Titular de la UIA descartó reforma a la brasilera, pero pidió bajar costos laborales

El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, descartó este jueves que en la Argentina pueda aplicarse una reforma laboral como la de Brasil, que flexibilizó el mercado del trabajo.

No obstante, consideró que aquí es "necesario avanzar contra los costos laborales".

Según el dirigente, "necesariamente tenemos que avanzar en acuerdos laborales, pero no ir contra los salarios, sino contra los costos laborales".

"Para ello, Brasil no se toma como modelo. Ese país es una cosa totalmente diferente", aseguró.

La reforma laboral que recientemente aprobó el Congreso brasileño amplía la tercerización, crea nuevos contratos de trabajo y fomenta acuerdos entre las empresas y sus trabajadores sin intervención de los sindicatos, entre otras cuestiones. Los empresarios reconocen que es una tendencia mundial y explican que en Francia esta semana comenzaron a analizarse cambios a la normas que estimula la contratación y reduce los costos indemnizatorios.

En declaraciones a radio Provincia de Buenos Aires, Acevedo destacó que, en la industria, "hay otro clima en estos meses. La mayoría de los sectores industriales están volviendo a crecer. La tendencia es de crecimiento y eso provoca optimismo, porque podemos estar pensando en el largo plazo".

A su vez, reconoció que "por ahora no se está recuperando empleo en la industria, algo que sí ocurre en servicios y comercio".

Además, elogió la actitud "dialoguista" del Gobierno con los empresarios: "Uno puede sentarse con los funcionarios, plantear problemas, discutir. Hay diálogo", celebró el dirigente.

Respecto a la inflación, el presidente de la UIA consideró que "está bajando y las empresas ya pueden estar viendo inversiones a largo plazo".

"Por eso -remarcó-, es importante que siga a la baja, porque se trata de uno de los temas principales de la economía".

"Lo que que todavía no se observa es que el crecimiento se refleje en el consumo, pero estimo que en los próximos meses esta situación va a mejorar", pronosticó.

Por último, el dirigente industrial consideró que "no podrá ser eterno financiar el déficit fiscal con endeudamiento, como hace hoy el Gobierno".

"Habrá que bajar el déficit en los próximos años y tener ingresos por más actividad económica, por reducción de la la evasión impositiva y por más exportaciones", enfatizó.

La polémica por la reforma laboral
Tanto empresarios como los integrantes del Gobierno nacional coinciden en que es necesario reformar las leyes laborales que hay en la Argentina porque los costos son excesivos.

Esta semana, en su exposición ante la cámara de Diputados, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, negó tengan en agenda un proyecto de reforma laboral para después de las elecciones.

Además, dejó abierta la posibilidad de llegar a alguna iniciativa de "consenso" entre las distintas fuerzas políticas a través del órgano legislativo: "No es bueno que ninguna de las reformas se hagan de forma unilateral por parte de algunas de las partes. Debe hacerse con alto diálogo y consenso".

"Para eso creemos que en este siglo XXI se mantiene una permanente vocación de diálogo y conversación entre el sector sindical, empresario y del Estado para ver qué cosas se pueden hacer para mejorar", agregó.

Desde ambos lugares desestimaron que se lleve a cabo una modificación legal que afecte derechos de los trabajadores y negaron que no tendrá similitudes a la que se aprobó en Brasil y comenzó a analizarse en Francia.

En el mencionado país europeo, el presidente Emmanuel Macron presentó sus propuestas para reformar el mercado laboral de ese país, uno de los proyectos más complicados de su mandato.

La reforma del rígido código laboral francés para dar mayor flexibilidad en las empresas es una de las prioridades del Presidente que espera reactivar el empleo ya que la desocupación roza el 10% de la población.

El texto, fruto de varias semanas de conversaciones con sindicatos y organizaciones patronales, será aprobado mediante ordenanzas para evitar un largo proceso de debate legislativo, pero algunos sindicatos y la izquierda radical convocaron manifestaciones en su contra.

Tanto en Brasil como en Francia se busca reforzar el papel negociador de las empresas sobre las condiciones laborales -dándole por ejemplo, la facultad a las firmas más pequeñas de negociar directamente con el personal sin pasar por el sindicato- y limitar las indemnizaciones por despido improcedente y el tiempo que tienen los trabajadores para iniciar juicios laborales, de manera de favorecer las contrataciones.