Usain Bolt, campeón en las pistas y un triunfador en los negocios

El atleta jamaiquino Usain Bolt es el mayor velocista de la historia de las Olimpiadas. Pero además, su fama en el atletismo le valió un lugar en el ranking de los deportistas mejor pagados del mundo.

En los Juegos Olímpicos de Rio 2016 obtuvo, como era de esperarse, su tercera medalla de oro por la carrera de 100 metros planos, además de u$s32,5 millones en el último año.

Las ganancias del "fenómeno Bolt" lo catapultaron al puesto 32 en los deportistas mejor pagados del mundo, lo que es además una cifra inusual en el atletismo. El jamaiquino de 29 años gana 10 veces más que la élite mundial de velocistas.

Las ganancias del "rayo" se dividen en u$s30 millones de parte de sus sponsors y partners, y u$s2,5 millones en premios y bonos. 

A Bolt lo patrocinan 10 marcas globales, además de 7 empresas regionales. El promedio de inversión de una marca en Bolt es de u$s3 millones.

No obstante, Puma rompe los estándares: invierte u$s10 millones en este corredor. El contrato del velocista con la marca alemana se extiende hasta 2025. 

Pero la plata no llega sola. Las marcas del mundo invierten en él por su velocidad, su carisma, y porque es el primer y único atleta que ha ganado tres oros olímpicos consecutivos en los 100 metros planos.

Ganar un oro en un Mundial de Atletismo supone un premio de u$s60.000, y el oro en la Diamond League, paga u$s10.000, según relevó el diario Gestión.

Sin embargo, no son las medallas las que llenan los bolsillos de Bolt. Solo por participar, las empresas le otorgan bonos de aparición que pueden ascender a hasta 400.000 dólares.

Para Bolt, como siempre, no es suficiente. Una semana antes de la inauguración de Rio 2016, lanzó su propia compañía de máquinas y espuma para afeitar: Champion Shave.

¿Cómo funcionan los músculos que hacen de Bolt el más rápido del mundo?
Muchos dicen que Usain Bolt no corre, vuela. Otros, que simplemente no es de carne y hueso. Pero el programa Today de la Radio 4 de la BBC invitó a un destacado doctor a ver la final de los 100 metros planos y analizar los movimientos del corredor jamaiquino, para entender qué pasa con su cuerpo durante la carrera.

El Dr. John Brewer, director de la Escuela de Salud Deportiva y Ciencias Aplicadas de la Universidad de St Marys, aseguró entonces que para enfrentar una carrera como esa, los corredores deben llegar recuperados de la semifinal, realizada una hora y media antes, y haber calentado, para asegurarse de que sus músculos están flexibles, calientes y elásticos, con menos posibilidad de lesión.

La mayoría de estos músculos contienen lo que llamamos fibra muscular de contractura rápida: músculos fuertes, poderosos y rápidos de contraerse, pero también fáciles de fatigarse.

La mayoría de los seres humanos tienen cerca de mitad de músculos con fibras rápidas y la mitad con fibras lentas. Pero el hombre más rápido del mundo tiene 80% de su musculatura compuesta de fibras rápidas.

Los corredores en general pesan entre 90 y 100 kilos. Por ello, cuando pasan por la etapa de aceleración, deben realizar contracciones muy potentes de sus cuádriceps para acelerar el cuerpo rápidamente.

En este punto todavía no tienen una posición vertical: siguen corriendo agachados, buscando ejercer fuerza horizontal para empujar el cuerpo hacia adelante y mantener la resistencia aérea en el mínimo.

Luego los atletas llegan a la fase de mantenimiento de la carrera cuando logran su máxima velocidad: unos 45 kilómetros por hora, lo máximo que puede alcanzar un ser humano. En esa etapa se levantarán, pero no al máximo. Y toda su energía sigue siendo anaeróbica.

Muchos de ellos ni siquiera se preocupan de respirar, ya que eso los ralentizaría. Y a esta alta intensidad, el oxígeno no importa.

El ácido láctico está subiendo, pero a pesar de eso necesitan mantener la velocidad, ya que se acerca la línea de meta.

En ese momento es donde Bolt toma ventaja del resto de los competidores: 41 zancadas después, cruza la meta para ganar su tercera medalla de oro consecutiva en 100 metros planos.

Ha creado un alto porcentaje de energía anaeróbica lo que resulta en falta de oxígeno. Por eso vemos que él, así como el resto de los competidores, respiran profundamente. La frecuencia cardíaca comenzarán a bajar y a estabilizarse, pero el ácido láctico se traspasará de los músculos a la sangre, lo que causa una sensación de mareo y náuseas.

En ese momento, obviamente, Bolt permanece eufórico y se siente con energía. Esto ocurre por la liberación de endorfinas, el opio natural del cuerpo, que combaten cualquier dolor o fatiga y le permiten disfrutar un nuevo triunfo olímpico.