• 13/11/2025

Fue futbolista, la pegó con una cadena de hamburguesas y ahora lanza franquicias: cuánto hay que invertir

Morfi Burger llega al corazón de Buenos Aires y propone franquicias con recupero de inversión en dos años y rentabilidad de hasta 15 por ciento
22/09/2025 - 18:12hs
La cadena de un ex futbolista que busca destronar a McDonald’s llega a Callao y Corrientes y sale a sumar franquicias

Morfi Burger, la cadena de hamburguesas fundada por el exfutbolista Diego Jaime acaba de confirmar la apertura de un local en la emblemática esquina porteña de Callao y Corrientes. Con esta apuesta, la marca que nació en un kiosco de González Catán se prepara para competir de lleno con las grandes del fast food empezando con la apertura de 35 nuevas franquicias en los próximos dos años.

Jaime, nacido en Laferrere y formado en las inferiores de Almirante Brown, cumplió el sueño de ser futbolista profesional, con pasos por San Lorenzo, clubes del ascenso argentino y experiencias internacionales en Ecuador y en Bosnia y Herzegovina. Sin embargo, lejos de las luces del fútbol millonario, su carrera no le dejó tranquilidad económica.

Jaime derribó el mito de que jugar al fútbol en el exterior asegura riqueza. "Uno piensa, ‘che, jugar afuera, bueno, ahora vino lleno de plata’. Claro, no. La verdad es que no. Uno está siempre buscando una oportunidad, a veces se te da, a veces no", cuenta. Y fue contundente: "Pude vivir del fútbol esos 10 años, pero como para hacer una diferencia económica".

En 2019, cuando en Deportivo Laferrere no le renovaron su contrato, atravesó un momento bisagra: sin club y con la necesidad de generar ingresos, pidió prestada una plancha y comenzó a vender hamburguesas en la vereda del kiosco que su padre tenía en González Catán.

"Al principio era subsistir. Vendía una cajita de 40 hamburguesas por día y me quedaba una monedita. Pero la gente empezó a volver porque cuidábamos la calidad y siempre cumplíamos con la entrega", recuerda Jaime. La pandemia fue un acelerador inesperado: desde el pequeño local que improvisó en el fondo del kiosco, los pedidos por delivery pasaron de a decenas hasta requerir seis motos repartiendo en simultáneo.

Ese crecimiento lo llevó a abrir cuatro locales propios en González Catán y alrededores, todos enfocados en el modelo de delivery. El salto llegó cuando desembarcó en el shopping de González Catán, frente a gigantes como Mostaza y Burger King. Allí Jaime entendió que debía profesionalizar la marca, darle identidad, packaging y una estética uniforme.

Sin embargo, la primera incursión en el sistema de franquicias no fue sencilla: abrieron varios locales, pero muchos no prosperaron por falta de experiencia y estructura de soporte. "Nos dimos cuenta de que administrar un local es el 70% del éxito. La hamburguesa la puede hacer cualquiera, pero hay que sostener a los franquiciados con marketing, capacitación, supervisión y finanzas", admite.

Aprendida la lección, Morfi Burger rearmó su estrategia. Incorporó a un exdirector de expansión de Mostaza, para liderar el desarrollo de locales, sumó un equipo de marketing, un área legal, un contador y un staff de supervisores. También creó un centro logístico propio en Cañuelas, que en noviembre mudará al Parque Industrial de Ezeiza con un predio de 1.800 m² para mejorar la distribución.

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Jaime arrancó vendiendo hamburguesas en su kiosco de su padre y hoy con su marca quiere competirle a las grandes cadenas fast food

Hoy, la cadena cuenta con siete franquicias en operación y cuatro más en apertura. La confirmación del local en Callao y Corrientes representa un punto de inflexión: será su primera tienda en la Ciudad de Buenos Aires y, según Jaime, "un golazo para posicionarnos como competidores directos de McDonald’s y Mostaza". El plan de expansión prevé alcanzar las 35 franquicias hacia 2026, priorizando aperturas "sanas", con franquiciados rentables y comprometidos.

Para ser franquiciado de Morfi Burger se requiere desde u$s50.000

Hoy la marca ofrece dos formatos de negocio que buscan adaptarse a distintos perfiles de inversores y ubicaciones:

  • Formato low cost: locales de 50 a 60 m² pensados para autoempleo, donde el propio franquiciado y su familia trabajan en la operación. La inversión ronda los u$s50.000 a 60.000, más un fee de ingreso de u$s30.000. Requiere unos cuatro empleados y está diseñado para quienes quieren involucrarse directamente en el día a día.
  • Formato full: locales de 120 m² o más, con espacio para pelotero y cumpleaños infantiles, pensados para un público familiar. La inversión oscila entre u$s90.000 y 100.000, más el fee de ingreso de u$s30.000. La dotación de personal es mayor, entre 7 y 8 empleados, y la gestión requiere una estructura administrativa más amplia.
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Varios de los primeros empleados se convirtieron en dueños de franquicias con apoyo de la marca

En ambos casos, el fee de ingreso incluye capacitaciones, búsqueda y selección de personal, publicidad previa a la apertura, asistencia en la obra y supervisión permanente. La marca también brinda apoyo contable, jurídico y de marketing.

El tiempo estimado de recupero de la inversión es de 24 meses, con una rentabilidad que ronda entre el 12% y el 15% mensual, siempre que la administración del local sea eficiente en materia de stock, desperdicio y pedidos de mercadería.

En cuanto al perfil del franquiciado, Morfi Burger prioriza a los inversores activos, es decir, aquellos que se involucran en la gestión diaria. "Necesitamos gente con empuje, liderazgo de equipo y compromiso. También aceptamos inversores, pero que deleguen la operación en nosotros. En esos casos la rentabilidad es menor porque el gerenciamiento tiene un costo extra", explica Jaime.

Una particularidad de la cadena es que varios de sus primeros empleados se convirtieron luego en dueños de franquicias, un modelo que la empresa alienta como forma de crecimiento interno. "Es un orgullo que chicos que arrancaron conmigo hoy tengan 23 o 24 años y ya sean dueños de su propio local", destaca.

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El tiempo de recupero de inversión ronda 24 meses con rentabilidad mensual de 12 a 15 por ciento

Con este esquema, y con el respaldo de proveedores líderes como Bimbo, McCain y Coca-Cola, Morfi Burger apunta a consolidar su presencia en el Gran Buenos Aires, expandirse al interior del país y crecer en la Ciudad de Buenos Aires con su nuevo local insignia en Corrientes y Callao.

"Hoy es el momento ideal para sumarse a las franquicias de Morfi Burger. La marca está en pleno crecimiento, con bases sólidas y un modelo probado. Nuestro objetivo es competir de igual a igual con las grandes cadenas y posicionarnos como líderes del fast food en Argentina", concluye Jaime.