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Por qué es importante educar y formar en competencias a edad temprana

En esta columna para iProfesional, Gustavo dos Santos, director de Human Stadim-Usina de talentos, asegura que jóvenes no encuentran sentido a lo aprendido
26/08/2014 - 19:20hs
Por qué es importante educar y formar en competencias a edad temprana

En este actual mundo de idas y vueltas, los jóvenes ingresan al mercado con conocimientos incorporados en sus etapas previas (educación primaria, enseñanza media y superior) pero sin encontrarle sentido a lo aprendido.Ingresan a un espacio laboral donde son y serán elegidos por sus competencias, evaluados por ellas y hasta remunerados por ellas.

De ahí la necesidad de comenzar a ver en ellos, a edad temprana, estas habilidades que comienzan a perfilar y que pueden ser desarrolladas en el tiempo.

Debemos imaginar las competencias como entidades que se comienzan a trabajar en un nivel dado del curso que se construye hasta el final de cada etapa en la escuela.

La esencia de este enfoque es que, además de una enseñanza disciplinaria y funcional, simultáneamente se presta atención al desarrollo de capacidades básicas y de habilidades generales reconocidas como rituales para la profesión en el futuro.

Pero en esta época de "grandes velocidades" donde para muchos importa el "aquí y ahora" la noción de conocimiento de la verdad para toda la vida se ha sustituido para varios especialistas por la de conocimiento de usar y tirar, válido mientras no se diga lo contrario y de utilidad pasajera

Y en esta instancia es donde resulta necesario sentar nuevas bases en educación, nuevos compromisos, que den lugar a jóvenes que ingresen al mercado y egresen de educación superior teniendo foco en una carrera profesional o proyecto laboral claro; es encontrar y lograr "el saber a dónde voy" aunque para ello, también necesitamos de manera fundamental el apoyo de padres y de un docente nuevo. Educadores con otro rol, docentes que más que en profesores se conviertan en articuladores de nuevos saberes y facilitadores para la transferencia de esos aprendizajes.

Es lograr "aprender a hacer", es reforzar este aprendizaje que enfatice la formación profesional y la preparación para el mundo del trabajo.

Hay muchos educadores hoy que frente a estos escenarios con nuevos desafíos están comenzando a trabajar con esta mirada especial, a descubrir en los jóvenes a edad temprana las habilidades que lo diferencian, las competencias que le dan identidad más allá del conocimiento previo adquirido y a sumar otra mirada sobre las "formas de evaluar".

El sociólogo suizo Philippe Perrenoud detalla en sus obra sobre Competencias en la Escuela, la necesidad de descubrir este potencial en edad temprana, y define a la competencia como un conjunto de medios de los cuales dispone un actor para dominar una familia de situaciones complejas con una estructura idéntica

Una competencia moviliza varios recursos: saberes, capacidades / habilidades, actitudes, valores, una identidad, una relación con el conocimiento, el poder, las responsabilidades y el riesgo. Pero por sobre todas las cosas, una competencia es un saber - actuar. Porque es actuando que uno aprende a actuar

Y aquí es importante resaltar nuevamente el rol de los docentes - formadores que tienen un papel activo: seleccionar y guiar la puesta en situación, como bien señala Perrenoud.

Pero por otra parte, si los recursos cognitivos requeridos están en su mayoría ausentes, no puede haber competencias, ya que no hay nada que movilizar. 

El aprendizaje a través del problema radica en la idea que los recursos se construyen, al menos en parte, a partir de situaciones, como respuesta para resolver problemas definen los especialistas.

Y considero como analista del tema, y tomando las palabras de Perrenoud, que "hay que saber lo que le permite dar sentido".

El joven solo va a entender ese aprendizaje nuevo si lo puede aplicar en algún otro escenario. Se hace necesario entonces, volcar en el aula, mayor complejidad a la tarea, descubrir ese camino que hará pensar al alumno desde otro lugar, que se relacionará de manera diferente con el tema a través de un problema planteado.

Situación y modelo que no excluye a ningún alumno, todo lo contrario, permite trabajar y contemplar la diversidad de todo el conjunto de alumnos en el aula.Celso Antunes habla también de alumno competente como aquel que enfrenta los desafíos de su tiempo, usando los saberes que adquirió, mientras emplea en todos los campos de su acción, las habilidades previamente aprendidas en clase.

Y en este camino de descubrir a edad temprana habilidades y potenciarlas, se convierte en clave necesaria: formar al docente para "ver en la tarea"

El docente debe apropiarse los principios de una pedagogía de las competencias e inventar, en función de su clase y su grupo, las gestiones correspondientes.

Por eso es importante poner en debate qué educación se quiere ofrecer, cómo hacerlo y con qué herramientas y habilidades queremos que lleguen los jóvenes a otro punto de partida, como lo es el mundo laboral.

Espacio laboral en que ya aparece como requisito válido para permanecer, el "ser empleable".

Y hoy se habla de empleabilidad como la capacidad para reconocer nuestras competencias, ajustarlas y administrarlas de acuerdo a las necesidades que presenta el mercado.

En una sociedad hoy donde muchas veces el conocimiento para alcanzar la meta es lento y escaso, donde ya existe una multiplicidad de saberes para poder avanzar, donde el significado del docente es mucho amplio y va mas lejos que el sólo hecho de enseñar, tan sagrado en otros tiempos, donde la escuela no es solo el único lugar de aporte de saberes, es que debemos replantear desde que lugar formar hoy.

Y esto lo confirma lo que expresa Richard Sennett , un analista de la realidad, con mucho ímpetu cuando habla de tres desafíos que se imponen al individuo en la era de la fragmentación: "ser capaz de definirse a través de constantes mutaciones profesionales en ausencia de instituciones susceptibles de proporcionar un sentido a la vida; dar la talla en una sociedad en la que el talento muchas veces no se valora y las competencias del individuo quedan rápidamente absoletas y buscar un lugar desde el cual mantener los vínculos con el pasado.

Y frente a este marco de situación, las instituciones educativas, docentes y padres deberán aplicar otra mirada sobra esa necesidad del "saber actuar".

Todos, como sociedad, debemos comprometernos en ser guías para que logren un espacio donde puedan desarrollar, mostrar y potenciar habilidades nuevas, donde puedan aplicar ese conocimiento adquirido que le de sentido al aprendizaje.

Es importante procurar que el estudiante se apropie de los recursos necesarios, entre otros, los saberes que debe movilizar.

A su vez, entender que ese docente, ya no solo actúa como formador, sino como facilitador entrenando a edad temprana al joven para movilizar esos recursos en cada situación, para resolver problemas, tomar decisiones, monitorear proyectos.

De alguna manera, inyectar complejidad a la tarea para que pueda interpretar y descubrir ese conocimiento en escenas que cada día se van armando.

Este enfoque se convierte entonces en "un poder hacer", educar en competencias desde edad temprana no es solo el "saber actuar", es descubrir en cada ser cuanto pueda dar, con sus limitaciones pero también con ese talento que necesita de un tutor, de un guía para que se manifieste en una tarea clave. Es simplemente iniciarlo en un trayecto que en el futuro le aportará algo tan significativo como es su identidad con el trabajo, crear su propia carrera y reinventarse continuamente.

Queda en marcha un camino largo para transitar, donde formar tiene hoy otro sentido, un camino donde el aprender a conocer y el aprender a hacer buscan otra respuesta.

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