Cierre del gobierno de EE. UU.: qué implica y quiénes sufrirán las principales consecuencias
El gobierno federal de Estados Unidos quedó parcialmente cerrado este miércoles, luego de que los legisladores republicanos y demócratas no lograran consensuar la aprobación de la ley de gastos presentada por Donald Trump. Se trata del primer cierre de esta magnitud en casi siete años, una situación que podría paralizar temporalmente algunos servicios gubernamentales.
La medida refleja la creciente tensión política en Washington y la dificultad histórica para alcanzar consensos presupuestarios, especialmente bajo una administración que ha buscado reducir de manera significativa el tamaño del gobierno federal.
El cierre ocurre en un contexto tenso: Trump ha dedicado los últimos nueve meses a recortar drásticamente el tamaño del gobierno federal. Consultado sobre los efectos de un posible cierre, afirmó: "Podemos hacer cosas durante el cierre que son irreversibles, malas e irreversibles para ellos [los demócratas], como dejar sin empleo a un gran número de personas, recortar programas que les gustan".
Cierra el gobierno de Estados Unidos: responsabilidades y acusaciones cruzadas
Trump responsabilizó a los demócratas, acusándolos de promover la inmigración ilegal. Su jefe de presupuesto, Russ Vought, difundió un memorando indicando que durante el cierre se podrían implementar recortes permanentes en programas y puestos considerados "no esenciales", ampliando decisiones previas del Departamento de Eficiencia Gubernamental.
Por su parte, los líderes demócratas calificaron las amenazas como tácticas de intimidación. Chuck Schumer, jefe de los demócratas en el Senado, afirmó: "Donald Trump ha estado despidiendo a empleados federales desde el primer día, no para gobernar, sino para asustar. Esto no es nada nuevo y no tiene nada que ver con la financiación del gobierno".
Impacto sobre empleados y servicios
No todos los servicios se verán afectados.
- Continuarán operando patrullas fronterizas, fuerzas de seguridad, hospitales y control de tráfico aéreo, así como los pagos de Seguridad Social y Medicare, aunque con posibles retrasos administrativos.
- Los empleados esenciales seguirán trabajando, a veces sin sueldo inmediato, mientras que los considerados no esenciales recibirán licencias temporales sin pago.
- Servicios como asistencia alimentaria, educación preescolar federal, préstamos estudiantiles, inspecciones de alimentos y parques nacionales podrían experimentar interrupciones.
Expertos del Centro de Política Bipartidista destacaron que algunas agencias, como NASA, Departamento de Energía y Fundación Nacional de Ciencias, no tienen planes claros de contingencia, por lo que los retrasos podrían ser más pronunciados.
Puntos de conflicto entre partidos
Los republicanos buscan una extensión temporal del gasto federal actual, aprovechando los recortes implementados por Trump, mientras que los demócratas exigen detener la práctica unilateral de recortes y asegurar la renovación de subsidios para seguros médicos de personas de bajos ingresos y la reversión de recortes a Medicaid.
Asimismo, cuestionan reducciones en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) y otros programas de salud pública.
La falta de comunicación directa entre ambos partidos mantiene la confrontación centrada en la retórica y la acusación mutua, según la corresponsal de la BBC Ana Faguy.
Desde Reagan hasta Trump: EE. UU. suma 15 cierres de gobierno y crece la incertidumbre
Desde 1980, EE. UU. ha registrado 15 cierres de gobierno. Ronald Reagan enfrentó ocho durante su mandato, aunque todos fueron breves. Los cierres se hicieron menos frecuentes hasta que Trump protagonizó el cierre más largo de la historia, de 35 días en 2018, durante su primer mandato, uno de tres cierres que enfrentó.
Aunque los efectos inmediatos del cierre aún son inciertos, especialistas alertan que la combinación de fuerza laboral federal reducida y recortes recientes podría generar interrupciones significativas en servicios esenciales y administrativos. Mientras tanto, republicanos y demócratas continúan la disputa sobre la financiación, con el riesgo de que las familias estadounidenses paguen el costo político y económico.