Duro revés: se declaró en bancarrota el fabricante de las raquetas Prince
El fabricante norteamericano de raquetas de tenis, Prince Sports, solicitó la protección por bancarrota en Estados Unidos a raíz de una creciente competencia, deuda acumulada y un descenso en el gasto discrecional tras la crisis financiera que provoco una caída en las ventas.
Prince aseguró en su presentación que posee una deuda garantizada de u$s65 millones con Authentic Brands Group (ABG)-Prince y de alrededor de u$s10,2 millones con sus proveedores.
Asimismo, la empresa hizo una lista de activos en el rango de u$s50 millones a u$s100 millones.
Es así que la empresa podría quedar en manos de ABG-Prince, que posee la mayor parte de su deuda. Según informó la agencia Reuters, ABG-Prince cancelará la deuda garantizada a cambio de un 100% de nuevas acciones en la compañía reorganizada.
Asimismo, en su presentación por bancarrota, la firma dijo que utilizará el proceso para desarrollar un modelo de negocio más competitivo.
"Esperamos salir de este periodo como una marca de raquetas más eficiente con un modelo más competitivo dentro del mercado, al tiempo de eliminamos las restricciones que no han permitido a la marca alcanzar su potencial", dijo el presidente ejecutivo, Gordon Broggis, en un comunicado.
La compañía, cuyos productos fueron utilizados por reconocidos tenistas como Maria Sharapova, Patrick Rafter, Martina Navratilova y Gael Monfils, fue fundada en 1970 y también comercializa calzado deportivo, ropa y accesorios para squash y racquetball.
Prince cambió varias veces de mano en la última década: Lincolnshire Management la compró al grupo Benneton en 2003, y posteriormente se la vendió a Nautic Partners, en agosto del 2007, según informó la agencia Reuters.
Asimismo, la empresa contrató en noviembre del 2010 a UBS para que iniciara un proceso de venta de derechos de sus marcas y operaciones en China, pero abortó el proceso cuando no recibió ninguna propuesta aceptable.
La compañía decidió entonces comenzar otro proceso de venta en octubre del 2010 y contrato a Robert W. Baird, que encontró nueve potenciales inversores. Ese proceso de venta también fue abortado cuando la compañía entró en negociaciones con los tres participantes finales que hubieran pagado una suma sustancialmente menor a la deuda asegurada existente, dijeron los ejecutivos de Prince en su presentación por bancarrota.