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Jorge Giacobbe (h): “No creo que la oposición quiera ganar las elecciones a Presidente”

El analista político dialogó con iProfesional sobre la polarización política y cuenta por qué Cristina no tendría intención de ser nuevamente Presidenta
12/01/2019 - 00:25hs
Jorge Giacobbe (h): “No creo que la oposición quiera ganar las elecciones a Presidente”

El mundo político está colmado de incertidumbre sobre la conformación de las listas que se van a presentar en las elecciones, pero la mayoría de los analistas políticos coinciden en apostar que la “lucha” se polarizará entre Cambiemos y el kirchnerismo.

“El Gobierno necesita competir contra Cristina porque ella da más fobia que el dolor que produce la economía”, sentencia a iProfesional Jorge Giacobbe (hijo), en una extensa charla cara a cara donde analizó el escenario que se viene.

Al respecto, estima que las cartas ya “están echadas” y que se va a presentar una situación particular porque podrían enfrentarse en octubre dos presidentes que ya gobernaron, “entonces la decisión va a ser a quién se odia más”.

También es tan contundente como duro respecto al peronismo, al que considera que “está muerto y nadie quiere firmar su certificado de defunción”, debido a que no se acomodó al nuevo contexto social.

El apellido Giacobbe es referente desde 1992, año en el que su padre comenzó a realizar estudios e investigaciones para clientes nacionales e internacionales. En especial, su consultora asesora sobre política local a bancos y fondos de inversión. Además, suele ser invitado como “observador” para procesos electorales en Estados Unidos y distintos países de América Latina.

-¿Qué le está diciendo hoy a sus clientes sobre la situación de Argentina?

-Les estamos recetando calmantes (risas). Los números indican que en un escenario de elección general Cristina mide unos 35 puntos y Macri 30. Y en una segunda vuelta, el resultado da 42 a 40 a favor de Cristina. Es una diferencia muy pequeña, lo que puede considerarse como empate.

-¿Cuál es el escenario político que vislumbra?

-Se empieza a configurar un escenario muy parecido al del 2015 donde el kirchnerismo gana en la primera vuelta, sin la potencia para ganar en esa instancia. Pero no va a haber un tercer candidato, la llamada avenida del medio no va a existir porque la polarización es tan grande que no hay mercado para ellos.

Y en una segunda vuelta se evidencia que un 30% que no quiere votar ni al kirchnerismo ni a Cambiemos tendrá que salir a decidir entre Frankenstein y el hombre lobo. Será una situación de tedio, sin embargo no creo que para ellos Macri y Cristina, pese al disgusto que les tienen, signifiquen lo mismo. Van a tener que decidir entre una persona que les da fobia y otra que les produce dolor económico.

-Entonces, ¿por quién decidirá en balotaje este grupo que votó por otras fuerzas en primera vuelta?

-Según nuestros datos, en esa instancia, uno de cada tres logra definirse. ¿Qué características tiene esta gente? De la única persona que opina bien es de María Eugenia Vidal. En resumen, va a ser una elección difícil para la estrategia de Cambiemos, porque Vidal en el balotaje no está en ninguna parte de la boleta.

-¿Ve con posibilidades de que Macri sea reelecto?

-Creo que la pregunta más interesante no es si Macri puede ser reelecto o no, sino si debe o no presentarse, pese a que los números aun le dan que puede ser de nuevo Presidente. Es que si va a la reelección va a tener ocho años de gobierno continuo de gran desgaste. Desde que arrancó hasta el momento, su imagen cayó 30 puntos, de los cuales 20 fueron en el último año.

Por eso, deberá navegar los próximos cuatro años, que serán malísimos en lo económico, pese a que nadie le quiere decir esto a la opinión pública. Y todo ese desgaste sumado quizás enoja e irrita a la gente y se lleva puesto a Cambiemos. Entonces el proyecto de país que tiene el oficialismo, que se instaura en un plazo de 15 años, en una de esas se lo juega todo ahora para defender al primer presidente que tiene. Es decir, el partido debería entender que necesita más de un candidato y debe dejar de aferrarse a la figura de Macri antes que se “rompa”.

-¿Cuál es la solución que debería implementar Cambiemos para superar esta debilidad?

-Deberían cambiar de “figurita”, hoy la mejor alternativa que tienen es Vidal. ¿Por qué? Porque mide 8 puntos más que Macri. Ahora tienen una sábana corta con eso, porque si se la saca a ella de la provincia de Buenos Aires se quedan sin candidato allí. Entonces queda al desnudo que Cambiemos no pensó un "plan B" que no sea Macri.

-¿Con qué fundamentos Cambiemos va a intentar convencer a la gente de que los vote en un momento económico desalentador?

- Creo que la reactivación no va a llegar. El gran argumento va a ser el “horror” de Cristina, mostrando que hay algo peor al oficialismo. Las cartas ya están echadas, porque van a pelear dos que ya gobernaron, entonces la decisión va a ser a quién se odia más.

-¿Y el tema de la seguridad?

-Hoy Patricia Bullrich es la que más mide de todos los ministros del Gabinete, y en el ranking de personalidades influyentes que publicamos todos los años está en sexto lugar. Lo único que rescata la opinión pública de lo que Macri prometió en campaña e hizo es el combate del narcotráfico. Ahí están los números que respaldan a Bullrich.

-Este desgaste de Macri y la ventaja que tendría el kirchnerismo en la previa a las elecciones, ¿cómo puede afectar al contexto del país hasta entonces?

-Eso va a poner paranoico a todo el mundo. Ya sabemos que cuando Argentina se pone así genera momentos maníacos depresivos en términos económicos, fluctuaciones en el riesgo país y dólar, y también, probablemente, en términos políticos.

La oposición puede buscar llamar la atención de la única manera que sabe hacerlo, que es violentamente, para ver si puede “morder” algo de lo que va a pasar en la votación general. Yo no creo necesariamente que la oposición quiera ganar.

-Es fuerte lo que dice, ¿por qué el kirchnerismo se presentaría para no ganar?

-Pensemos cómo serán los próximos cuatro años de la Argentina, donde habrá que seguir ajustando al Estado, corregir variables, la inflación seguirá “comiendo” los sueldos, conflictividad con el sindicalismo y de continuar pidiendo plata al mundo. ¿Quién quiere hacer esa tarea? No creo que mucha gente de la clase política quiera hacerlo de verdad.

Muchos van a hacer la mímica que sí, pero en realidad van a querer hacer la mejor elección general posible porque ahí se definen senadores, diputados, gobernadores e intendentes. Es decir, se define la mayor parte del esquema político, pero no querer gobernar los próximos cuatro años.

En síntesis, el negocio para el opositor es lo que hizo el kirchnerismo en 2015, que es perder y dejarle a alguien la bomba para que le explote. Que fue el mismo plan de Menem con de la Rúa.

-¿No la puede perjudicar a Cristina una nueva derrota electoral en su juego por el liderazgo en el peronismo?

-A Cristina le sirve y a su gente también, ya que van a la elección general con 35 puntos y “mordiendo” un montón de cargos más a que si fuesen con otro candidato y obteniendo 25 puntos. En 2015 quedó claro que no quiso ganar. Es una jugada finita, se quiere obtener la cuota de poder más grande posible de beneficios pero sin pasarse de rosca y ganar.

Además, el 35% que la quiere a Cristina no distingue si es perdiendo o ganando, por más que le aparezcan 30 casos más de corrupción. Ese porcentaje no se mueve.  

Y me parece que el Gobierno va a generar las condiciones para que ella se presente, sino los hijos van presos. A los dos les sirve la dicotomía, el oficialismo la necesita porque ella da más fobia que el dolor que produce la economía. Cualquier otro candidato es un rival incierto. Hoy nadie mide, pero en segunda vuelta quizás un desconocido, un novato, puede recopilar el enojo de todo el mundo y complicarlos.

-¿Y el resto del peronismo?

-Todo el peronismo la quiere “matar”, no hay nadie que la quiera, más allá que está dividido al medio: la mitad que quiere ir atrás de ella para hacer el mejor negocio posible con el 35% de votos que saca, para poner en la lista a la mayor cantidad de gente posible. Y la otra parte que dice que no tiene ningún sentido sacarse la foto con el kirchnerismo, porque pertenece al pasado, y quiere construir una opción nueva a futuro de presentar candidatos, dejar una marca y empezar a escalar de a poco.

-¿Y si Cristina llega a ser elegida Presidente?

-Devuelve el poder (risas). Le sería duro gobernar porque los cuatro años que vienen para Argentina la única solución para financiarse y no ir a default es seguir pidiendo plata. A Cristina no le conviene ganar, porque nadie le va a prestar un dólar. Lo mejor que le puede pasar es que por siempre quede el relato, sea cierto o no, que “con Cristina estábamos mejor” y punto. Un mito.

-Se mencionan como alternativa a Lavagna, Massa, Urtubey, entre otros. ¿Cuál es el candidato peronista con más proyección?

-Ninguno mide más de 6 puntos. El 30% de la población que no quiere un presidente de Cambiemos o del kirchnerismo no tiene un nombre que los aglutine.

El peronismo no está haciendo las cosas bien porque si quisiera construir futuro le deberían dejar el partido a los menores de 45 años y dejar que las “momias” de la política argentina se vayan a la casa, y no lo están haciendo. La gente los mira horrorizada porque son siempre los mismos. Está muerto y nadie quiere firmar su certificado de defunción.

-¿Quiénes pueden ser candidatos a vicepresidente por el oficialismo?

-Patricia Bullrich y Carolina Stanley son los nombres que suenan más fuerte como candidatas para dos tipos de estrategias diferentes, que sí o sí pondrán a una mujer en la fórmula. La primera de ellas tiene un corte más firme de mensaje de seguridad, y la segunda puede dar una línea más sensible frente a lo social. Veremos que le cierra más a Cambiemos.

-¿Y Cristina con quién podría presentarse?

-El que mejor mide es Axel Kicillof, que es un tipo que ha quedado con la imagen más elevada después del hundimiento del kirchnerismo. Reúne a mi criterio dos características que lo convierten en, además, un buen producto electoral para ese público. La primera es que es indudable que es kirchnerista, no es como Felipe Solá o Sergio Massa que fueron y vinieron. La segunda característica positiva es que no fue manchado por casos de corrupción, un hombre limpio y un candidato muy cómodo.

-¿Tanta fuerza tienen los vicepresidentes como para ganar una elección?

-La figura del vicepresidente para la campaña sí es importante, sobre todo si le aporta al Presidente atributos que éste no tiene. No es el caso de Boudou con Cristina, ya que ella ganó por sí misma. Pero cuando al presidente le faltan algunos puntos o características, entonces hay que buscar el complemento en la fórmula.-