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De las "calles porteñas" al trono holandés: el camino de Máxima para convertirse en "reina"

Nacida en Recoleta, esta argentina se cruzó con un príncipe y vivió su "cuento de hadas". Pero éste no estuvo exento de polémicas
30/04/2013 - 11:11hs
De las "calles porteñas" al trono holandés: el camino de Máxima para convertirse en "reina"

Este martes, el mundo entero habla de Máxima Zorreguieta, la argentina que llegó a ocupar el trono de Holanda. Pero, ¿quién es esta "plebeya latina" que llegó a lo más alto de una monarquía europea?

Nacida en la ciudad de Buenos Aires el 17 de mayo de 1971, Máxima es hija de María del Carmen Cerruti y de Jorge Zorreguieta, cuyo pasado como funcionario de la última dictadura cívico militar argentina empañó la llegada de su hija a la familia real de los Países Bajos.

Esta mujer rubia e imponente, con orígenes españoles e italianos, transcurrió su infancia y adolescencia junto a sus tres hermanos -Martín, Juan e Inés- en un piso del porteño barrio de la Recoleta, donde todavía viven sus padres.

Estudió en el exclusivo Colegio Northlands, una institución bilingüe de la localidad bonaerense de Olivos.

Entre los sectores de la clase alta porteña, se sabe que los Zorreguieta fueron siempre una familia que, con los buenos ingresos del padre, pudo enviar a sus hijos a educarse en buenos colegios.

Según "Máxima, una historia Real", la biografía no autorizada de la princesa escrita por los periodistas argentinos Gonzalo Álvarez y Soledad Ferrari, los Zorreguieta siempre llevaron un estilo de vida típico entre las "familias de la `aristocracia` vernácula venidas a menos" de la Argentina.

Es decir, un tren de vida que implicaba colegios caros, viajes a los campos de la familia en Pergamino, una próspera ciudad del norte bonaerense, a la Patagonia y vacaciones de verano en la uruguaya Punta del Este.

"Máxima no pertenece a la clase `aristocrática` argentina, como se pensaba y como la Casa Real holandesa intentó mostrar, sino que es de una clase media cuyos padres tuvieron que hacer muchos esfuerzos para enviarla a un colegio que sí pertenece a la aristocracia", explicó Ferrari en una entrevista tras la publicación del libro sobre la futura reina de los Países Bajos.

Y agregó un dato que tal vez ahora adquiera más valor: "Ella padeció las diferencias sociales en el colegio. Tuvo que trabajar mucho para tener lo que quería".

Una compañera del Northlands testimonió sobre Máxima que "vivía adelgazando y engordando, pero era simpatiquísima y llamaba mucho la atención por su figura y altura".

"Siempre fue ambiciosa. Su hombre ideal, su príncipe azul, no era el chico de barrio que andaba en bicicleta. Ya desde adolescente le encantaban los extranjeros, como Tiziano Iachetti o Dieter Zimmermann, que fueron sus primeros novios", precisó en palabras citadas por Télam.

La princesa de Holanda realizó sus estudios universitarios en la Universidad Católica Argentina, donde se graduó en Economía en 1995.

Esa universidad pontificia está regida por un directorio de obispos locales, entre los que se encontraba el actual Papa Francisco, quien por aquellos años era el cardenal primado y arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio.

Se convirtió en universitaria en marzo de 1989, cuando comenzó a cursar la carrera en la sede de Económicas, donde no tardó en hacerse de nuevos amigos, entre ellos Agustín Estrada y Marcos Bulgheroni, heredero del Grupo Bridas.

Sus compañeros universitarios recuerdan que escuchaba con atención a sus profesores, entre ellos al por entonces auxiliar de cátedra Alfonso Prat Gay, actual diputado nacional por la Coalición Cívica y ex presidente del Banco Central de la República Argentina.

Si bien la recuerdan como una alumna responsable, tuvo un sólo 10, cuatro aplazos con 2 y se recibió con un 9. Terminó la carrera con un promedio de 6,35.

Antes de recibirse y luego de graduarse, Máxima trabajó en Buenos Aires en importantes empresas del área económica y de finanzas como Mercado Abierto S.A. o Boston Securities S.A.

Ya entre 1996 y 2001, incluso después de conocer al príncipe Guillermo, trabajó para diversas firmas en Nueva York, como HSBC James Capel Inc., Dresdner Kleinwort Benson y Deutsche Bank.

El camino a la corona
Precisamente en Nueva York, y gracias a una de esas amistades de "alto standing", fue que la argentina conoció al príncipe Guillermo de Holanda.

El encuentro se produjo con la ayuda de Cynthia Kaufmann, una amiga de colegio que se movía entre la élite neoyorquina. Había conocido al príncipe en una maratón de Nueva York y le había mostrado unas fotos de su amiga Máxima, con quien el heredero al trono quedó fascinado.

Poco después, Guillermo pudo conocer a la joven argentina cuando viajó especialmente a la Feria de Sevilla, en marzo del 1999.

Según la periodista Soledad Ferrari, no fue amor a primera vista, al menos para ella.

"El príncipe quedó encantado con Máxima, y la fue cautivando con mucha insistencia, llamándola y enviándole regalos", relató a BBC Mundo.

"Quedó fascinado con su espontaneidad. Para un holandés, ella era una latina fresca, divertida, y encima plebeya, así que para él ella era una rareza", aseguró la biógrafa.

Casi dos años después de aquel primer flechazo, el 2 de febrero de 2002, el príncipe heredero de Holanda y la argentina se casaron, en una ceremonia que terminó de cerrar ese círculo virtuoso de una historia de vida que ella misma se encargó de escribir como el guión de una película.

Polémica y una lágrima que conquistó a un pueblo
Si bien Máxima era prácticamente una desconocida para los holandeses cuando se casó con Guillermo Alejandro, con una lágrima se ganó a los holandeses.

De hecho, la BBC Mundo recuerda que muchos cuestionaban la unión, pero no porque la novia fuera extranjera.

La controversia surgió luego de que se dio a conocer que el padre de Máxima había trabajado como secretario de Agricultura durante el gobierno de facto de Jorge Rafael Videla (1976-1981).

Por ese motivo, las autoridades holandesas le prohibieron a Jorge Zorreguieta asistir a la ceremonia en Ámsterdam, decisión que llevó a la madre de Máxima a perderse también el casamiento de su hija, para acompañar a su marido.

Pero ver llorar a la joven porteña durante su casamiento por la ausencia de su padre enterneció el corazón de varios y, según los observadores reales, marcó el comienzo de una adoración que convertiría a la agente de inversiones argentina en el miembro más popular de la familia real holandesa.

Las lágrimas le brotaron al escuchar el tango "Adiós Nonino", que Astor Piazzolla compuso en honor a su padre fallecido y que la novia habría solicitado como tributo a su padre ausente.

Más de once años después, Zorreguieta se convierte en la primera latinoamericana coronada reina consorte de un país europeo tras la entronización de su marido, que sucede a su suegra, la reina Beatriz.

Y una vez más, la argentina tampoco está acompañada por su familia durante su coronación.

Una reina popular
Varias encuestas realizadas en Holanda en los últimos años muestran cómo creció la popularidad de la argentina, quien incluso llegó a superar ampliamente en los sondeos a su marido y a la propia reina Beatriz.

Máxima también es muy apreciada por ser la madre de la futura monarca, Catharina-Amalia, y de las princesas Alexia y Ariane, tercera y cuarta, respectivamente, en la línea de sucesión.

Soledad Ferrari afirma que la inteligencia, la astucia, y el "carisma desbordante" de la argentina contribuyeron a que se gane la admiración de su pueblo de adopción.

"Máxima nunca había estado en Holanda antes de conocer al príncipe heredero y supo informarse muy bien del país y aprender rápidamente el idioma", señaló, agregando que eso cayó muy bien entre los locales.

"Hizo como un máster acelerado en holandés para convertirse en una buena princesa", contó la periodista. (Lea más: Las diez "máximas de Máxima": consejos que todo líder puede aprender de la futura "reina de Holanda con acento criollo").

Muchos holandeses también admiran el trabajo humanitario que ha realizado esta economista, que en 2009 fue nombrada Abogada Especial para la Financiación para el Desarrollo Inclusivo por el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

Máxima también usó su experiencia profesional para viajar por el mundo asesorando a programas de microcrédito como parte de sus tareas con la ONU.

También hubo piedras en el camino
Pero no todos han sido elogios para la argentina. En 2011, un diario holandés acusó a los actuales reyes de evasión impositiva a través del uso de un paraíso fiscal.

La polémica surgió por un proyecto inmobiliario de los entonces príncipes, que planeaban construir un lujoso lugar de vacaciones en Mozambique, plan que luego fue descartado.

Ya en el pasado algunos habían cuestionado la afición de los príncipes por las vacaciones exóticas.

Rompiendo los esquemas
A pesar de las críticas, la mayoría de los holandeses ve con buenos ojos a su reina consorte.

De hecho, la enorme popularidad de Máxima habría contribuido directamente a que alcance ese cargo real: antes que ella, las parejas de los monarcas llevaban apenas el título de príncipes, pero en 2011 el Parlamento holandés rompió esa tradición y votó para que la argentina pudiera ser reina consorte cuando su marido fuera coronado.

Para Victoria Ruiz Martínez, una joven argentina que creó el sitio ReinaMáxima.com en honor a su compatriota real, el enorme aprecio que tienen los holandeses por la esposa del rey se debe en gran parte a su calidez y su característica sonrisa.

"Ella se acerca y saluda a la gente, no como la reina Beatriz que es más distante", concluyó en declaraciones a la BBC Mundo.

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