El "Uber del reciclaje": así funciona la app que revoluciona el manejo de la basura en Buenos Aires
Este mes, Buenos Aires está siendo el escenario de una experiencia inédita: una app permite pedir que te vayan a buscar los residuos reciclables a tu casa, como si fuera un viaje de Uber. Se trata de la prueba piloto que pondrá en marcha Reaquila, una climatech argentina que quiere digitalizar el reciclaje, formalizar el trabajo de los cartoneros y dar trazabilidad a cada envase recuperado.
La idea es que a través de una aplicación gratuita, cualquier vecino, comercio o empresa pueda publicar los materiales reciclables que tenga disponibles —plástico, vidrio, cartón o metal— y recibir, en cuestión de minutos, la confirmación de un recolector urbano que pasará a retirarlos. Todo el proceso quedará registrado digitalmente: desde el retiro hasta la venta del material.
"Contamos con una plataforma de uberización que permite a los usuarios solicitar la recolección de sus envases de manera similar a como funcionan servicios de delivery como Rappi o PedidosYa", explica Martín Parra, CEO y cofundador de Reaquila, en diálogo con iProfesional desde Valencia (España), donde participa del programa de aceleración Lanzadera, una de las más grandes de Europa.
El modelo combina tecnología y economía circular para resolver uno de los grandes problemas del sistema de gestión de residuos en Argentina: la informalidad y la falta de trazabilidad. Hoy, la mayoría de los materiales que los vecinos separan termina enterrada o en basurales a cielo abierto.
"La realidad es que lo que se deja en los contenedores verdes, en su mayoría, se entierra. Por eso es tan importante que un recolector lo retire directamente, además como necesita venderlo para vivir, eso garantiza que el material efectivamente se recicle", subraya Parra.
La app de Reaquila permitirá además que los pagos se realicen de forma electrónica a través de una billetera digital propia, y que los usuarios y recolectores accedan a una tarjeta Mastercard asociada. Allí se acreditarán los beneficios por participar en el sistema: descuentos, reintegros e incluso la posibilidad de pagar servicios o impuestos.
"De esta manera, formalizamos y damos inclusión financiera a un sector históricamente invisibilizado", resume Parra.
El piloto de Buenos Aires incluirá 150 cartoneros y se desplegará por zonas o "anillos", replicando el esquema con el que otras apps de servicios aterrizaron en la ciudad. Reaquila ofrecerá tres modalidades de servicio: una suscripción básica con dos recolecciones al mes, otra familiar con cuatro visitas mensuales para hogares con mayor volumen de residuos y una opción on demand para quienes necesiten que el recolector pase de inmediato.
En todos los casos, el costo será de unos $2.000 por recolección, y casi la totalidad de ese monto se traslada directamente al recolector, que recibe el pago a través de la nueva billetera digital de la plataforma.
"Nuestra idea es que el cartonero gane más, que no dependa del precio del material ni de subsidios, y que por primera vez tenga acceso a una cuenta remunerada, crédito y trazabilidad de su trabajo", remarca el CEO.
Según sus estimaciones, un recolector que hoy gana cerca de $400.000 mensuales podría triplicar sus ingresos con este sistema, gracias a la suma de factores: el pago por la logística de recolección, la venta directa del material y los intereses generados en la billetera. "Podemos desintermediar al Estado y empoderar al recolector, darle volumen de trabajo y estabilidad", explica.
Para Parra, el contexto hace aún más necesaria una solución de este tipo. "Hoy el cartonero de calle prácticamente no está recolectando, porque el cartón vale poco y perdió los aportes que tenía antes. Con esta plataforma buscamos reactivar la cadena, garantizar volumen y brindar inclusión financiera real", afirma.
Detrás de la pantalla, lo que propone Reaquila es una transformación estructural del circuito del reciclaje, que une a quienes generan residuos con quienes viven de recuperarlos, a través de datos, confianza y dinero digital.
La estrategia y el modelo que sustentan la uberización del reciclaje
La historia de Reaquila empezó en Bahía Blanca, en plena pandemia de 2020. Con apenas u$s10.000 de inversión propia, Martín Parra y sus socios —Facundo Roque, Maximiliano Fuchs y Maximiliano Rodríguez— instalaron un punto limpio en un terreno baldío cedido por Roque. Los vecinos podían dejar allí sus residuos secos, correctamente clasificados, y a cambio recibían puntos canjeables por descuentos en comercios locales.
"Queríamos que la gente vea valor en lo que tiraba", recuerda Parra. Ese experimento comunitario fue el germen de un ecosistema digital que hoy combina reciclaje, inclusión y tecnología financiera.
Dos años más tarde, Reaquila logró su primera inversión institucional: u$s53.000 del Grupo Sancor Seguros, lo que permitió escalar su software y profesionalizar la operación. Desde entonces, la compañía fue ampliando su alcance con nuevas unidades de negocio. En 2020 lanzó su plataforma de beneficios; en 2022, la primera versión de recolección domiciliaria; en 2023, un marketplace de materiales reciclados donde las industrias pueden comprar insumos recuperados; y en 2025, la app de uberización.
El modelo de negocio de Reaquila se apoya en tres pilares: las comisiones de las suscripciones de usuarios, los servicios fintech vinculados a la billetera, y la venta de datos de trazabilidad a empresas.
En la actualidad trabajan con marcas como Coca-Cola, CCU, Tetra Pak, Chango Más, Alvear Supermercados y Sancor Seguros, que utilizan su sistema para medir su impacto ambiental y cumplir con los estándares de economía circular.
"Para las empresas es fundamental validar cuánto recuperan realmente. Hasta ahora se manejaban con declaraciones juradas y consultoras, sin tecnología. Nosotros ofrecemos trazabilidad de punta a punta, basada en datos y blockchain", explica Parra.
La compañía emplea a unas diez personas de forma directa y colabora con más de 150 cooperativas, lo que representa a unas 5.000 personas en toda la cadena. Actualmente, recupera unas 7.200 toneladas de materiales al año, aunque su potencial de crecimiento es mucho mayor.
En 2025 proyecta facturar más de 1,5 millones de dólares y ya tiene operaciones activas en Chile, Uruguay y España, además de toda la Argentina.
Desde Valencia, Parra asegura que la visión es regional y de largo plazo. "Queremos digitalizar la recolección en toda Latinoamérica y crear un mercado global de materiales reciclados. Que desde Argentina se pueda trazar un envase recuperado hasta México o España. Que cada botella cuente su historia", resume.
En un país donde se generan más de 50.000 toneladas de residuos por día y casi todo termina enterrado, Reaquila propone revolucionar el reciclaje, formalizar el trabajo de los cartoneros y recursos para la industria; todo con un clic.