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José María Pérez Corti, especialista en derecho electoral, advirtió a iProfesional sobre los riesgos de la reforma que impulsa el Gobierno nacional 
28/09/2016 - 17:03hs

La reforma electoral que envió el Poder Ejecutivo al Congreso incluye el sistema de boleta única electrónica (BUE) o boleta digital (BD) con el propósito de eliminar prácticas como el robo de boletas y el clientelismo, además de agilizar la votación y el escrutinio de sus sufragios.

En el marco de esa discusión, iProfesional entrevistó a José María Pérez Corti, abogado, magister en partidos políticos, administrador de proyectos con experiencia en administración y justicia electoral y profesor de Derecho Electoral de la Universidad Nacional de Córdoba.

-¿Cómo evalúa la boleta única electrónica (BUE) que se quiere implementar? ¿Qué problemas y beneficios le encuentra?-En realidad, si bien el proyecto original hablaba de BUE, en la actualidad, el que se encuentra en Diputados ha modificado esa designación por la de boleta digital, con una aparente intención de darle más amplitud a la posibilidad de incorporar tecnologías al acto de emisión del sufragio sin quedar circunscriptos estrictamente a un modelo o versión determinada que podría quedar alcanzada por algunas patentes y registros de invención. 

En general lo evalúo como una alternativa innecesaria para afrontar los defectos y falencias del actual instrumento de votación, esto es la boleta múltiple partidaria. 

Realmente existen otras alternativas más concretas, efectivas y económicas, que además gozan de la solidez y consistencia que aportan más de 50 años de uso en el mundo entero. 

Me refiero, puntualmente a la Boleta Única de Sufragio (BUS) en formato papel, ya sea en el modelo de Córdoba o de Santa Fe.

Aunque pensando en la realidad electoral que debemos contemplar a nivel nacional y desde una perspectiva estrictamente federal como la de nuestro país, quizás debiéramos vislumbrar una combinación de ambos modelos, pensando en una BUS para los cargos nacionales --Presidente, Vice, Senadores y Diputados, Legisladores del Parlasur-- por un lado; y otra para los cargos provinciales y municipales --gobernador, vice, legisladores, tribunos de cuentas; intendentes, concejales, tribunos de cuentas; defensores del Pueblo; etc--) por otro. 

A ello habría que sumar las previsiones relativas a las PASO --en los casos que existieran-- y a las elecciones generales. 

Los problemas de la Boleta Digital (BD) o Boleta Única Electrónica (BUE), como todo sistema de votación en el cual se introducen la intermediación de la tecnología entre el sufragante, la conformación y emisión de su voto, y luego la acumulación parcial y total de resultados, radica en lo que señalara el Tribunal Constitucional Alemán en el año 2009, esto es la pérdida de toda posibilidad de verificación cierta y simple del destino y contenido del sufragio emitido.

Tal objeción no se supera con la emisión del comprobante papel que contemplan diferentes sistemas de e-vote --entre los cuales se encuentra la BD o BUE--. 

Si bien el mismo responde al requerimiento mínimo de la denominada Cláusula Mércuri, recomendada hace ya muchos años por la destacada investigadora de las formas electrónicas de votación, Rebbeca Mercuri; con ello no se supera la objeción judicial germana del 2009.

-¿El sistema de la BUE no es efectivo para resolver problemas como los planteados por el oficialismo, como por ejemplo el robo de boletas o el clientelismo?-Puede ser considerado como una alternativa que dificulta o impide el robo de las Boletas Múltiples Partidarias (BMP) de una fuerza política determinada. Pero al evaluar esto deben considerarse dos cuestiones ineludibles: 

Si con este beneficio no se introducen otras debilidades de igual o mayor gravedad, algo que los sistemas de voto electrónico --cualquiera sea el modelo, marca y diseño-- no logran demostrar de manera fehaciente y científica. 

Claro que sus defensores acérrimos dirán que tampoco existen demostraciones científicas de que esto pueda ser más grave que en el caso del sistema vigente a nivel nacional, esto es la Boleta Múltiple Partidaria (BMP). 

En ese caso, argumentativamente estaríamos ante un empate que nos conduciría a decidir en base a una cuestión de fe... algo que en el derecho y en la ciencia no tiene cabida. 

Pero aún así, los sistemas informatizados de votación seguirían perdiendo el debate, si este fuese razonable y mínimamente lógico:

La diferencia abismal de costos entre la BMP y el E-vote, BD o BUE es tal que ante tal empate en cuanto al listado de bondades y defectos de ambos, no cabe duda que debiera mantenerse el primero (BMP) e invertirse en capacitación ciuadana, partidaria y muy especialmente en reforzar la capacidad operativa territorial de la Justicia Electoral, comenzando por evaluar la necesidad de designar los 24 jueces federales electorales que nunca fueron designados; procurando así la mayor profesionalización y efectividad de dichos juzgados y de sus equipos de trabajo. 

No, definitivamente no los resuelve. Puede cambiar la metodología requerida para llevarlo adelante, pero no los elimina

Ante el escenario descripto, es imperioso considerar si entre la falsa dicotomía BMP vs. E-vote/BD/BUE no existen otras alternativas. 

Y efectivamente sí existen, es la ya mencionada BUS, cuyos costos comparativos y efectos positivos sobre el régimen electoral están largamente probados en el mundo entero y particularmente en las provincias de Córdoba y Santa Fé desde el año 2011.

-¿Es más cara la BUE que el sistema tradicional de voto en papel?-Sí, definitivamente. En una escala de costos, yendo de menor a mayor costo, el orden es el siguiente: 

* BMP: Menor costo, a cargo de los partidos políticos, pero a esta altura ya agotado por las falencias que ha puesto en evidencia.

* BUS: Mayor costo que la BMP, pero muy inferior a cualquier alternativa de E-vote, BD o BUE; con la gran fortaleza de superar prácticamente todas las debilidades que tiene la primera, y no incurrir en casi ninguna de las que si tienen los segundos.

* E-vote, BD o BUE: Definitivamente el sistema o instrumento de votación más costoso, sin que la proporción del aumento de sus costos se vea reflejado en mejoras y/o en seguridad para el acto y para el proceso electoral.

-¿Qué nos enseña la experiencia de otros países?-En el caso de la BUS, su utilización es casi universal en el ámbito de los países democráticos. 

En el caso del e-vote, su uso está concentrado en dos grandes países como lo son Brasil e India. Ambos comparten un alto grado de analfabetismo; un complejo régimen electoral de dificultoso ejercicio a través de los instrumentos de votación en soporte papel; una vastísima extensión territorial y una paupérrima infraestructura de las vías de comunicación. 

Todo ello hace que en esos casos puntuales, la solución informática que cada uno de dichos países ha adoptado, les haya aportado mejorías comparativas que no necesariamente se registrarán en otros países y sociedades que no compartes tales premisas en cuanto a la realidad de su régimen electoral. 

Finalmente, en el caso de la BUE, sólo se ha utilizado en Salta (2009/2015), CABA (2015), Resistencia (Chaco, 2015) y Neuquén (Capital, 2015), con el mismo contratista o prestador (MSA).