Cuánta plata hay que invertir en una franquicia educativa y de entretenimiento
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El negocio orientado a la infancia mantiene un dinamismo singular en el universo de las franquicias. Aun en un escenario económico desafiante, se consolida como un segmento con demanda sostenida y posibilidades de diferenciación. Según la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF), combina tres factores que lo hacen atractivo: consumo estable, innovación constante y capacidad de generar impacto social positivo.
La amplitud de propuestas es una de sus principales características. Existen modelos que requieren grandes inversiones en espacios comerciales amplios y ubicaciones estratégicas, pero también alternativas de bajo costo pensadas para emprendedores que buscan iniciarse con capital acotado.
Una de las señales de este mercado es la aparición de franquicias accesibles, con un piso de inversión desde u$s5.000. Este tipo de formatos apunta a emprendedores que, además de un negocio, buscan un propósito vinculado a la educación, la contención y el desarrollo infantil.
En estos casos, el atractivo radica en la posibilidad de abrir un espacio con acompañamiento institucional, capacitación y respaldo de una marca en crecimiento, sin necesidad de afrontar regalías mensuales. Se trata de propuestas que priorizan la vocación por la infancia por encima del capital disponible.
La combinación de educación y tecnología
Más allá de los modelos accesibles, el mercado infantil atraviesa un proceso de transformación marcado por la fusión entre educación y tecnología. El llamado eduentretenimiento gana terreno con espacios que combinan juego, aprendizaje y herramientas digitales.
La incorporación de robótica, inteligencia artificial o talleres interactivos refleja el interés de las familias en propuestas que estimulen a los chicos en múltiples dimensiones. El entretenimiento puro pierde peso frente a experiencias con valor pedagógico y contenido simbólico.
Las propuestas abarcan desde espacios educativos y de estimulación temprana hasta centros de entretenimiento y métodos de aprendizaje innovadores. En todos los casos, el éxito depende de tres factores: ubicación estratégica, identidad visual y experiencia integral que logre conectar con los chicos y las familias.
Inversiones iniciales y accesibilidad
La inversión requerida para ingresar a este mercado es variada. Existen modelos accesibles, que parten desde u$s5.000, hasta desarrollos más complejos que superan los u$s200.000. Los locales suelen tener entre 60 y 100 m2 en zonas comerciales, cercanas a colegios, plazas o shoppings. En ciudades medianas del interior, los espacios pueden ser más pequeños, aunque con igual relevancia de la visibilidad y el acceso.
Para la AAMF, la clave está en ofrecer una propuesta que trascienda el producto o servicio: un espacio donde el niño se sienta estimulado, seguro y contenido, y donde los padres encuentren confianza y valor educativo.
La mirada de los especialistas
Marcelo Bernardini, de Franquicias que Crecen, sostuvo que hoy es posible acceder a una franquicia infantil desde u$s45.000, aunque los formatos más accesibles son los que no requieren grandes superficies ni inversiones en infraestructura. "Las opciones van desde peluquerías temáticas hasta espacios didácticos móviles, con diferentes niveles de complejidad. La tendencia más clara es el crecimiento de las propuestas que combinan juego, aprendizaje y tecnología", explicó.
Bernardini destacó que en los últimos años se consolidaron conceptos de "eduentretenimiento", donde se fusionan dinámicas lúdicas con contenidos educativos y digitales. Agregó: "Los rubros clásicos como las jugueterías siguen vigentes, pero el valor agregado hoy pasa por experiencias inmersivas que integren tecnología y aprendizaje".
Consumo más selectivo
Para ampliar la mirada, María Paula Cassiani, gerente comercial de Carter’s en Argentina, remarcó que la demanda vinculada a la infancia se volvió más selectiva. "Las familias priorizan la calidad, la seguridad y la confianza de la marca. Vimos una transformación en el consumo: ya no se trata solo de productos, sino de experiencias de valor que integren juego, aprendizaje e innovación", señaló.
Cassiani advirtió que el desafío actual es sostener precios competitivos sin perder calidad. "El contexto obliga a trabajar con estructuras eficientes y propuestas claras. A pesar de la inflación, el segmento infantil se mantiene activo porque los padres siguen invirtiendo en sus hijos, aunque con más conciencia", explicó.
La ejecutiva también subrayó la importancia de cumplir con normativas y habilitaciones específicas, sobre todo en espacios que incluyen juegos, talleres o servicios. "La habilitación no es un trámite menor: forma parte de la confianza que las familias necesitan", puntualizó.
Nuevas tendencias
Los especialistas coinciden en que el rubro atraviesa un proceso de profesionalización. El negocio ya no se limita a ofrecer entretenimiento, sino que debe aportar desarrollo cognitivo, emocional y social. La tecnología cumple un rol cada vez más central, tanto en la gestión de los locales como en la interacción con los chicos: aplicaciones, juegos digitales, realidad aumentada o programas de fidelización forman parte del paquete.
La AAMF remarcó que la identidad visual clara y la experiencia lúdica siguen siendo imprescindibles. "El éxito se construye sobre una combinación estratégica de imagen, experiencia, contenido y conexión emocional, todo dentro de un modelo profesional con capacitación constante", indicó la entidad.
El impacto de la ubicación
La elección del local es determinante. En CABA, las franquicias infantiles buscan estar cerca de polos escolares o recreativos, shoppings o avenidas con alto tránsito familiar. En el interior, los shoppings y galerías mantienen atractivo, pero también funcionan locales a la calle en zonas residenciales con familias jóvenes.
La superficie varía según el modelo de negocio: desde 50 m2 en espacios educativos compactos hasta 120 m2 en centros de entretenimiento. Lo central es que el local permita una experiencia cómoda, segura y visible.
La franquicia La Casa de Abu, dirigida por su CEO Gastón Azcona, se presenta como una de las opciones más accesibles del segmento infantil. El modelo está orientado a centros de primera infancia y busca atraer a emprendedores con vocación, ya que no cobra regalías y ofrece acompañamiento en capacitación, seguridad y gestión del espacio.
Azcona explicó que el diferencial radica en combinar juego, ciencia, nutrición y afecto en un mismo lugar, con espacios que respiran infancia y convocan a las familias. Según detalló, la propuesta apunta a responder a la creciente demanda de entornos donde los chicos se sientan contenidos y desafiados, un valor cada vez más buscado en la elección de las familias.
Expectativas a futuro
El sector espera un crecimiento sostenido, aun en un contexto económico de incertidumbre. Para Bernardini, el desafío será diferenciarse con propuestas de valor únicas. Para Cassiani, la clave estará en sostener cercanía con las familias y adaptarse con agilidad.