Cómo invertir desde 50 dólares en soja sin saber nada del negocio del campo y cuánto se puede ganar

Por primera vez en la Argentina, cualquier persona puede ser dueña de una porción de un campo productivo, sin necesidad de grandes fortunas ni contactos en el agro. La empresa Landtoken lanzó un fideicomiso financiero tokenizado con oferta pública, autorizado por la Comisión Nacional de Valores (CNV), que permite al pequeño ahorrista invertir a través de bancos, sociedades de bolsa o exchanges de criptomonedas regulados.

Se trata de una propuesta inédita en el mercado de capitales local: en lugar de destinar grandes sumas para comprar tierras completas, el ahorrista puede adquirir participaciones fraccionadas en campos ya operados por empresas de primera línea como Adecoagro. El fideicomiso fue estructurado por Allaria S.A. y respaldado por la tecnología de tokenización de Justoken, con el objetivo de combinar lo mejor del sistema financiero tradicional y el mundo digital.

"La verdadera innovación es que con un ingreso mínimo de u$s50 cualquiera puede empezar a invertir en un activo que antes estaba reservado para grandes patrimonios. La idea es que uno pueda probar, y si se siente cómodo, ampliar su inversión con el tiempo", explicó a iProfesional Matías Simone, CEO y cofundador de Landtoken.

Cómo funciona esta inversión en agro

El mecanismo es simple: quienes participan del fideicomiso adquieren una fracción de campos productivos agrícolas. Esos campos se alquilan a productores con experiencia, que pagan un arrendamiento. Esa renta constituye la primera fuente de ingresos para el inversor. La segunda fuente proviene de la apreciación del valor de la tierra en dólares, que históricamente ha mostrado un crecimiento sostenido.

En números concretos, Landtoken estima un rendimiento anual cercano al 10% en dólares, compuesto por un 3-4 % de renta por arrendamiento y un 5-6 % de revalorización de la tierra.

"La renta se calcula sobre la base de los contratos vigentes que tenemos con operadores como Adecoagro y EDP Agro, donde el arrendamiento anual ya se ubica cerca del 4% (ya distribuida en junio). La apreciación surge de estudios históricos que realizamos junto con Compañía Argentina de Tierras, que muestran cómo la tierra agrícola en Argentina se valorizó de manera sostenida en dólares en los últimos 30 años", aclaró Simone.

Se estima un rendimiento anual cercano al 10 %, 3-4 % por renta y 5-6 % por valorización

La inversión puede realizarse por dos caminos distintos, lo que la hace más accesible. Por un lado, está la vía tradicional: a través de una cuenta comitente, en una sociedad de bolsa o en un banco, de la misma manera que alguien podría comprar un bono o un fondo común de inversión. Por otro, quienes prefieran el ecosistema digital tienen la opción de operar en exchanges de criptomonedas regulados, comprando la versión tokenizada del fideicomiso.

"Lo que logramos es una integración real entre ambos mundos. Alguien acostumbrado a operar en Bolsa lo hace como siempre; y quien prefiere el ecosistema cripto puede hacerlo en plataformas habilitadas. Lo importante es que en todos los casos la operación está regulada por la CNV, lo que da transparencia y seguridad", destacó el CEO.

A diferencia de otras inversiones inmobiliarias, aquí no existe un plazo mínimo de permanencia: el inversor puede vender su participación en cualquier momento en el mercado secundario. Sin embargo, la compañía aclara que los mejores resultados se obtienen si se mantiene la inversión por más tiempo. "En cuanto al horizonte de inversión, lo ideal es pensar en el mediano plazo", explicó Simone. Esto significa que, aunque haya liquidez para salir antes, la verdadera lógica del producto es aprovechar tanto la renta anual del arrendamiento como la revalorización sostenida del valor de la tierra.

Otro aspecto clave es la seguridad. Antes de sumarse al fideicomiso, cada campo pasa por un proceso de revisión que incluye la validación de los títulos de propiedad, la evaluación de su capacidad productiva, la comparación de su valor con los precios de mercado y el análisis de las condiciones de arrendamiento. Además, se seleccionan operadores con trayectoria comprobada, lo que garantiza contratos sólidos. "Nos enfocamos en campos agrícolas de alto potencial. Además de la seguridad legal y el análisis técnico, trabajamos solo con productores que tienen experiencia comprobada y contratos de arrendamiento firmes. Eso significa que el inversor no corre riesgo productivo", subrayó Simone.

Landtoken nació en 2023 con la misión de democratizar el acceso a la tierra. En solo dos años, ya cuenta con más de 12.000 usuarios, 1.250 inversiones realizadas y un volumen transaccionado de u$s2,2 millones. Con este fideicomiso tokenizado, la compañía busca dar un salto de escala.

"Queremos que el campo productivo se consolide como una clase de activo global, accesible y transparente. Este fideicomiso está pensado para que el pequeño ahorrista pueda invertir desde montos bajos y diversificar sus ahorros, al mismo tiempo que ofrece a family offices e institucionales la posibilidad de sumar un respaldo sólido a su portafolio. El campo es un activo estratégico y nuestro objetivo es abrirle la puerta a todos", concluyó Simone.