iProfesionaliProfesional

Contra la meritocracia y a favor de ministerios de la mujer y de la economía popular: así piensa la "nueva Carta Abierta"

El sociólogo Nahuel Sosa forma parte de "Agenda Argentina", un nuevo movimiento opositor compuesto por 300 intelectuales, y dialogó con iProfesional
24/05/2019 - 06:12hs
Contra la meritocracia y a favor de ministerios de la mujer y de la economía popular: así piensa la "nueva Carta Abierta"

Nahuel Sosa es licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires (UBA), tiene 32 años y es co-director del Centro de Formación y Pensamiento Génera, un grupo de pensamiento en formación que congrega a jóvenes sub 40.

Esta organización junto a otros siete grupos diferentes forman parte de un nuevo movimiento, denominado Agenda Argentina, que está compuesto por unos 300 intelectuales. Con un promedio de edad joven y un tono abiertamente opositor a Cambiemos, el grupo prepara propuestas acordes a las nuevas temáticas de debate, tales como la reivindicación feminista o la denuncia sobre la precarización de los nuevos formatos de empleo.

Aspiran a convertirse en una usina de ideas para el sector político que actualmente se ubica en la oposición y en el ámbito político ya se los empieza a denominar como la renovación generacional de "Carta Abierta", el conjunto de intelectuales que hizo de soporte teórico y filosófico durante la gestión de Cristina Kirchner.

Para conocer cuáles son sus propuestas y puntos de vista dentro del mundo social, laboral y político, iProfesional habló con Sosa.

-¿Cómo definiría a Agenda Argentina?

-Es una iniciativa entre distintos colectivos de intelectuales que se proponen poder construir un pensamiento crítico. Significa un proceso de unidad dentro del campo opositor, tanto en la parte gremial como político, donde de alguna manera la academia está un poco ausente. Por eso se propone construir una voz renovada dentro del ámbito académico e intelectual, que permita tender puentes entre distintos actores sociales y políticos. Sobre todo proponerle a la oposición una agenda de ideas fuerza, que nos parece que hay que tener en cuenta tanto para la elección de octubre pero, sobre todo, para pensar la década que viene.

-¿Cuáles estas ideas fuerza que pretenden instalar?

-Vemos que hay cierto cortocircuito entre las demandas de la sociedad civil y cómo eso se incorpora en las agendas políticas. Me parece que hay algunos fenómenos que se dieron en los últimos años en nuestro país de nuevos emergentes que se deben tener en cuenta.

-¿Por ejemplo?

-Cuando se analiza quiénes desbordaron las calles en los centros urbanos aparecen los feminismos, que tienen que tener un lugar central, que no es incorporar a la agenda de la política al feminismo sino femineizar a la política. Por otro lado, nos parece que tienen que estar presentes las nuevas formas de trabajo, los trabajadores y trabajadoras de lo que hoy se denomina "economía popular", donde aparecieron las nuevas situaciones, como los chicos de Glovo, Rappi o PedidosYa, que es un fenómeno de precarización. Entonces nos parece que una agenda política tiene que dar cuenta de esas nuevas relaciones laborales.

-¿Tienen algunos otros puntos entre sus fundamentos prioritarios?

-Me parece que hay un tercer punto que es el hábitat, el medio ambiente y la ecología política. En muchos lugares de la Argentina están habiendo situaciones en las cuales aparecen con fuerza esas demandas del "buen vivir", la tendencia es que en los próximos años estaremos en megaurbes y ahí aparece un fenómeno muy curioso, que es que la gente aparece cada vez más aglomerada, más cerca físicamente, pero sin embargo está más lejos socialmente. La soledad en masa -como decía la escritora Hannah Arendt-, donde estamos hiperconectados en una hipermodernidad, pero el individuo está cada vez más solitario. Eso también supone para cualquier proyecto de ideas políticas pensar cómo se interpelan a esos individuos. También otros ejes que nos interesan son seguridad y democracia, y lo que tiene que ver con tarifas y consumidores.

-¿Cómo podría resumir el objetivo general que tienen que engloba todos estos puntos?

-Nuestra apuesta es pensar a la individualidad por encima del individualismo. Nos parece que es importante recuperar la idea del deseo en la política. ¿Qué quiero decir? Que ya no hay demandas que son de primera y de segunda, como se jerarquiza a los distintos derechos en la Constitución. Por la situación actual que se vive y por los procesos de cambio que hay dentro de un sistema capitalista hoy, por ejemplo, la demanda de un inquilino o la demanda por el derecho a la privacidad pueden tener tanta legitimidad y tanto valor como la demanda de conseguir un laburo. Entonces, un proyecto que se proponga representar a las mayorías tiene que poder dar cuenta de eso.

-Desde Genera publicaron un libro llamado "Emergencias", ¿qué propósito se pusieron con esto?

-Es un libro que articulamos donde dialogan representantes del activismo, la academia y también del periodismo, con la idea de pensar en perspectiva, no sólo hacer un análisis de la década que pasó, sino más bien pensar de la década que viene. Ver qué está pasando con lo que está latente, que a veces se mediatiza, a veces se visibiliza, y otras no se muestra.

-¿Qué los lleva a realizar este grupo de pensamiento?

-Estamos viendo un fenómeno dividido en tres etapas que nos parecían importantes: la primera, es juntar a distintos grupos de intelectuales. La segunda es que dentro de los grupos pueda haber disenso y eso sea tomado como una virtud y no como un defecto. Y la tercera, que es el momento en el que estamos ahora, es que esta agenda la queremos hacer en diálogo con los actores que son protagonistas de esos conflictos. Nos gustaría hacer un foro para presentar las propuestas, que están en pleno desarrollo.

-Existe una corriente económica y política internacional que está pujando localmente para que haya reformas en el ámbito laboral para que el país sea más competitivo. ¿Qué opina al respecto?

-Nosotros tenemos una mirada crítica en lo que se propone en este tipo de reformas, ya que en teoría se hacen en nombre de la productividad y la flexibilidad, pero suelen tener como resultado que la variable de ajuste es el eslabón más vulnerable, que es la relación asimétrica entre el trabajador y su empleador.

Entonces, por el contrario, vemos que tenemos que dar un alerta, por ejemplo, con lo que ocurre con los chicos de Rappi o Glovo, donde se les intenta dar una idea de autonomía, libertad, de poder ser "tu propio jefe" y manejar tus horarios, pero eso, muchas veces, esconde que en vez de ser una autorrealización es una autoexplotación descarnada, porque ese pibe está pedaleando por la Ciudad sin ningún tipo de cobertura, ni social ni laboral. Es que se lo pone como monotributista cuando claramente tiene una relación bajo dependencia. Y también esconde la carencia que una persona tenga que salir a hacer eso como complemento de otro trabajo en el que, por lo general, está precarizado o tercerizado.

-¿Qué aspectos le critican a las autoridades?

-Somos muy críticos a la idea de meritocracia que propone Cambiemos, porque en los términos que ellos lo proponen es una suerte de estafa porque la meritocracia, si no hay condiciones de igualdad, el que llega no es por mayor o menor esfuerzo, y ahí se corre el riesgo de revictimizar a la víctima. Entonces ahí hay una cuestión de pensar esto en un sentido de cómo se construyen condiciones de igualdad.

-¿Cómo se pueden construir estas condiciones de igualdad?

-Me parece que se debe cambiar el enfoque y el Estado tiene que necesariamente intervenir, volver a construir alianzas con las pymes, con los sectores industriales y con los denominados movimientos sociales o economía popular, no sólo en la materia de planes sociales, sino también en políticas públicas del país. Acá hay que empezar a diferenciar entre trabajo y empleo. Uno puede estar en una situación precaria y el otro no. Por eso se pueden hacer paritarias sociales, que vía el ANSES se pueda financiar una obra social para aquellos que no tengan una cobertura de salud.

-¿Qué opina sobre los avances tecnológicos que hacen repensar y reformar a muchos sectores?

-Comparto que no se trata de ir contra las nuevas tecnologías, el tema es cómo las nuevas tecnologías están al servicio del hombre y no el hombre a su servicio. En países desarrollados no se trata de precarizar al hombre sino en reducir las jornadas laborales, y la tecnología ahí sirve para que el individuo se recree en otros ámbitos y pueda utilizar ese tiempo libre para capacitarse o estudiar. El conocimiento es el capital del futuro. Lo que quiero decir es que dependerá mucho del enfoque político que se le quiere dar a las nuevas tecnologías.

-¿Cuáles son algunas de las propuestas concretas que tienen para hacer estos cambios?

-Se podría construir un Ministerio de la economía popular, que piense políticas públicas para ese tercio de la población que hoy está precarizado, como vendedores ambulantes o changueros, que por lo general son explotados por los intermediarios. Es decir, iniciativas estatales para incorporar a la economía a esta gente que produce valor, algo que también podría abaratarle los costos a los centros urbanos.

Hay otra cuestión que tiene que ver con las políticas de población, para que no haya concentración en las grandes urbes, sino mirar más al campo y construir unidades productivas allí para repensar el mercado de abastecimiento. Un tercer punto es la construcción de un Ministerio de la Mujer, que permita institucionalizar lo que viene haciendo la sociedad civil. Creo que es una de las deudas de la democracia, como reconocer a las amas de casa por su trabajo no pago, reconocer que muchas veces las mujeres producto de la maternidad u otras situaciones pierden determinadas situaciones respecto a los hombres.

-¿A qué sectores les van a presentar todas esas propuestas?

-Estas son propuestas que están en elaboración, queremos dialogar con los actores y referentes sectoriales, como la CGT, CTA, el colectivo de actrices, con los inquilinos agrupados, es decir, con aquellos que referenciamos. También vamos a construir una agenda con líderes de la oposición, desde Pino Solanas, pasando por Sergio Massa hasta Cristina Kirchner. ¿Qué queremos hacer? Queremos escuchar y que estas temáticas pasen a estar en la agenda política, que no es poca cosa en este contexto.

Después de esta serie de reuniones, queremos presentar todo en un foro y, a su vez, construir a que toda una nueva generación aprenda a gobernar en Argentina. Desde lo macro, para construir propuestas concretas que sean realizables y no sea un programa más de lo que dice la oposición, nos parece que hay que tener un diagnostico claro: vemos que en la década pasada las nuevas clases medias, es decir, las clases bajas que ascendieron socialmente, crecieron diez escalones en consumo y dos en conciencia. La distribución de la riqueza sin politización no trae una transformación en las formas de ver el mundo y en la disputa hegemónica, por lo que corre el riesgo a que ese proceso de consumo no vaya acompañado de un capital cultural e intelectual. Es importante porque esos escalones que faltan hicieron que crezcan proyectos de derecha retrograda y neoliberalismo puro. El voto no es económico solamente, también es aspiracional.

-Por lo que comenta, su postura tiene una definida orientación política opositora...

-Tenemos una posición opositora a Cambiemos en general, en su filosofía de vida, pensamos que es un proyecto que fracasó, que esconde una mirada egoísta e insensible de las relaciones humanas. Tenemos una fuerte crítica y me cuesta pensar en una cosa que hayan hecho al bienestar. Creo que Cambiemos es una elite depredadora, que tuvo una oportunidad histórica de construir un país más inclusivo y la perdió. Creo que eso no fue un error o un mal cálculo, sino los intereses de una parte de esta fuerza que ha reproducido.

-¿Y qué postura tienen respecto a lo que fue el kirchnerismo en los anteriores 12 años?

-Hay distintas posiciones, hay colegas que han formado parte del kirchnerismo y otros que son opositores. Sin dudas, el kirchnerismo ha dejado un piso de derechos y lo que se viene tiene que ser más amplio. Más allá que Cristina es una líder opositora, hay que pensar cómo construir un bloque histórico y no pensar la unidad solo en términos de candidatos y partidos políticos, sino una unidad de sectores sociales. Ahí, más allá del candidato que sea, lo que más me preocupa son las demandas que ese candidato deba estar comprometido a hacerlas. Creo que, sin dudas, Cambiemos tocó un techo y cuatro años más de este gobierno no implicaría una mejora.