• 18/12/2025
ALERTA

Era arquero de Boca, fue a la quiebra con 3 negocios y hoy la rompe vendiendo autos premium

Sin experiencia ni saber por dónde empezar, apostó por la venta de autos. Abrió su propia concesionaria y estalló la pandemia. ¿Cómo logró salir adelante?
22/10/2025 - 06:39hs
Omar Hassan, ex arquero de Boca

Criado en Gualeguaychú, Omar Hassan se mudó solo a Buenos Aires a los 13 años con una ilusión: llegar a primera división como arquero de Boca Juniors. Compartió entrenamientos con futuras figuras del fútbol argentino, como Carlos Tévez y Franco Cángele. Pero cuando llegó el momento de firmar contrato profesional, la oferta nunca apareció. Aunque recibió propuestas de otros clubes, a los 21 años decidió dejar el fútbol.

Terminó la carrera de Comercialización y decidió emprender. Con el dinero de la venta de un departamento familiar, abrió tres negocios al mismo tiempo: un restaurante en Buenos Aires, un bar en Gualeguaychú y un local de ropa en Rafaela. Aplicó lo aprendido en la facultad: sistemas de gestión, control a distancia, manejo administrativo. Pero no estuvo presente en ninguno de los tres. No conocía al cliente, no controlaba qué se vendía ni como se atendía.

En pocos meses, los tres negocios cerraron. "Me equivoqué totalmente", reconoce. "Me quemé un departamento en tres negocios que tuve que cerrar", cuenta.

La lección que cambió su forma de trabajar

Después de esa experiencia, entendió que el dinero no alcanza para sostener un proyecto. Aprendió que es necesario estar presente, escuchar y tomar decisiones con conocimiento del entorno. "Yo tenía todo, y me la di en la pera igual", resume. Hoy dirige Hascar Premium Car con una lógica distinta: está presente, define cada paso y participa de todo el proceso. El primer intento no funcionó, pero dejó una base que todavía usa para construir su camino.

Tras el cierre de los tres negocios, Hassan se quedó sin recursos. Su familia dejó de ayudarlo, le cortaron las tarjetas y no volvió a recibir apoyo económico. Esa situación lo obligó a buscar trabajo. Pensó en el rubro automotor y consiguió una entrevista en una concesionaria. Pidió ingresar en Audi. Le dieron material para estudiar. "Me senté, lo leí y me di cuenta que ya lo sabía. Siempre me gustaron los autos; sin darme cuenta, había aprendido", recuerda.

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En Boca, cuando llegó el momento de firmar contrato profesional, la oferta nunca apareció

El gerente lo evaluó, le hizo preguntas, y lo dejó empezar. Ese mismo día vendió un auto, pero desconocía los pasos administrativos. "Vendí un Audi A3 a u$S32.000 y no sumé el flete, el formulario ni el patentamiento. Me faltaban u$s6.000 que no sabía que había que agregar", cuenta. La operación se frenó, tuvo que llamar al cliente y devolver la seña. "Me dijo: ¿Cómo no iba a saber eso? No lo supe. Era mi primer día".

"Sentí lo mismo que con los locales. Esa presión en el pecho cuando sabés que fallaste y que no lo podés arreglar", recuerda. Pensó en dejarlo, pero no se fue. "Me quedé. Entendí qué si me iba otra vez, no iba a aprender nada. Me senté a mirar, a escuchar, a anotar todo. Me puse a trabajar", asegura.

De vendedor novato a referente comercial

Durante su primera etapa como vendedor, Hassan se destacó por superar ampliamente a sus compañeros, llegando a duplicar al mejor vendedor del equipo en su primer mes. Saber del producto hacía la diferencia en un contexto donde la información sobre autos no estaba tan accesible para el consumidor.

Su desempeño lo llevó a ganar un concurso interno que le permitió visitar la fábrica de Audi en Alemania y, posteriormente, a recibir ofertas de otras empresas.

El éxito que no vio venir otro fracaso

En 2012 aceptó un nuevo desafío en Autovisiones y, durante 2013, vivió el pico de ventas del sector: "De vender generalmente 30 por mes, pasé a vender 130 unidades mensuales. ¡Una locura!". Sin embargo, el éxito repentino no contempló un problema impositivo: a principios de 2014, un nuevo impuesto del 200% a los autos premium desplomó la demanda y paralizó completamente el mercado.

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Hassan compartió entrenamientos con futuras figuras del fútbol argentino como Carlos Tévez

Uno de los errores principales fue no prever la dependencia de un único producto en un sector vulnerable a regulaciones fiscales. A pesar de notar comportamientos inusuales, como la compra masiva de vehículos para futura reventa, no interpretó a tiempo las señales del mercado. Tras la crisis, se convirtió vendiendo autos usados desde su casa, utilizando su red de antiguos compradores. Aunque evaluó abrir su propia empresa, entendió que aún no tenía la experiencia suficiente. Fue convocado nuevamente a Autovisiones, esta vez como gerente de usados.

Reinventarse en pandemia

Después de siete años liderando equipos y acumulando experiencia en concesionarias, Omar decidió iniciar su propio negocio. Su jefe lo apoyó y le facilitó vehículos en consignación. Las primeras ventas llegaron: una el primer mes, dos en el segundo y así sucesivamente. Pero la pandemia interrumpió el crecimiento. "Hice lo que tenía que hacer, junté experiencia, capital, me abro solo... y me vuelve a pasar lo mismo de antes", cuenta.

Durante el aislamiento, implementó un sistema de atención personalizada que le permitió mantener el negocio activo. Consiguió permisos para circular y comenzó a llevar los autos directamente a los clientes. Esa experiencia lo llevó a enfocarse en soluciones prácticas: traslados, atención remota y medios de pago alternativos. "Ahí aprendí a que el cliente no solo quiere comprar un auto, sino vivir una experiencia superadora", explica. A partir de entonces, reorganizó su estrategia comercial e incorporó redes sociales para ampliar su alcance.

De lo presencial a lo digital

Durante la pandemia, Omar detectó un cambio en el modelo de negocio y comenzó a explorar nuevas maneras de comunicar su actividad. Notó que su bajo perfil en redes no le permitía llegar a más personas. Buscó apoyo, aplicó herramientas de visibilidad digital y empezó a compartir su día a día como vendedor y emprendedor.

Con el tiempo, entendió que mostrarse genuino atraía a nuevos clientes y sostenía el crecimiento. Así comenzó un proceso de transformación en la forma de presentar su negocio, integrando lo digital con lo comercial.

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La concesionaria de autos premium Hascar está ubicada en San Isidro

Durante el crecimiento de su empresa, enfrentó situaciones críticas. En una ocasión, un cliente tuvo un problema mecánico grave con un auto vendido un día antes, lo que derivó en un gasto inesperado. A pesar del impacto, decidió asumir el costo completo de la reparación para no afectar su vínculo con el cliente ni retrasar la apertura de una nueva sucursal.

Semanas después, otro cliente reclamó por un desperfecto mecánico inmediato. Gracias a relaciones previas con talleres, Omar gestionó una respuesta rápida. Ambas situaciones se resolvieron priorizando la palabra dada y la relación con el cliente.

Otra vez, otro cliente reclama por un auto roto

Un caso similar ocurrió justo antes de abrir la sucursal de San Isidro. Un cliente tuvo un desperfecto en un vehículo con poco uso camino a un viaje. Aunque el cliente reaccionó con enojo, Omar resolvió el problema en tiempo récord gracias a un taller que accedió a revisar el auto fuera de horario. El diagnóstico confirmó una falla de fábrica cubierta por garantía. "No era mi culpa, pero sí mi responsabilidad", reflexiona.

Después de abrir dos sucursales y alcanzar un volumen alto de vehículos, Omar creó Hascar Custom Cars, un centro de detailing pensado inicialmente para uso interno. También se abrió al público, pero la falta de conocimiento específico sobre el rubro generó errores en el servicio que afectaron la percepción de la marca principal.

Algunos clientes dejaron de confiar y se alejaron. Esto lo obligó a cerrar esa unidad al público. "Fui entendiendo que cada vez que me salí de esto, me fue mal. Y no por mala suerte, sino por falta de conocimiento y de ganas", admite. A partir de esa experiencia, decidió enfocarse exclusivamente en lo que conoce, y fortalecer su negocio principal.

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El objetivo de Hassan es seguir ampliando Hascar y abrir una nueva sucursal

Por qué un emprendedor debe construir su marca personal

Omar asegura que construir una marca personal es una parte importante del crecimiento de cualquier emprendedor. "No es una tarea rápida ni sencilla, pero puede abrir muchas puertas. Al que duda, le diría que tiene que tener claro qué quiere comunicar y mostrarse tal cual es. No hay que actuar ni mentir, hay que contar lo que te pasa. Eso genera conexión", afirma. Esa exposición le permitió que los clientes lo conocieran antes de llegar al local. "Ya no es solo vender autos, es mostrar un proceso real. El que lo ve, se da cuenta si es genuino o no".

Hoy su objetivo es seguir ampliando Hascar, recuperar el volumen de autos que manejaba antes de la pandemia y abrir una nueva sucursal. Pero también prioriza mantener el equilibrio entre su negocio y su vida personal.

"Todo lo que pienso ahora lo pienso en función de mi hija. Este proyecto es lo que le quiero dejar. No porque ella tenga que seguirlo, sino porque es parte de mi nombre, mi apellido. Y si un día quiere usarlo, que lo reciba de la mejor manera posible. No busco crear mil cosas más. Busco sostener lo que tengo y crecer en un camino que pueda compartir con mi familia".

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