El Papa Benedicto XVI dejó el Vaticano tras ocho años de pontificado
Benedicto XVI se despidió este jueves de sus fieles y dio su bendición en el último día de su papado, ante una muchedumbre que lo despedía entusiasta en Castelgandolfo.
"Ya no soy Papa", dijo, antes de rectificar: "Ya no seré Papa, sino un peregrino que se encamina para su última etapa como peregrino en la tierra".
Los feligreses lo vivaron y aplaudieron, así como los que siguieron sus palabras frente a las pantallas gigantes instaladas en la Plaza San Pedro, en el Vaticano.
"Estoy muy feliz de estar con ustedes", sostuvo el dimitente Papa visiblemente emocionado. "Sigo siendo Papa hasta las 20 (16 de Argentina)", precisó para afirmar que se trata de "un día muy especial".
Joseph Ratzinger emitió estas palabras desde el balcón de la residencia donde residirá los próximos dos meses antes de retirarse en un monasterio del Vaticano.
El Papa prometió el jueves, a pocas horas de abdicar, obediencia incondicional al pontífice que lo suceda en la misión de dirigir a la Iglesia Católica Apostólica Romana, que atraviesa uno de los períodos más críticos en sus 2000 años de historia.
Benedicto XVI tuvo una emotiva despedida con los cardenales antes de convertirse en el primer Papa en seis siglos en
renunciar.
"Seguiré estando cerca de ustedes en la oración, especialmente en los próximos días para que acepten completamente la acción del Espíritu Santo en la elección del nuevo Papa", dijo a los prelados en la Sala Clementina del Vaticano.
"Dios les mostrará que es lo que quiere. Entre ustedes está el futuro Papa, al que hoy declaro mi reverencia y obediencia
incondicional", afirmó Benedicto.
La promesa, hecha antes de que los cardenales se reúnan en cónclave a puertas cerradas para elegir a su sucesor, fue
importante porque por primera vez en la historia conviviran en el Vaticano un Papa reinante y un ex Papa.
Benedicto pareció estar mandando un fuerte mensaje a la máxima jerarquía eclesiástica, además de transmitir la confianza
para continuar unidos detrás de su sucesor, sea quien sea.
Algunos expertos temen que si el próximo Papa deshace algunas de las políticas del Sumo Pontífice saliente mientras su
predecesor aún está vivo, Benedicto XVI pueda actuar como faro de los conservadores y polarizar a los 1.200 millones de
miembros de la Iglesia Católica.
Con la elección del próximo Papa en medio de escándalos de abuso sexual por parte de sacerdotes, filtraciones de papeles
papales privados, la disminución de la feligresía y las demandas de un mayor rol para las mujeres en la Iglesia, muchos creen que el Vaticano se beneficiaría con una cara nueva proveniente de un país no europeo.
Entre los temas que el próximo Papa tendrá sobre la mesa figuran la difusión del mensaje católico más allá de la congregación de fieles, la modernización de la institución y la respuesta a las acusaciones de corrupción y encubrimiento de curas pedófilos.
Los nombres de los cardenales Peter Turkson, de Ghana, y Antonio Tagle, de Filipinas, son dos de los que más se escuchan como los principales candidatos del mundo en desarrollo.
"En los últimos dos cónclaves, los cardenales eligieron al hombre más inteligente en la sala. Ahora, será tiempo de elegir
al hombre que escuchará a todas las otras personas inteligentes en la Iglesia", dijo el padre Tom Resse, historiador y miembro del Centro Teológico Woodstock de la Universidad de Georgetown.