La dueña de los pañales Huggies y los pañuelos Kleenex cierra una planta en Argentina
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Sin razones, por lo menos públicas, y de manera sorpresiva, una de las principales productoras de artículos de higiene personal cerró una de sus dos plantas en la Argentina.
Se trata de Kimberly-Clark, que en el país se dedica a la fabricación, principalmente pañales para bebés y adultos, protección femenina, toallitas húmedas, y algunos productos para la incontinencia leve en adultos.
Hasta ahora, la filial local de este grupo multinacional operaba dos plantas principales en Argentina: una en San Luis (pañales) y otra en Pilar (protección femenina, wipes y otros).
Entre sus marcas se destacan Huggies (pañales); Kotex (protección femenina); Kleenex (pañuelos de papel); Scott (papel higiénico y pañuelos de papel); Plenitud (productos para incontinencia); WypAll (paños de limpieza), y KleenGuard (ropa de protección).
Este lunes 9 de junio, el personal de la planta ubicada en la localidad de Pilar no pudo ingresar a llevar a cabo sus tareas debido a que la empresa decidió el cierre definitivo de este predio, ubicado en el parque industrial de esa localidad de la zona norte de la provincia de Buenos Aires.
Despidos masivos: Kimberly-Clark cierra una planta en Pilar
Esta decisión determinó, además, el despido de sus 220 trabajadores, que habían sido notificados de la medida este sábado 7 de junio mediante telegramas que recibieron en sus hogares de manera sorpresiva.
En este sentido, desde el sindicato del sector se denunció a la medida como "arbitraria" y se anunció un plan de lucha para visibilizar el conflicto generado en dicha planta, que se especializaba en la producción de las toallitas húmedas y protectores diarios de marcas como Huggies, Kleenex, Scott y Plenitud.
Según medios zonales, como Pilar a Diario, la empresa había interrumpido su actividad durante el fin de semana bajo el argumento de realizar tareas de mantenimiento.
Sin embargo, según relató el secretario regional del sindicato de Papeleros, Diego Lijo, ese parate fue solo el preludio del anuncio del cierre.
El dirigente contó a ese medio que fue convocado por la empresa para informarle de la decisión del cierre y que luego "comenzaron a llamar a todos los trabajadores para comunicarles que el lunes se depositará la liquidación final".
Además, admitió que la medida "parece difícil de revertir por tratarse de una firma multinacional" y anticipó que el sindicato "buscará ahora resistir y, en todo caso, mejorar las condiciones de desvinculación".
Decisión sorpresiva
La empresa había interrumpido la actividad en la fábrica afirmando que se trataba de tareas de mantenimiento, pero la realidad fue otra: mientras los trabajadores abandonaron sus puestos de trabajo el viernes, pensando que regresarían una vez que las labores finalizaran, la empresa tenía otros planes y el mismo sábado envió los telegramas de despido.
En este sentido, este lunes 9 de junio se llevó a cabo una movilización del personal de la planta que cuenta con el apoyo de la Federación de Papel y otros gremios del rubro para hacer visible la situación.
Por su parte, la empresa informó a través de un comunicado que la medida se enmarca en una estrategia de "optimización y crecimiento sostenible" y que, como parte de esa política, centralizará toda su producción nacional en la planta ubicada en la provincia de San Luis, donde planea invertir u$s15 millones en los próximos tres años.
"La inversión contempla la mejora de infraestructura y tecnología en San Luis y el traslado de los activos de Pilar a esa sede ya que nos adaptamos a la estrategia global de optimización de la huella operativa", aseguraron desde la compañía.
De esta manera, la planta de San Luis se convierte en la segunda más grande de Latinoamérica en el segmento de cuidado personal. Esta importante inyección de capital permitirá ofrecer productos innovadores, optimizar procesos, incrementar la capacidad productiva y fortalecer su competitividad en el mercado.
Además, confirmaron que continuarán con su compromiso con el país a través de la planta de San Luis, su equipo comercial y el centro de distribución de Pilar, el cual se consolida como el más moderno de la compañía para Latinoamérica y uno de los mejores en la industria.
Estrategia que se repite
Mientras tanto, el sindicato ya cursó una presentación ante la Delegación de Pilar del Ministerio de Trabajo "solicitando fecha de audiencia de manera urgente para tratar el tema este y reapertura inmediata del establecimiento".
El cierre de su planta de Pilar no parece ser un caso aislado dentro de la estrategia comercial de Kimberly-Clark en la Argentina si se recuerda que en 2018 hizo lo mismo con el establecimiento que operaba en la localidad bonaerense e Bernal.
En ese momento, fueron 200 los trabajadores despedidos del establecimiento que se dedicaba a la producción de papel higiénico, rollos de cocina y servilletas para las marcas Kleenex y Scott.
La papelera, ubicada al sur del gran Buenos Aires, había sido adquirida por la compañía norteamericana en 1997 y la decisión la tomó la empresa debido a un desplome de ventas, aunque, como en el caso de Pilar, sus ejecutivos aseguraron que se trataba de un "Programa de Reestructuración Global" que delineó en 2018 la firma norteamericana.
En 2023, la firma había celebrado los 25 años de operaciones en Argentina, sosteniendo que "la compañía es fruto del esfuerzo y del compromiso de los más de 1.300 colaboradores que forman parte de Kimberly-Clark. Y es el resultado de 25 años confiando en el desarrollo de la Argentina".
De ese modo, lo explicaba Pablo Latrónico, Vicepresidente de Kimberly-Clark LAO-Región Austral, mediante un comunicado en el cual agregaba que "en estos años fuimos consolidando nuestra operación, con grandes hitos como la asunción de nuestra propia fuerza de venta en 2007 que nos permitió impulsar el crecimiento económico, pensando también en el social y medioambiental",
Para el ejecutivo de la multinacional "durante estos 25 años, Kimberly-Clark superó los 4.300 millones de dólares en ventas y los 1.160 millones de dólares en exportaciones desde 1995".
En la actualidad, la empresa tiene cada vez menos personal y ahora quedará solamente una planta, además de oficinas administrativas en Buenos Aires, dos centros de distribución World Class en San Luis y provincia de Buenos Aires.
"Durante este estos años la compañía ha crecido sustentablemente a nivel económico, social y ambiental, comprometida con las comunidades en las que está presente", finalizaba el comunicado argumentando un escenario que no parece cumplir con sus acciones.