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El costo del dinero, por las nubes: los ganadores y perdedores de la suba de las tasas de interés
17/12/2015 - 10:02hs

La fuerte suba que experimentaron los títulos Lebac (Letras del Banco Central) en la primera licitación de la "administración Sturzenegger" lejos estuvo de haber sido una medida aislada.

En realidad, fue uno de los pasos necesarios para avanzar luego en la liberación del cepo y en la devaluación.

"Para que la corrección del tipo de cambio sea sostenible y consistente, la suba de la tasa es un paso más en el proceso que ha recorrido el Gobierno para poder liberar el cepo", afirma Maximiliano Castillo, director de ACM.

A diferencia de lo que sucedía anteriormente, a partir de ahora el tipo de interés -en cada una de las licitaciones- surgirá de la ley de oferta (de la entidad) y demanda (de los bancos), con menor injerencia del BCRA

Sturzenegger ya les anticipó a un grupo de banqueros que se van a ir desarmando todas las normativas que limitan y restringen el normal funcionamiento del mercado financiero y que, en consecuencia, afectan a las tasas de interés.

Este miércoles recibió a la comisión directiva de la Asociación de Bancos Privados de Capital Nacional (ADEBA) y compartió los lineamientos de su política financiera. ADEBA manifestó su apoyo a uno de los objetivos planteados por el funcionario: defender el valor del peso.

Los banqueros compartieron algunas observaciones sobre las regulaciones que - criterio de ellos - hacen menos ágil el funcionamiento del sistema financiero y el servicio prestado a los clientes.

Sturzenegger se comprometió a ir eliminando con el paso del tiempo las restricciones y los límites sobre las tasas de interés, si bien no precisó los plazos para llevar este proceso adelante.

¿Para qué suben la tasa?La tasa de interés (que no es más ni menos que el costo del dinero) funciona como un instrumento para regular la cantidad de pesos que está dando vueltas en la economía.

En otras palabras, es una de las herramientas para absorber parte de la enorme expansión monetaria, producto de una emisión del 40% anual. Es decir, por encima de la inflación.

Durante la administración kirchnerista, el aumento en la cantidad de billetes resultaba superior al alza de los precios de bienes y servicios que esos billetes podrían adquirir.

Ahora, la nueva gestión se muestra dispuesta a revertir eso y a hacer que la tasa de interés se ubique por encima del índice inflacionario.

Dicho de otro modo, que los plazos fijos le generen una ganancia real al ahorrista y no como sucedía tiempo atrás, cuando con los pesos obtenidos al vencimiento de un depósito bancario se podían comprar menos bienes que en su constitución.

Esta mayor defensa de la moneda local que tiene como premisa la administración de Macri generará otros efectos colaterales:

•La disminución del consumo (más plazos fijos, menos shopping).

•El desaliento a la compra de dólares (si la expectativa de devaluación es baja)

•El encarecimiento de los créditos a particulares y empresas.

Respecto de este último punto, para los bancos el dinero es su "materia prima": si deben pagar más por el stock que reciben (depósitos) también tienen que cobrar más por la plata que prestan (créditos).

En otras palabras, el beneficio de los ahorristas -que reciben un premio mayor- se convierte en un contratiempo para todos aquellos que se financian a través de tarjetas, descubiertos, prendarios, etc., que deben afrontar un sobrecosto.

El encarecimiento de los créditos es, en definitiva, el "lado b" del rendimiento superior que ofrecen las entidades por las captaciones. Y esto repercute en el nivel de actividad y empleo.¿Cómo impactará la suba?Desde hace ya varios meses, las tasas de interés de varios productos bancarios están sujetas a regulaciones o topes que ha fijado el BCRA.

Los bancos, a la hora de tener que determinar cuánto deben pagar un plazo fijo, suelen mirar una referencia: las tasas de las Lebac. Es decir, el interés que cobran ellos por este título que le van comprando al Central en distintas licitaciones.

De cumplirse con la normativa vigente, deberían pasar del 26% de la era K al 37% estipulado en los inicios de esta nueva gestión "M".

Si bien a priori parece una tasa atractiva, aún está en el recuerdo de buena parte de la sociedad lo que ocurrió en enero de 2014. En aquel entonces, tras la devaluación del 22%, el Gobierno elevó el tipo de interés con el fin de defender al peso e incentivar las colocaciones bancarias.

Sin embargo, los resultados fueron magros ya que el Gobierno no logró captar el entusiasmo de inversores ni reducir la dolarización.

Distinto fue lo sucedido en enero de 2002, bajo condiciones del país totalmente diferentes.

En aquel entonces, tras la salida del 1 a 1, el dólar trepó a toda velocidad hasta llegar a los 4 pesos. ¿Qué hizo el presidente del BCRA para calmar la fiebre dolarizadora? Salió a ofrecer Lebac a tasas muy elevadas.

Como suele suceder, la codicia venció al miedo y muchos inversores respondieron favorablemente al ofrecimiento de intereses superiores al 90% anual.

Con esta medida, logró que el dólar comenzara a perder fuerza para terminar el año por debajo de los 3 pesos.Impacto en los créditosEs altamente probable que el incremento anunciado de unos nueve puntos porcentuales para los depósitos se traslade al otro lado del mostrador.

Es decir, a los préstamos destinados a empresas y a todos aquellos particulares que financian sus consumos (tarjetas, créditos personales, prendarios, etc.).

En cuanto a las tarjetas de crédito, el mayor costo afectará principalmente a todos aquellos que suelen no pagar la totalidad de su resumen.

La buena noticia es que se mantendrá el Plan Ahora 12, al menos hasta marzo. Y varios bancos anticiparon a iProfesional que continuarán vigentes buena parte de las promociones actuales. ¿Ahora o el año que viene?Según lo establecido por el BCRA en épocas de Alejandro Vanoli, el piso de tasas de los plazos fijos minoristas se determina en función del rendimiento de los títulos Lebac a 90 días.

Al mismo tiempo, la máxima autoridad monetaria le puso un techo al interés que los bancos pueden cobrar por los préstamos destinados al consumo.

De mantenerse las actuales disposiciones:

- La tasa de captación de depósitos se acomodará en un nuevo nivel a partir de enero.

- Los intereses atados a los préstamos entrarían en vigencia a partir de febrero o marzo.

Así las cosas, se producirá un curioso escenario: los clientes de plazos fijos se verán tentados a dilatar la renovación a la espera de mejores condiciones.

Como contrapartida, aumentará el número de personas que pedirán créditos, al ver que las tasas vigentes de pronto se convirtieron en sumamente atractivas, en vistas de la suba que estará por venir.

La respuesta de los bancos podría ser entonces la de retacear fondos a quienes necesiten financiarse, al menos hasta que se reacomode el mercado.

¿Por qué? Para evitar un costoso descalce -entre el rendimiento por el dinero que cobran y por aquel que pagan- que los llevaría a incurrir en fuertes pérdidas.

Bajo este escenario, los más perjudicados serán los clientes que poseen créditos con tasas no reguladas, como por ejemplo los dirigidos a empresas o los vinculados con adelantos en cuenta corriente.

Esta la situación podría girar 180 grados si, como les había prometido a los banqueros, el BCRA decide eliminar regulaciones. De ser así, el traslado de la suba del rendimiento de las Lebac a plazos fijos y préstamos sería inmediata.

Para algunos analistas, se estaría en vísperas del inicio de un proceso de desregulación de la actividad y, claro está, de las tasas de interés.

La idea del Gobierno va en línea con lo sucedido en la primera licitación de Lebac, según la cual deben ser el mercado quien asigne los recursos con mayor grado de eficiencia.

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