Fuerte avanzada empresaria para evitar el impacto de un nuevo "efecto Barbie"
Este año, por las fuertes trabas a las importaciones, se vivió un verdadero día del niño "morenizado": las jugueterías y supermercados trabajaron con muy poco stock y, en algunos casos, los productos a la venta "atrasaban" una temporada.
Esto se debió a que las licencias no automáticas -que regulan el ingreso de un amplio abanico de productos que incluye desde electrodomésticos hasta maquinaria agrícola- vienen registrando demoras de hasta ocho meses en su aprobación.
Fue así como, según fuentes empresarias, gran parte de los permisos que fueron saliendo para el 12 de agosto, correspondía a mercadería parada en el puerto que se pensaba ingresar originalmente para las fiestas de fines de 2008.
Con el objetivo de dar mayor previsibilidad al sector y fijar reglas del juego claras, representantes de la Asociación de Empresas de Juguetes y Afines (ADEJA), que nuclea a los pesos pesados del sector, como Mattel, mantuvieron una cumbre en el Ministerio de Producción con la titular de la cartera, Débora Giorgi, y el subusecretario de Política y Gestión Comercial, Eduardo Bianchi.
El conflicto que enfrenta el sector en la actualidad no es menor: se estima que el año pasado estas empresas importaron por alrededor de u$s100 millones. Además, considerando la producción nacional, el valor del negocio en góndola es de unos u$s500 millones.
Moreno, el guardián de los juguetes
Ante los ojos de ambos funcionarios, los importadores presentaron un extenso documento donde plantearon una serie de propuestas para facilitar las operaciones y evitar un nuevo "efecto Barbie", es decir, toda la cadena de dificultades que tuvieron meses atrás para ingresar productos por el implacable cerrojo aplicado por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Los efectos de esta política para desalentar el ingreso de productos del exterior tuvo un alto costo para el sector: según datos de ADEJA, entre enero y julio las importaciones de juguetes se desplomaron un 40% en volúmenes, es decir, 9 puntos más que la variación general.
Paralelamente, durante los primeros siete meses del 2008 hubo 278 importadores. En el mismo período de este año, el número se redujo a 248. Esto implicó que 30 empresas quedaron en el camino por no poder sortear las trabas impuestas desde el Gobierno.
En diálogo con este medio, Carlos Restaino, director ejecutivo de ADEJA, explicó que, "cuando una de estas firmas deja de operar, genera desempleo, por las estructuras internas pero también por la gran cantidad de ocupación que genera indirectamente, que incluye desde vidrieristas hasta responsables de Marketing".
"Las empresas están saliendo de un año muy malo porque tuvimos muchos problemas con el día del niño. Ahora, lo que queremos es tener mayor previsibilidad para Navidad y Reyes", explicó el directivo.
Al respecto, Restaino se quejó de que "hay empresas que redujeron sus importaciones, que superaron sin problemas el trámite en la Secretaría de Comercio y que tienen todo en regla y todavía no logran ninguna respuesta positiva".
Las propuestas
En este contexto, los importadores de juguetes presentaron una batería de propuestas para "armonizar los intereses empresarios con las metas o políticas oficiales, de manera de poder dar continuidad a los negocios, severamente afectados por las dificultades para cumplir con las normas vigentes.
"Dejamos en claro que no queremos discutir más si las licencias no automáticas son válidas o no. Para nosotros su aplicación es correcta, está contemplada en la Organización Mundial de Comercio (OMC), por lo tanto, no hay formas de discutirlas", explicó Restaino, para quien, se acepten o no, de cualquier manera "llegaron para quedarse".
Sin embargo, a la hora de analizar la propuesta que llevaron al Gobierno, el directivo sostuvo que las licencias "no deben servir para penalizar".
Así, para "mitigar" las complicaciones generadas por el "cerrojo" importador, los empresarios pidieron al Ministerio de Producción introducir las siguientes mejoras:
- Realizar un análisis sectorial estadístico de operaciones, operadores y volúmenes importados por posición arancelaria. Identificación de operadores "recurrentes", y aquellos "esporádicos" y el análisis de antecedentes históricos de cada uno.
- Reconocer características de los operadores, para elaborar una adecuada segmentación entre operadores "puros", complementarios u ocasionales. Confeccionar un estudio actualizado de los mercados de productos denominados "sensibles" (definición que cada vez más parece anticuada y fuera de época).
- Identificar capacidades reales de los sectores industriales locales junto con los impactos "ajustados" de las importaciones de los operadores identificados.
- Determinar posibilidades reales de transferencia, sustitución, ampliación o complementación de líneas, creación de nuevos segmentos de mercado, etc., con el desarrollo de productos de fabricación local, parcial o total.
Al respecto, Restaino destacó que el objetivo principal que persiguen es que un operador confiable pueda tener un nivel de respuesta que esté acorde a sus antecedentes comerciales.
Sobre este punto, aclaró que el plan que llevaron ante Giorgi es similar al de un "scoring", aunque destacó que "no se trata de discriminar empresas, simplemente queremos que se reconozca a quienes hicieron bien los deberes de aquellas que tienen problemas".
Entre una Barbie y la novia de Frankenstein
En este contexto, el directivo de ADEJA aseguró que la respuesta de Giorgi fue muy positiva, aunque la ministra insistió en la conveniencia de que, sobre todo los importadores que no son fabricantes, muestren la "voluntad" de cambiar un poco la dinámica del negocio: en otras palabras, que parte de lo que hoy se importa, se produzca localmente.
Ante este pedido, Restaino destacó que surgió en la charla el eterno debate sobre las muñecas Barbie: "Traté de explicarles que no todo se puede hacer en el país".
"En primer lugar, hay limitaciones técnicas: cuando se intentó hacer una de estas muñecas en la Argentina, en lugar de Barbies salieron novias de Frankenstein. Después hay temas comerciales: este producto es fabricando únicamente en China y no en cualquier lugar del mundo. Esto les da un precio FOB muy competitivo que no podrían lograr de otra manera", explicó.
A esto se suma, según el directivo, que "hay dispositivos y mecanismos para otros juguetes que no tienen producción local y no se podrían fabricar en la Argentina porque los costos serían inviables".
Frente a esto, Restaino destacó que Giorgi "entendió que había partes y piezas críticas que no se pueden hacer acá, pero igualmente insistió en la complementación local y sugirió que en la Argentina se podrían hacer desde el packaging hasta algunos accesorios".
Al respecto, Restaino nsistió con que los importadores están lejos de enfrentarse con la industria argentina: "Seguimos trabajandoen comunión total con los fabricantes nacionales. Esto es totalmente atípico, somos el único sector que opera así. Esto sucede porque hay objetivos en común, como es agrandar el mercado lo máximo posible; y porque también hay enemigos en común, es decir, la práctica ilegal del comercio y la usurpación de marcas".
Perspectivas
Restaino se quejó de que hoy la situación sigue siendo muy complicada para los importadores, pero destacó que cambió la causa del problema: "Antes teníamos los expedientes parados en Secretaría de Comercio Interior. Ahora, los problemas están en Legales".
De cualquier manera, consideró que "la situación es preocupante porque ya tendríamos que comenzar a preparar la temporada de Navidad y Reyes y si bien hace rato que los empresarios presentaron los expedientes, prevemos dificultades".
Sobre este punto, Restaino lanzó una luz de alerta al destacar que, si bien "no estamos a favor de la judicialización de este tema y apostamos al diálogo, las empresas son empresas y cuando entienden que se agotaron todos los caminos del diálogo o que los resultados son escasos, el recurso judicial es lo que está a mano cuando hay riesgos de dejar de operar".
Juan Diego Wasilevsky
(c) iProfesional.com