La reestatización del Tren de la Costa entra en la recta final
Después de 15 años en manos privadas, el Gobierno nacional se encuentra definiendo la forma en que llevará adelante la reestatización del Tren de la Costa.
La Secretaría de Transporte nacional redactó un decreto que debe firmar la presidenta Cristina Kirchner. Devolverá el servicio al Estado, pero aún resta definir la operatoria, porque están discutiendo con la empresa Nuevo Tren de La Costa, de Santiago Soldati, si sólo devuelve las vías y vagones o si también entrega las estaciones y sus comercios.
Una fuente del Gobierno dijo al respecto: "Soldati quiere devolver la concesión porque el tren es deficitario. Al servicio lo tomarían las dos nuevas empresas estatales creadas este año. La Administración de Infraestructura Ferroviaria sería dueña de las instalaciones, y la Operadora Ferroviaria se haría cargo del servicio".
La vía por la que circula el Tren de la Costa fue inaugurada en 1891, pero en 1961 el presidente Arturo Frondizi la clausuró por "antieconómica". Durante décadas fue un fantasma en la ribera, hasta que en 1993 el Estado se la dio a Soldati.
La idea fue armar un paseo turístico de media hora por los 15,5 kilómetros del ramal, con 11 estaciones recicladas que tuvieran comercios, cines y restoranes. En 1995, el presidente Carlos Menem condujo el viaje inaugural.
Crisis mediante, el tren se fue quedando vacío. Hace dos años Soldati intentó negociar un apoyo económico con los cuatro municipios por los que atraviesa el tren: Vicente López, San Isidro, San Fernando y Tigre. Pero las charlas quedaron en la nada.
Subsidios
Según publica un matutino porteño, en mayo último Soldati le pidió al Estado subsidios, como reciben los otros trenes. Pero como el de la Costa no es un servicio público sino un paseo, no hubo ayuda.
Al parecer, tampoco prosperaron las negociaciones con TBA para que absorbiera la compañía (la estación Maipú, cabecera del Tren de la Costa, conecta con la línea Bartolomé Mitre, que administra TBA).
A esto se le sumó un complicado panorama sindical con los 190 empleados. Desde agosto, la empresa enfrentó dos paros por aumentos, el primero de los maquinistas de La Fraternidad y el segundo de la Unión Ferroviaria y la asociación del personal jerárquico.
Mientras tanto, la cantidad de pasajeros que usa el tren sigue cayendo. Según el INDEC, en agosto lo utilizaron 33.000 personas, y si se comparan los boletos vendidos en enero-agosto con igual período del año pasado, la merma fue del 29%. La razón: el precio de los boletos. El más barato sale $6 para los vecinos de la zona y $10 para el resto.
No es el único motivo. "Si falta un maquinista o un guarda, no puede salir la formación. Por eso se suspenden servicios. Salvo la gente que trabaja en el Casino, el Puerto de Frutos o el Parque de la Costa, en Tigre, casi nadie lo toma", señaló un trabajador
Tampoco el recurso de convertir a las estaciones en mini-shoppings parece haber resultado rentable. En la estación Maipú casi no hay locales ocupados, y salvo algunos puestos que venden souvenirs y artesanías, durante la semana prácticamente no circula gente. La estación San Isidro muestra un panorama apenas más alentador, con locales gastronómicos más concurridos.