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Investigadores de mercado sobre fallas de encuestas electorales: "En los usos de la información se juegan también intereses"

Con el recuerdo fresco de las fallidas encuestas de antes de las PASO, iProfesional habló antes de las generales con la cámara de investigadores de mercado
23/10/2019 - 06:58hs
Investigadores de mercado sobre fallas de encuestas electorales: "En los usos de la información se juegan también intereses"

A tan pocos días para las elecciones generales, y con tantas encuestas dando vueltas indicando que la fórmula Fernández-Fernández del Frente de Todos supera el 50% de intención de voto, sobrevuelan los fantasmas de que vuelva a ocurrir la misma situación que sucedió en las previa a las PASO, donde muchos relevamientos sostenían una paridad electoral que no correspondió a lo que reflejaron las urnas.

Incluso, antes de las primarias se evidenció un gran desfasaje y amplitud de datos, que "marearon" bastante al público. Si bien en la previa de las presidenciales del 27 de octubre la información es más "pareja", existen dudas.

Para conversar sobre esta situación, iProfesional entrevistó a Juan Manuel Primbas, presidente de la Cámara de Empresas de Investigación Social y de Mercado (CEIM), que está compuesta por 14 firmas miembro y fue fundada en el año 1974.

-¿Cómo evalúa los datos arrojados por las encuestadoras y las mediciones realizadas en el proceso electoral?

-Claramente, la diferencia entre esas estimaciones previas y lo que sucedió fue grande y mayor a cualquier estimación de posible desvío. Es un fenómeno que también se viene observando en otros países y procesos de votación. Sin embargo, lejos de poner en duda la utilidad de las herramientas y técnicas utilizadas, debería servirnos como un gran aprendizaje, tanto para toda la industria de empresas que generan e interpretan datos, como para quienes contratan esos servicios y toman decisiones en base a información.

-Hubo mucha dispersión en los datos entre los distintos encuestadores, ¿por qué no hay encuestas que predigan correctamente los resultados electorales?

-Como cámara de las empresas de investigación de mercado no es nuestro rol el de evaluar la performance de quienes proveen encuestas de opinión pública ni de otros estudios. Además, lo que se está discutiendo o evaluando es la información que determinadas empresas y medios que han hecho público en las semanas previas a las últimas PASO. Igualmente, en todas las industrias y negocios hay diversidad en cuanto a propuestas, calidad, rigurosidad y costos, y las encuestas de opinión pública no son la excepción. En las semanas previas a las primarias del 11 de agosto se publicaron en los medios todo tipo de números, que a su vez era repetidos y usados en otros ámbitos sin ningún tipo de verificación o detalle. Pero también es sabido que en forma "no pública" existían estudios que reflejaban mejor la realidad sobre la preferencia de la ciudadanía. Por otra parte, no podemos obviar que en la interpretación y usos de la información se juegan también intereses y la necesidad de "decir lo que se quiere escuchar".

-¿Pero cuáles fueron las causas de la acumulación de tantos errores y a que no se pueda medir lo que opina la gente con más certeza?

-Hay diversas casusas que explican la dificultad de reflejar la intención de voto de la población. Para estas últimas elecciones destacaría tres: una es la importancia que tuvo el "rechazo" como driver de elección, que implica una mayor dificultad para la medición; y la segunda fue la gran variabilidad que tuvo el voto en relación a las últimas dos elecciones. Los datos son contundentes: en 2015 Cambiemos ganó en 80 municipios de la Provincia de Buenos Aires, en 2017 lo hizo en 113, en cambio en 2019 solo en 43. A ello le sumo como tercer argumento al voto de último momento o "poco convencido", que fue determinante en los centros urbanos. Se pudo haber "escondido" ese voto en la tasa de no respuesta que presentan todos los estudios.

-¿Cuánto influyeron en estos cambios sociales reflejados en los datos los comportamientos de los políticos y el cambio de coyuntura?

-Mucho. Para lograr un "buen dato" y números "acertados", ya no basta con una rigurosa medición y encontrar quien esté dispuesto a financiarla. El dinamismo de los mapas sociales, estos cambios de coyuntura política y económica, como los climas de época, las sugestiones y convencimientos dominantes de determinado momento histórico, plantean un desafío adicional y muy variable a lo largo del tiempo. Tanto la última elección del presidente en Estados Unidos, como la votación sobre el Brexit en Inglaterra, son dos claros ejemplos de la dificultad que esto representa.

-¿Cuál es el error tolerado en una encuesta y cómo se debería realizar un estudio de forma seria para que sus datos se acerquen a la realidad?

-No hay una respuesta única, ya que depende mucho de las muestras, metodologías y nivel de precisión que se pretenda alcanzar. Lo importante es acompañar el volumen y la complejidad del estudio con las metodologías que se ajusten a esa realidad. Esto impacta también en los costos y los tiempos para obtener los resultados, dos cosas que no sobran en una campaña electoral.

-Entonces, en base a lo que ocurrió en las PASO, ¿qué sistemas de medición recomiendan utilizar para analizar la intención de voto de un candidato?

-Para reducir el impacto de esas "dinámicas sociales" de las que hablaba anteriormente y lograr la mejor representación de la realidad, es fundamental combinar las distintas metodologías de recolección de datos. Las más utilizadas son el Interactive Voice Response (IVR), donde las encuestas telefónicas toman fuerza en la inmediatez de una contienda electoral ya que los tiempos con los que permite trabajar es un factor clave, principalmente en las urgencias del spring final de una campaña. Además presenta costos "accesibles", aunque tiene como desventaja la limitación de la penetración telefónica.

Otro instrumento empleado son las encuestas domiciliarias, que permiten una llegada a todos los estratos sociales. Sin embargo, depende de la predisposición del público a responder y transmitir su simpatía partidaria, cuestión que representa un sesgo. Además, en la práctica no se logra el acceso a todo tipo de urbanización, los costos son elevados y los tiempos lentos. Y, por último, están las encuestas online, que logran muy buenos resultados con el público acostumbrado al entorno digital, pero no pueden todavía asegurar una cobertura homogénea en el total de la población y sus tiempos no son previsibles.

-¿En qué casos podría ejemplificar esto?

-Como ejemplo, si nos enfocamos en dos de los grupos poblacionales que apoyaron fuertemente a la fórmula peronista en las PASO, nos permite entender que ninguna herramienta es infalible. Las personas y hogares de nivel socioeconómico bajo no tienen buena penetración de líneas telefónicas fijas. Mientras que entre los jóvenes no es posible lograr una buena representación si no se utiliza la forma online. Pero este grupo suele tener una baja tasa de respuesta, lo que a su vez nos desafía a pensar estrategias o incentivos para mejorarla.

-¿Cómo se determina entonces cuál es el encuestador que hace mejor su tarea para tener credibilidad?

-El gran aprendizaje que dejaron las PASO es que, en determinado contexto, determinada combinación de metodologías y análisis puede lograr un alto nivel de precisión como sucedió hace sólo dos años, pero, en tan breve tiempo, también puede volverse ineficiente. No es tiempo de jubilar metodologías sino de ser inclusivos y combinarlas con otros saberes. Hay muchas empresas y encuestadores que tienen un alto nivel de rigurosidad, seriedad y profesionalismo; que además cumplen con todos los requisitos legales y formalidades que se exigen para los procesos eleccionarios. Sin dudas, son quienes están mejor preparados para realizar una revisión de lo sucedido y proponer nuevos estudios que permitan captar la cambiante y compleja opinión pública.-