Advierten sobre un preocupante escenario para la industria de la construcción
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En junio del 2024, los principales referentes de la industria de la construcción advertían sobre la "alarmante situación" por la que atravesaba el sector, alertaban sobre la "gravísima" situación económica que sufrían casi todas las empresas y anticipaban la pérdida de alrededor de 100.000 puestos de trabajo directos, además de reclamar una deuda de parte del Estado nacional por $400.000 millones.
Hacían mención a la paralización casi total de la obra pública como el principal causante de este preocupante escenario por lo que le reclamaban al gobierno de Javier Milei que retome la financiación estatal para mejorar la situación de la construcción.
En aquel momento, dicho panorama fue debatido durante las jornadas organizadas por la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), con su presidente, Gustavo Weiss, como el principal vocero del apocalíptico escenario.
Un año después, el mismo empresario volvió sobre sus palabras para convocar a empresarios, autoridades y representantes del sector a mirar el futuro y a trabajar en conjunto para transformar a la infraestructura en el motor del desarrollo del país.
Lo hizo durante la apertura de la 70° edición de la Convención Anual de la entidad empresaria, organizada bajo el lema "Nuevas oportunidades".
Inversión "sostenida" para crecer
En dicho espacio, Weiss destacó el papel clave de la construcción como dinamizadora de la economía y subrayó que la infraestructura no es un concepto abstracto, sino el cimiento esencial de una sociedad moderna y justa.
"Sin conectividad no hay productividad y sin inversión sostenida, no hay crecimiento", expresó, al tiempo que remarcó el impacto directo de la obra pública en la vida cotidiana de las personas, desde el acceso al agua potable y la salud, hasta el transporte, la educación y la vivienda.
Weiss también se refirió a los desafíos estructurales que enfrenta el país como la baja inversión en infraestructura, los cuellos de botella en el área de la logística, la falta de conectividad digital y los déficits en energía.
De todos modos, para Weiss "hay oportunidades concretas para revertir este escenario", para convertir la inversión en infraestructura en un motor de desarrollo.
Según su mirada, esto se puede lograr "coordinando esfuerzos públicos y privados y diseñando una visión estratégica a largo plazo".
Futuro con infraestructura
Pero en ese marco, reclamó políticas claras, previsibles y eficientes que incentiven la inversión y promuevan modelos innovadores de gestión "para poder tomar decisiones que marquen un camino de crecimiento sostenible".
Y al igual que en la edición 2024 de la convención de CAMARCO, Weiss reiteró que "sin infraestructura, no hay futuro posible", y sostuvo que "la construcción es desarrollo, es progreso, es el presente y el futuro de nuestra nación".
Tanto durante la apertura del evento como en el discurso de cierre, el empresario advirtió sobre el efecto que la paralización de la obra pública causó sobre esta industria, pero al mismo tiempo valoró avances macro como la baja de la inflación, el equilibrio fiscal y el ordenamiento del mercado cambiario.
De todos modos alertó que estos logros "no alcanzarán por sí solos para sostener un crecimiento sostenido", por lo cual planteó que, además de estabilidad, la competitividad requiere de un sistema tributario más simple, un marco laboral moderno, educación de calidad y, sobre todo, infraestructura robusta que conecte, integre y dinamice al país.
"La inversión en infraestructura debe ser una prioridad absoluta, debe realizarse tanta inversión privada como sea posible y tanta inversión pública como sea necesaria", enfatizó, y reclamó mecanismos de financiamiento modernos que permitan complementar los esfuerzos del Estado y el sector privado.
Weiss también señaló que la falta de mantenimiento de las obras existentes genera un deterioro del capital productivo que, según estudios del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), equivale a u$s25.000 millones por año, por lo que aseguró que "invertir en conservación es una decisión económica inteligente".
Acelerar proyectos
Asimismo, expresó preocupación por el escenario actual del sector, marcado por deudas heredadas de la gestión anterior, la paralización de proyectos estratégicos y el impacto del aumento de costos en la obra privada.
"Debemos redoblar esfuerzos para construir un país más competitivo, con empleo de calidad, mayor integración territorial y oportunidades para todos", concluyó Weiss.
Siguiendo ese pensamiento, otros expositores que participaron del evento representando a los sectores minero y energético destacaron la necesidad de incluir a la industria de la construcción para acelerar proyectos de infraestructura en zonas productivas, que permitan desarrollar inversiones y facilitar exportaciones en distintas áreas productivas que generan trabajo, valor agregado y exportaciones en el marco del "Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI)".
Este reclamo surgió de uno de los paneles en donde estuvo presente Roberto Cacciola, presidente de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), quien pidió "que la industria de la construcción tenga una participación importante en todo lo que se viene".
Para este empresario, el RIGI permite el ingreso de los principales jugadores del mundo en el mundo de la minería, y recordó la existencia de seis proyectos de cobre "que nos podrían posicionar en un nivel de producción que nos colocaría entre los cinco principales productores del mundo".
Pero advirtió sobre "problemas importantes de infraestructura" y sobre la necesidad de que estos proyectos puedan acceder al desarrollo de infraestructura, "porque tenemos que pensar en una minería a 100 años".
Ampliar el RIGI
Cacciola pidió además "rápidamente avanzar en trabajos de infraestructura de rutas nacionales, trenes, tendido eléctrico y otros", recordando que la extracción de litio se desarrolla cerca de la Cordillera "en zonas en las que se necesita infraestructura".
Por eso considera "lógico" que el RIGI se haga extensible a todos los sectores productivos, además de repetir el reclamo de Weiss al Gobierno para una baja de impuestos "si no hay cambios en los topes del RIGI para ganar competitividad".
Por su parte, Gustavo Gallino, vicepresidente de Infraestructura de YPF SA, opinó que "el RIGI generó mucha expectativa" e hizo mención al proyecto VEMOS, para exportar el crudo de Vaca Muerta, que involucra a siete empresas.
"Más allá de la previsibilidad que garantiza a los inversores, el RIGI da estabilidad fiscal y jurídica, y además están funcionando muy bien los créditos fiscales. Es muy importante para productores e inversores poder trabajar con previsibilidad, porque también los proyectos deben ser bancarizables", destacó el ejecutivo de la petrolera estatal.
En cuanto a VEMOS, explicó que va a permitir a partir de 2027 exportar u$s15.000 millones anuales, e hizo mención a otras tres iniciativas más dentro del RIGI para gas licuado con Shell y Pan American Energy y otro con una empresa de Italia.
"Todos esto generará u$s30.000 millones anuales de exportaciones por lo que necesitamos a la industria de la construcción para que nos acompañe en estos proyectos y nos adecuemos tecnológicamente en iniciativas de infraestructura que hacen falta porque competimos contra el mundo para llevar hidrocarburos a todo el mundo", indicó.
Cambiar el paradigma
En otro de los paneles de la convención de CAMARCO se debatió sobre la inversión privada y se concluyó que juega un papel importante en el crecimiento del mercado de la construcción, donde el eje está puesto en el crédito hipotecario.
En este escenario, desde miradas distintas se apostó a cambiar el paradigma actual, donde este crédito está centrado en propiedades usadas y trasladar esa inversión en construcciones nuevas.
"Necesitamos modernizarnos y ponernos en sintonía con lo que funciona en el mundo: que el crédito no solo apoye la construcción nueva sino también que luego de una inversión inicial el resto se pague con crédito hipotecario a 15 a 20 años. Hoy toda la línea que se sacó apostó el bien usado y, según las perspectivas, en un año ese escenario estaría colmado", sostuvo Gustavo Llambías, socio de Real Estate Developers.
El desarrollador expuso este concepto durante el panel "Inversión Privada, escenarios posibles", donde Damián Manusovich, socio y fundador de Maja MMCV y ROOT, se unió a esa idea, y si bien dijo que los desarrolladores siempre tienen una "mirada optimista", pero advirtió que la realidad actual es "compleja porque no hay recorrido de ventas".
En esa línea, señaló que los nuevos desarrolladores "no están acostumbrados a un escenario de crecimiento y de ver sostenible el crédito hipotecario en el tiempo "porque en los últimos 30 años esto no sucedió".
En tanto, Ricardo Griot, vicepresidente de la Cámara Argentina de la Construcción, hizo foco en la falta de una apuesta el mercado de la propiedad nueva, y dijo que "se vende según la necesidad de la demanda, con un crédito hipotecario que estuvo dirigido a la compra del usado".
En ese panel, la queja general de los expositores fue referida a las demoras que existen en dos puntos clave del desarrollo de la obra, como es la habilitación y la escritura final, donde la burocracia juega un papel fundamental.
"Nosotros podemos tener claro el tiempo que nos lleva hacer la obra y cumplimos habitualmente, pero la habilitación puede tardar más de un año y de la firma del boleto a la escritura final, en algunos casos cinco o seis años, eso hay que cambiar en forma urgente", dijo Manusovich.
A la hora de hablar de precios de propiedades y de costos y rentabilidad de las constructoras, hubo coincidencia en que los valores de los departamentos y casas "van a subir como todo bien duradero".
Para Llambías, "los precios van a subir, los costos se acomodarán, algo que todavía no sucede y está claro que le podremos vender más a la clase media, donde están ya despiertos para la búsqueda de crédito. Si esto se motoriza en el tiempo podemos duplicar o triplicar la venta de viviendas por año".
"Para mejorar los costos y aumentar la rentabilidad hay una gran responsabilidad nuestra. Tenemos que pensar en seducir con mejores productos y el mercado debe sostener el crédito, ese es el camino a recorrer", dijo Griot.