Quién fue Juana Azurduy, la mujer que reemplazará a Colón
El Gobierno Nacional decidió reemplazar la estatua de Colón que está en la plaza ubicada atrás de la Casa Rosada.
En su lugar estará un monumento a Juana Azurduy, una mujer que cumplió un rol destacado en la gesta emancipadora latinoamericana pero que poco se conoce de ella.
A continuación, quién fue y cómo se ganó un lugar en la historia de la región, según consignó Terra.com:
Juana Azurduy nació en 1780 en Bolivia, cerca de la ciudad de Chuquisaca (lo que hoy se conoce como Sucre). Rápidamente quedó huérfana y se crío en un orfanato. En 1805 contrajo matrimonio con Manuel Ascencio Padilla, que pertenecía a una familia distinguida pero que se mostraba afín a ideas revolucionarias de la época.
Poco tiempo después, en 1809, fueron parte de la lucha revolucionaria contra el absolutismo español en el Alto Perú (Bolivia) que por entonces estaba bajo jurisdicción de Buenos Aires. En un primer momento combatieron junto Antonio González Balcarce y luego de la mano de Manuel Belgrano.
Comenzó la Guerra Gaucha -en lo que hoy es el norte argentino y buena parte del actual territorio boliviano-, una guerra de guerrillas donde se combinó la revolución nacional y la lucha social. Allí, quedaron jaqueados los ejércitos del Rey durante casi una década. Esto evitaba una ofensiva contra Buenos Aires y, al mismo tiempo, cubría el avance de José de San Martín que se abría paso por Chile y la costa peruana.
Por su accionar en estas batallas, el director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Juan Martín de Pueyrredon, la convirtió en teniente coronel del ejército patriota; y Belgrano, le hizo la entrega simbólica de su sable.
Durante la lucha revolucionaria, Azurduy perdió a su esposo (en la Batalla de La Laguna) y cuatro de sus hijos. La única que sobrevivió fue la menor, que había nacido durante la batalla de Cerro de Carretas (1814). Dió a luz junto a un río mientras era perseguida por una tropa del ejército de los realistas.
Más tarde, cuando San Martín decidió abrir el flanco por Chile, las milicias que estaban en el Alto Perú se vieron abandonadas y Azurduy viajó hacia el sur y se unió al frente de Martín Miguel de Güemes.
Cuando éste falleció, en 1821, Juana quedó abandonada en la pobreza y totalmente ignorada tanto por los gobiernos de Argentina como de Bolivia debido a las internas posteriores a la Independencia.
En 1825, Simón Bolívar, luego de visitarla y verla en la situación en la que vivía, la ascendió a grado de Coronel y le entregó una pensión. En ese entonces, el libertador le dijo a Sucre: "Este país no debería llamarse Bolivia en mi homenaje, sino Padilla o Azurduy, porque son ellos los que lo hicieron libre".
Sin embargo, por los vaivenes políticos bolivianos, Juana dejó de recibir la pensión y vivió en la pobreza hasta el día de su muerte que le llegó a los 81 años el 25 de mayo de 1862. Fue enterrada en una fosa común.
Cien años después, sus restos fueron exhumados y trasladados a un mausoleo construido especialmente en su honor. Desde allí, los homenajes y el merecido reconocimiento llegaron de la mano de los gobiernos latinoamericanos ávidos de reconocer sus orígenes antes de la llegada de los españoles.
Tal es así que, además del reemplazo del monumento de Cristóbal Colón, en 2009, la presidenta Cristina Kirchner, a modo de homenaje, le otorgó póstumamente el grado de general del ejército argentino.