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Plan "dólares del colchón": similitudes y diferencias con el que lanzó Menem en 1992

El Gobierno de Javier Milei anunció un nuevo régimen para usar dólares sin pasar por controles. Cómo fue el que anunció Menem en 1992
27/05/2025 - 15:50hs
Plan "dólares del colchón": similitudes y diferencias con el que lanzó Menem en 1992

Ante un panorama de aplicación de medidas políticas que buscan estabilizar la macroeconomía, el titular de Palacio de Hacienda, Luis Caputo, y el presidente Javier Milei anunciaron una serie de modificaciones para incentivar el uso de los dólares "del colchón". De acuerdo a estimaciones oficiales, entre u$s200.000 millones y u$s400.000 millones equivalentes al 33% y el 66% del PBI– se encuentran fuera de los circuitos formales, es decir, en manos de los ciudadanos.

Cómo es el plan "dólar colchón" de Luis Caputo y Javier Milei

Por ello, esta iniciativa, bautizada informalmente como "Plan Colchón", intentará reincorporar esos fondos a la economía nacional e impulsar el consumo, la inversión y la recaudación fiscal. Yendo de la mano con la reciente salida del cepo y la flexibilización cambiaria.

En conferencia de prensa, Caputo explicó que el plan, enmarcado en la "fase tres" del programa económico del Gobierno, incluye la derogación de obligaciones de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) para compras con tarjetas, transferencias bancarias y depósitos a plazo fijo, así como la simplificación de los reportes de operaciones sospechosas (ROS) que exigía la Unidad de Información Financiera (UIF). "Estamos trabajando en un esquema donde nadie tenga que justificar de dónde sacó su dinero, siempre que no provenga de actividades ilícitas como narcotráfico o terrorismo", dijo el ministro, exponiendo que el objetivo es los dólares comiencen a circular libremente sin trabas burocráticas que presuman un origen ilícito de los mismos.

En tanto, el presidente Milei calificó esta medida como una "revolución monetaria" y describió a los ahorristas en dólares como "héroes" que escaparon del "impuesto inflacionario" y de los "políticos ladrones". "Es como un blanqueo, pero sin pago de impuestos", sintetizó, subrayando que el plan busca una "dolarización endógena", donde los ciudadanos, y no el Banco Central, moneticen la economía al incorporar sus dólares al sistema.

Sin embargo, estos anuncios generaron comparaciones con iniciativas del pasado. Algunos economistas alineados ideológicamente con la oposición trazaron paralelismos con la estrategia del gobierno del difunto Carlos Saúl Menem en 1992, cuando se incentivó a sacar los dólares "del colchón" para incorporarlos al sistema financiero. 

En aquel entonces, el Plan de Convertibilidad que establecía una paridad fija de un peso por dólar– buscaba estabilizar una economía golpeada por la hiperinflación. La consigna "¡Sacá los dólares del colchón y dormí tranquilo!" resonó en una sociedad que comenzaba a confiar en la estabilidad cambiaria. Entonces, ¿es el "Plan Colchón" de Milei una mera reedición de aquella medida?

Diferencias con la medida de Carlos Menem en 1992

Iniciando por el enfoque fiscal y legal, a diferencia de Milei, en 1992, Menem no implementó un blanqueo explícito ni una amnistía fiscal formal. La confianza en la convertibilidad y la eliminación de restricciones cambiarias incentivaron a los ahorristas a depositar sus dólares en bancos, sin un énfasis en relajar controles sobre el origen de los fondos.

En cambio, el plan de Milei propone un "blanqueo sin impuestos", donde los ciudadanos pueden usar sus dólares sin justificar su procedencia, salvo una declaración jurada que descarte actividades ilícitas. Además, se flexibilizan normativas de la UIF y ARCA, y se busca proteger a los ahorristas de futuras sanciones, incluso de las administraciones gubernamentales que vendrán.

Otro ítem que las diferencia es que, la medida del '92 apuntaba fortalecer las reservas del Banco Central mediante depósitos bancarios, respaldando la paridad fija del peso con el dólar. En contraste, Milei y Caputo promueven una "dolarización endógena", donde los dólares circulen directamente en la economía para transacciones e inversiones, sin que el Banco Central emita pesos.

¿Qué resguarda de otro "corralito"?

También durante el mandato de Menem, la Convertibilidad eliminaba el riesgo cambiario al garantizar que un peso equivaliera a un dólar, lo que incentivaba los depósitos sin temor a devaluaciones. En 2025, con el cepo levantado y un cambio flotante entre bandas ($1000-$1400), persiste cierta incertidumbre, aunque el Gobierno libertario confía en la estabilidad macroeconómica reciente.

Asimismo, deben tenerse en cuenta los riesgos legales y normativos, donde en 1992, los controles internacionales contra los el lavado de dinero eran menos estrictos, y Argentina no enfrentaba presiones significativas del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). En 2025, el plan de Milei se alineará con estándares globales, lo que ya llevó al Gobierno a negociar con el GAFI para evitar sanciones.

Además, la medida de Menem se aplicó con la única finalidad de fortalecer las reservas y el sistema bancario, pero no abordó estructuralmente la informalidad del ahorro en dólares a diferencia del "Plan Colchón" que busca un impacto más abarcativo incentivando el consumo y las inversiones. Si bien las diferencias son mayores que las similitudes, resulta válido preguntarse si ese disparador que condicionó el fracaso de Menem no impactará también en esta oportunidad.

Podría considerarse que, la medida de Menem fracasó a largo plazo porque estaba respaldada de un régimen cambiario insostenible que no abordó problemas estructurales como el déficit fiscal, y la crisis de 2001-2002 destruyó la confianza de los ahorristas, culminando en la confiscación de depósitos, recordada como "corralito", y la devaluación. Si bien no hay garantías que el plan de Milei resulte totalmente efectivo, sí se tienen en consideración pilares que el menemismo ignoró, como aplicar una serie de medidas que faciliten la estabilidad macroeconómica, establecer las bandas flotantes del tipo de cambio, y establecer un marco legal desregulatorio para resguardar a los ahorristas, lo que reduce significativamente tal posibilidad.

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