En EE.UU. se pueden conseguir franquicias desde u$s90.000: qué debés saber antes de invertir
Cada vez más argentinos evalúan invertir en franquicias en Estados Unidos como camino para proteger patrimonio, obtener ingresos en una economía estable e incluso acceder a una visa de inversión.
"El apetito inversor argentino en Estados Unidos crece ininterrumpidamente cada año", afirma Ana Serrat, CEO de Interbloom Group y especialista en adquisición de negocios y franquicias en el mercado estadounidense. Según su experiencia, más de 5.000 argentinos por año analizan o concretan inversiones en negocios ya operativos.
Serrat asegura que las marcas estadounidenses ven con muy buenos ojos al inversor local. "Los argentinos venimos de mercados desafiantes, sabemos optimizar recursos y tenemos un ADN empresarial muy valioso para las redes de franquicias", explica. Ese perfil, sumado al capital disponible y a la capacidad de gestión, convierte al argentino en un candidato atractivo para cadenas que buscan operadores comprometidos y con visión de crecimiento.
El sistema de franquicias en Estados Unidos mueve entre u$s850.000 millones y u$s900.000 millones cada año y mantiene un crecimiento sostenido cercano al 5% durante la última década. Dentro de ese universo, los rubros más elegidos por extranjeros son servicios, wellness, gastronomía, educación y ciertos retail especializado. Son industrias estables, con mucha recurrencia y que no dependen exclusivamente del turismo", señala Serrat. Los márgenes pueden variar, pero suelen moverse entre el 18% y el 32%, dependiendo del modelo.
En términos de inversión inicial, existen franquicias desde unos u$s90.000 y también proyectos que superan fácilmente el millón. En Miami, por ejemplo, una cafetería puede requerir entre 150.000 y 500.000 dólares según la ubicación. Aun así, Serrat aclara que para los inversores que buscan calificar para una visa E-2, que es la más utilizada por emprendedores y pequeños empresarios extranjeros, lo razonable es pensar en una inversión que comience alrededor de los u$s125.000. "En modelos bien gestionados, la recuperación de la inversión suele darse entre 24 y 48 meses", indica Serrat.
Los destinos más elegidos por argentinos son Florida y Texas, en particular Miami, Orlando, Broward, Palm Beach, Dallas, Austin y Houston. Florida se impone no solo por cuestiones impositivas y por su fuerte crecimiento demográfico, sino también por la presencia del español en la vida cotidiana, algo que facilita la transición de los inversores que no dominan completamente el inglés. Serrat subraya que el idioma no debería ser una barrera: basta con un nivel básico para operar, coordinar equipos y relacionarse con proveedores, y gran parte de las franquicias ya brindan soporte bilingüe.
Cómo avanzar en el proceso, qué revisar y cuáles son los riesgos para un argentino que invierte en franquicias
El camino hacia la compra de una franquicia implica un proceso ordenado que, para Serrat, comienza siempre con un diagnóstico del objetivo del inversor, ya sea obtener ingresos, proteger patrimonio, emigrar, gestionar un negocio propio o calificar para una visa. Con esa definición inicial, el segundo tramo consiste en seleccionar profesionalmente las marcas, un proceso que requiere analizar más de 4.000 franquicias disponibles en el país, comparar modelos, conversar con franquiciantes y evaluar el rendimiento de cada red.
Ese análisis lleva luego a la etapa más técnica: la due diligence del negocio y del franquiciante, que incluye estudiar su estabilidad financiera, entender el modelo operativo, verificar la historia de la marca y revisar la relación que mantiene con sus franquiciados.
A continuación llega la instancia central de cualquier franquicia en Estados Unidos: la revisión del Franchise Disclosure Document (FDD), un documento obligatorio que estructura todo el vínculo. Allí se detallan costos, regalías, requisitos de remodelación, soporte, obligaciones del franquiciado, desempeño histórico y riesgos asociados. Para Serrat, los puntos más críticos que un argentino debe examinar antes de firmar son la exclusividad territorial, las condiciones de renovación o venta, la política de rescisión y las implicancias del contrato de alquiler comercial. Una lectura superficial del FDD puede comprometer años de operación.
Para un extranjero sin residencia fiscal, no existe acceso a préstamos comerciales. "La compra debe ser cash al inicio", aclara Serrat. Pero la situación cambia con el tiempo: tras dos años presentando impuestos, el inversor puede acceder a los SBA Loans, créditos federales con tasas más bajas y plazos extensos que permiten abrir nuevas unidades o expandir operaciones.
La adquisición de una franquicia también se cruza con la estrategia migratoria, ya que muchos argentinos invierten para solicitar una visa de inversión. Serrat remarca que ninguna decisión debe tomarse sin involucrar desde el inicio a un abogado migratorio. Existen casos en los que una franquicia es "amigable" para una visa E-2, mientras que otras no califican o requieren estructuras particulares. Por eso insiste en diseñar el caso profesionalmente desde el comienzo. Aun así, el riesgo migratorio no implica perder el capital. "En Estados Unidos es común la compra-venta de negocios: si una visa no se aprueba, el negocio puede operarse de manera remota o ponerse a la venta", explica.
El perfil del inversor argentino que suele avanzar es el de profesionales y empresarios que buscan previsibilidad, seguridad jurídica y una mejor calidad de vida para sus familias. Muchos incluso llegan con marcas propias y buscan expandirse al mercado estadounidense. En esos casos, el camino incluye análisis de propiedad intelectual, estrategia de desembarco, selección de zonas, real estate comercial y, si la empresa quiere franquiciar su marca en Estados Unidos, la elaboración o adaptación de un FDD.
"Mi consejo es que no piense la mudanza y la inversión como dos decisiones separadas, sino como un proyecto estratégico integrado". La clave, asegura, es planificar, rodearse de profesionales y tomar decisiones basadas en información real del mercado. Y agrega que, para muchos inversores argentinos, combinar el proyecto migratorio con la adquisición de franquicias en Estados Unidos puede ser un camino sólido hacia mayor previsibilidad. "Emigrar y/o invertir al mismo tiempo es desafiante —afirma—, pero con una buena estrategia puede convertirse en la mejor decisión que pudieron tomar".