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Asuntos internos: por qué oficialismo y oposición apuestan por una campaña "descafeinada"

En esta campaña, la "insustancialidad" es esencial. Oposición y oficialismo ven más riesgos de equivocarse con propuestas que sin ellas
25/08/2021 - 06:22hs
Asuntos internos: por qué oficialismo y oposición apuestan por una campaña "descafeinada"

¡Sombra terrible de Francisco (De Narváez) voy a evocarte, para que, sacudiendo el polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos desde WalMart la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo! Tú posees el secreto: ¡revélanoslo!.

Así podríamos adaptar el comienzo del Facundo de Sarmiento a esta campaña algo descafeinada que nos toca transitar. Aquel Colorado, el auténtico, se consagró ganador de las primeras elecciones que perdió el kirchnerismo, las legislativas de 2009.

¿Cómo lo logró? ¿Cómo consiguió vencer a una experiencia política que se presentaba invencible? Muy fácil. Un imitador de Showmatch, el programa que entonces batía récords de rating, había encarnado con simpatía a su personaje y, la magia de la televisión hizo el resto.

El candidato imitó a su imitador y también tomo su cliché del sketch: Alica-Alicate (no hay doble sentido, simplemente era un juego). ¡Así fue centennials! Busquen en YouTube y confirmen allí lo que leen acá. Esa es hoy la musa inspiradora de la oposición modelo 2021.

Con los anabólicos digitales del TikTok para los pasos de baile y los memes para los mechones de cabello rojizo se construye la propuesta programática de la coalición opositora. En palabras de un referente radical (antes de que se filtraran las fotos de "Lilita"): "¿Qué querés? ¿Que hablemos de economía o de deuda? Mientras el Gobierno se pierde en explicaciones por un error no forzado nosotros hacemos la plancha. Y si podemos llegar al 12 de septiembre así, bárbaro. Después vemos".

Faltan menos de 20 días para las PASO y en la campaña no se debaten ideas

La apuesta es que el electorado tenga más ganas de castigar que de premiar. Si hay bronca que se la agarren con los otros. Si un clavo saca otro clavo, pues entonces que el malestar del presente ayude a olvidar el malestar del pasado reciente generado por el mejor equipo de los últimos cincuenta años.

Para esta estrategia la insustancialidad es esencial. Hay más riesgos de equivocarse con propuestas que sin ellas. En estas épocas donde las emociones y los sentimientos parecen ser lo único importante: ¿para qué perder demasiado tiempo desarrollando razones? Agitar la indignación y no argumentar demasiado es la consigna de la hora.

Lo demás vendrá por añadidura. Desde la vereda oficialista, todos perros cascoteados, advierten la estrategia con algo de resignación. Un veterano caudillo peronista del conurbano profundo, reflexiona: "Sabemos que las elecciones no las ganan los opositores, sino que las pierden los oficialismos. Arrancamos prolijos la PASO y ahora estamos en medio del bolonqui del Olivos Gate, dándole de comer a una oposición que venía regalada en medio de sus internas. No queda otra que atacar para salir de esta". Incorporar en cada declaración: Ah, ¡pero Macri! es el fetiche para intentar contrarrestar la meditada liviandad opositora. Conceptos simples y sencillos.

La estilización gastronómica es para los programas de tele, donde las audiencias premian las rarezas. En la cocina política de las dos coaliciones no es tiempo de platos gourmet. Impera el plato del día, o como en la clase turista de los aviones, el menú con el que se castiga a la clase turista: pasta o pollo en recipientes de aluminio con tenedores de plástico. Quizás en este vuelo haya más pasajeros inapetentes o que hagan dieta líquida.

En las elecciones provinciales de Misiones, Jujuy y Salta la participación es más baja que el promedio de los últimos años y hay más voto en blanco. Puede ser que tres golondrinas no hagan verano. Pero quizás anuncien que las elecciones de primavera no entusiasmen demasiado y haya quienes decidan aplicar el #quedateencasa para el día de las elecciones. Cuesta un poco más de la cuenta convocar el interés de crecientes sectores de la sociedad.

A pocos días de votar, la calle está de tibia a fría electoralmente

En una misma mesa de café, dos encuestadores amigos, pero con clientes enfrentados discuten escenarios y hacen cálculos interesados: "Si vota menos gente se jode la oposición. Nos conviene que los desencantados no se movilicen porque en general lo hacen para votar en contra", razona el que trabaja para el oficialismo. "Es cierto", contesta el colega reclutado por la vereda de enfrente, "pero en las generales vota más gente que en las PASO y suelen hacerlo contra el peronismo. Recuerden que sucedió así en el 2015, en el 17 y en el 19".

Todo muy profesional hasta que aparece la chicana de turno: "Se puede votar contra el peronismo desde el liberalismo. A nosotros Milei y Espert no nos sacan un voto. Ello son una extensión de su tarjeta de crédito. El resumen de cuenta lo van a terminar pagando Uds"

Enseguida, la réplica: "Desde 2005 que no ganan una elección legislativa. Siempre se les hace cuesta arriba".

Como en cada circunstancia de la vida, también en la política se argumenta en función de los gustos e intereses propios. A pocos días de votar, la calle está de tibia a fría electoralmente. Los indecisos y el voto blando miran a las urnas como algo muy lejano, para lo que todavía no hay urgencias. Ellos, sin saber aún que van a votar el 12 de setiembre decidirán la suerte electoral de los que se esfuerzan todos los días por atraer su atención. Quizás esa actitud distante sea una silenciosa forma de revancha.

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