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El misterio de por qué Milei pierde en provincias pero sigue alto en las encuestas: ¿la clave es la abstención electoral?

Los analistas debaten si las cifras que muestran las encuestas se traducirán en votos para Milei. Y surge el dato de una abstención como expresión de enojo
18/06/2023 - 06:08hs
El misterio de por qué Milei pierde en provincias pero sigue alto en las encuestas: ¿la clave es la abstención electoral?

Es la gran pregunta que quedó planteada en el ámbito político después de las últimas elecciones provinciales: ¿el fenómeno de Javier Milei que reflejan las encuestas se verificará realmente en las urnas, o es apenas una expresión de descontento pero que no llegará a transformarse en votos?

Esa duda -que ya se planteaba entre los politólogos y dirigentes de la oposición cuando Milei aceleró en los sondeos hasta ubicarse en el entorno del 25% de la intención de votos-, ganó fuerza después de los reveses libertarios en las provincias donde jugó con candidatos propios.

El último golpe, en la elección tucumana, fue el más fuerte. Su aliado, Ricardo Bussi, obtuvo un magro 3,9% de los votos, una cifra que luce más pequeña aun cuando se toma en consideración que el mismo candidato había llegado a un 13,8% de los votos hace cuatro años.

Milei venía de sufrir un duro golpe en la elección provincial de La Rioja, donde su aliado Martín Menem -sobrino del fallecido presidente Carlos Menem- se ubicó tercero con apenas un 15% de los votos, muy lejos del 26% que le habían augurado las encuestas. Pero acaso el dato que más haya preocupado a Milei no sea el error de los encuestadores riojanos sino el hecho de que su "protegido" no pudo capitalizar el 49,9% de imagen positiva que, según un sondeo de CB Consultora, el libertario goza en tierra riojana.

Algo parecido ocurrió en Tierra del Fuego, donde Milei apoyó la candidatura de la pastora evangélica Andrea Almirón, que terminó en un lejano tercer puesto, con 7% de los votos. Peor le había ido en Neuquén, donde sus referentes locales terminaron en cuarto lugar.

A partir de allí, una de las actividades preferidas en los bunkers de campaña y en las consultoras de opinión pública es esbozar teorías explicativas de la contradicción: el entusiasmo que provocan las visitas de Milei en el interior, donde suele ser recibido como una auténtica celebrity choca fuertemente con su decepcionante desempeño electoral.

Milei con su aliado tucumano, Ricardo Bussi, que apenas logró un 4% de los votos en la provincia
Milei con su aliado tucumano, Ricardo Bussi, que apenas logró un 4% de los votos en la elección provincial

Algunos apuntan a la equivocación a la hora de buscar aliados, que no representan los valores que hacen atractivo a Milei. Es decir, no son vistos ni como "lo nuevo" ni como apegados a las ideas liberales.

Más bien al contrario, apellidos como Menem y Bussi son asociados a las prácticas de la "vieja" política. Y en el caso del tucumano, su campaña no se centró en las bondades de la economía abierta sino en la "mano dura" contra el delito. Mientras tanto, sus rivales del peronismo hicieron campaña desembozadamente con planes asistenciales.

"Te llenan los bolsillos con unos pocos pesos y un par de bolsones -se quejó el propio Bussi ante quienes habían votado al peronismo-; cuándo entenderán los tucumanos que todo lo que te dieron el domingo es sacado de los bolsillos de todos, para generar más y más atraso".

Ahí aparece la otra teoría sobre los problemas de Milei para hacer pie en el interior: la falta de presencia territorial con un "aparato" propio. En definitiva, esa queja de Bussi era una admisión tácita de que, al menos para los comicios provinciales, las viejas prácticas clientelares mantienen su peso. O, para ponerlo en términos de Milei, la "casta" no sólo no tiene miedo sino que demuestra que sigue dominando los resortes de la opinión pública.

La lupa en el índice de abstención

Pero hay otras teorías, que apuntan que existe una total independencia entre las elecciones locales y las nacionales, y que ahí podría estar la explicación de por qué Milei es popular y mide alto en los sondeos de todo el país a pesar de que no puede ser competitivo a nivel provincial.

El politólogo Carlos Fara plantea que una posible explicación sea que "el electorado del libertario es en su mayoría independiente y despolitizado, ergo votará lo que se le cante en cada circunstancia".

"En síntesis, que no le haya ido bien a sus candidatos locales, no se debe extrapolar a la presidencial", agrega el experto en opinión pública, para quien a esta altura es difícil creer que Milei no haga una buena elección.

Destaca que en las elecciones provinciales se está dando la norma de que ganan los oficialismos, aunque con un detalle que también puede ser clave: un elevado nivel de abstención y voto en blanco.

El alto nivel de abstención es objeto de análisis de los politólogos, que se preguntan si ese enojo podrá ser canalizado hacia la candidatura de Milei
El alto nivel de abstención es objeto de análisis de los politólogos, que se preguntan si esa expresión de enojo podrá ser canalizada hacia la candidatura de Milei

Ahí es donde aparece la otra posible explicación a la contradicción de Milei: es justamente entre los más desencantados con la política que el libertario tiene mayor predicamento. De esa manera, podría pensarse que quienes ahora se abstienen puedan luego expresar su enojo por la vía del voto a La Libertad Avanza.

¿Qué tan grande sería ese margen de mejora? Bastante, por lo visto en las últimas elecciones. Tomando como base de comparación las votaciones de 2019, hubo una caída en la asistencia de votantes de un 17% en Corrientes, 13% en Mendoza, 10% en La Rioja y Jujuy, de 7% en Misiones, de 6% en La Pampa y San Luis y del 5% en Río Negro. Llamaron la atención los casos de Corrientes y Mendoza, que registraron abstenciones de 43% y de 34%, respectivamente.

Los analistas suelen interpretar los altos niveles de abstención como una expresión de rechazo a la clase política y de sensación de falta de representación. Por eso, el tema que es objeto de especulación es si en las elecciones nacionales, esa afluencia de votantes que están mostrando las provincias se incrementará hasta los promedios históricos y quién logrará captar el diferencial.

Ahora, campañas con debate político

Es por eso que una preocupación esencial del debate es qué es lo que representa exactamente la alta intención de voto de Milei. Para el "gurú" del macrismo, Jaime Durán Barba, la situación es clara: "Da lo mismo si Milei era liberal o izquierdista, porque lo que le da votos es su look y su forma de canalizar la bronca del electorado".

A primera vista, los sondeos parecen confirmar que no hay una adhesión de tipo ideológica ni doctrinaria: una encuesta de la consultora Taquión reveló que entre quienes habían votado al Frente de Todos en 2019, un 12% ahora piensan en sufragar por el libertario. Y un llamativo 15,8% de quienes habían elegido al Frente de Izquierda ahora muestran simpatía por Milei.

"La verdad es que el votante de Milei no está de acuerdo con su proyecto político, es una bronca que la izquierda no supo capitalizar, porque en realidad este era el momento de la izquierda, pero fue Milei el que pudo finalmente capitalizar toda esa bronca con todas sus apariciones en televisión", admitió el sindicalista Rubén "Pollo" Sobrero. El histórico dirigente del gremio ferroviario se muestra autocrítico por la falta de eficacia de la izquierda en la comunicación: "somos un desastre, hay cosas que están mal hechas y hay que replantearlas", dijo en una entrevista.

Sin embargo, no todos piensan que el fenómeno Milei se limite a una expresión de enojo, sino que también influye su planteo sobre la agenda económica, como lo prueba el debate mediático generado por su propuesta de dolarización. El analista Diego Dillenberger plantea que la tesis "duranbarbiana" de que "a nadie le interesa en la campaña escuchar planes económicos" ya no se verifica como cierta: en un panel entre expertos en opinión pública, sólo un 4% se mostró de acuerdo con la máxima del gurú ecuatoriano.

Los apuntes de Milei para su ponencia sobre la dolarización fueron objeto de burla por parte de economistas de línea ortodoxa
Los apuntes de Milei para su ponencia sobre la dolarización fueron objeto de burla por parte de economistas de línea ortodoxa

Desconfianza del "círculo rojo"

En todo caso, el punto sobre el que parece existir consenso es que una de las fortalezas de Milei es haber instalado temas de debate nacional en la agenda, tal como la propuesta de la dolarización, que obligó al resto de los partidos a fijar posición al respecto.

Lo curioso es que ese protagonismo en el discurso le valió al candidato un rechazo del llamado "círculo rojo". Su participación en la cumbre empresarial de Llao Llao reveló esos temores. Los 120 dirigentes de las principales compañías argentinas lo escucharon con interés, pero no ocultaron sus dudas respecto de si el candidato estaría en condiciones de llevar a la práctica sus ideas. Si sirve como indicador de estado de ánimo, al término de la reunión se realizó un simulacro de elección presidencial entre los asistentes; Milei cosechó tres votos, contra 28 de Patricia Bullrich y 25 de Horacio Rodríguez Larreta.

Para la analista Beatriz Sarlo, los críticos del libertario están fallando a la hora de explicarle al electorado cuáles serían las consecuencias prácticas de que el país ya no tenga un Banco Central. "Lo que se asegura a esos posibles votantes es que se limitaría el poder y el peso de las burocracias estatales, sin explicarles que las pensiones, los seguros de salud y la educación no dependen de liquidar o desfinanciar esas estructuras de gobierno". 

Lo cierto es que sí hubo críticas duras hacia la propuesta de la dolarización -desde Cristina Kirchner hasta economistas de la línea ortodoxa-, pero eso no parece haber hecho mella en la popularidad del libertario.

Más dañino para Milei, en cambio, son los comentarios en las redes y en medios de comunicación que aluden a presuntos problemas de desequilibrio emocional, un terreno en el cual el candidato se muestra más incómodo que cuando debe fundamentar sobre la inminencia de una hiperinflación o la necesidad de que "el ajuste lo haga la política".

Esa dualidad se expresa en encuestas como la realizada por la consultora Giacobbe, en la que se le pide a la gente que defina a Milei con una sola palabra: en la "nube", la que aparece más grande es "loco", seguida por "esperanza". Lo que resta por verse en las próximas semanas es cuál de las dos visiones prevalecerá.