio y reinvierten todo en producto y equipo.
Actualmente, la plataforma ofrece múltiples herramientas integradas: débitos automáticos, CRM, carnets digitales, conciliación bancaria, recordatorios de pago y más. "Mientras otros compiten por tener más features, nosotros competimos por eliminar pasos. CuotaQ es una plataforma all-in-one, pero lo más importante no es todo lo que hace, sino lo poco que te hace hacer", asegura el economista.
En cada paso, la expansión de CuotaQ se basa en escuchar el terreno y adaptar la herramienta. "El problema es el mismo, pero el contexto cambia. No es lo mismo cobrar una cuota en Bahía Blanca, en Santiago o en Madrid. Cada país tiene su propio idioma operativo. Por eso, antes de escalar, escuchamos. Validamos en campo, adaptamos procesos y recién ahí crecemos", afirma Luján.
Más de 100 organizaciones ya utilizan CuotaQ y, según sus creadores, les permite mejorar la recaudación hasta en un 35%. "Sin embargo, nosotros trabajamos por la misión y por nuestros valores, no por métricas de vanidad. No queremos ser una empresa más ni trabajar por el hype de LinkedIn. Venimos a cambiar algo en serio".
La plata que estas entidades manejan pagan profesores, becas o sostiene una comunidad. Por eso, que puedan cobrar sus cuotas y abonos es una misión social. Y CuotaQ quiere ser la startup que logre que todo funcione donde antes no funcionaba nada. Y eso, en un continente donde millones de personas dependen de pequeñas organizaciones sociales para acceder a educación, deporte, salud y cultura.