• 4/12/2025
ALERTA

La participación fue más baja que en las últimas elecciones: ¿beneficia más a Milei o al kirchnerismo?

Cuando faltaba una hora para el cierre de la elección, había votado 58,5% del padrón nacional, una cifra inferior a la registrada en las elecciones de 2023
26/10/2025 - 18:03hs
elecciones

La Cámara Nacional Electoral (CNE) informó que hasta las 17 horas, solo había votado el 58,5% del padrón,  según informó la Dirección Nacional Electoral, dependiente del Ministerio del Interior.

El número de este año refleja un ausentismo superior al habitual y confirma la tendencia observada en los comicios provinciales de 2025, donde la concurrencia promedio no superó el 60%, muy lejos del 77% histórico de las elecciones legislativas desde 1983.

En Buenos Aires, la provincia con mayor peso electoral, la participación en los comicios de septiembre fue del 61,21%, uno de los niveles más bajos desde el retorno democrático. En otros distritos que adelantaron sus elecciones —como Salta, Jujuy, Chaco, San Luis, Ciudad de Buenos Aires, Misiones, Santa Fe, Formosa y Corrientes— la concurrencia promedió el 58%. Solo Formosa se mantuvo por encima del 65%, mientras que Santa Fe cayó a un 46%, el nivel más bajo del país.

El peso de la participación en el resultado

El bajo nivel de participación es observado con atención por los equipos de campaña. Según analistas electorales, el peronismo podría beneficiarse en un escenario de alta abstención, dado que sus votantes más fieles —particularmente en el conurbano bonaerense y en provincias del norte— mantienen una cultura de voto consolidada, incluso en contextos adversos.

El politólogo Giorgietta explicó que los sectores más humildes, históricamente cercanos al peronismo, "siguen siendo los que acuden a votar pese a la apatía general". Sin embargo, advirtió que "una parte de ese electorado se muestra desencantada tanto con el Gobierno como con la oposición", lo que podría impactar en la concurrencia.

Por el contrario, La Libertad Avanza depende más del voto espontáneo y fluctuante, vinculado a sectores urbanos y a votantes jóvenes, cuya participación suele aumentar cuando perciben un clima de competencia o entusiasmo. Por eso, si la participación se eleva por encima del 65%, el oficialismo podría recuperar terreno y hasta alcanzar una ventaja nacional.

A quién favorece la baja participación en las urnas

Si la participación electoral gira en torno al 60%, el escenario se perfila con ventaja para el peronismo, que conserva una base de votantes más estable y disciplinada a la hora de asistir a las urnas, consideran algunos especialistas. En cambio, si la concurrencia supera el 65%, La Libertad Avanza (LLA) logra emparejar la competencia, gracias a la incorporación de votantes más volátiles, aquellos que suelen decidir su voto —o incluso si votan— en los últimos momentos de la jornada. En ese umbral de participación se define buena parte del resultado de las elecciones del 26 de octubre, en un clima social atravesado por la apatía política, la crisis económica y el desencanto ciudadano.

Hay que tener en cuenta que hay un declive estructural de la participación desde la vuelta de la democracia y un malestar coyuntural con la política tradicional porque "la gente siente que su voto no cambia la realidad".

Un informe del Observatorio de Calidad Institucional (OCI) de la Universidad Austral proyecta que la participación podría caer a niveles inéditos desde 1983, con un ausentismo superior al 35%. El estudio, elaborado por Marcelo Bermolén, director del OCI, estima que solo el 65% del padrón concurriría a votar, tomando como referencia los diez comicios provinciales de 2025, donde la asistencia promedió el 59,37%.

"La desconfianza, la apatía y la rebeldía frente a las fuerzas políticas tradicionales se expresan hoy también en las urnas vacías", señaló Bermolén al presentar el informe.

Desde la Casa Rosada, en este contexto, el objetivo es elevar la participación. El presidente Javier Milei afirmó que "los malos no dejan de votar; los que no votan son la gente de bien. No hay que permitir que los malos dirijan nuestro futuro". Con esa frase, el mandatario busca movilizar a su base electoral y reforzar la idea de que el voto es una herramienta esencial para consolidar el rumbo político del país.

Fuentes del Ejecutivo estiman que la participación podría ubicarse entre el 70% y el 75%, impulsada por la incorporación de jóvenes de 16 y 17 años y el interés que despiertan las elecciones generales. Según el Gobierno, una concurrencia más alta sería clave para fortalecer su representación en el Congreso y avanzar con las reformas estructurales pendientes.

¿Por qué menos gente está yendo a votar en estas elecciones?: las razones que encontró una encuesta

El impacto del "fenómeno Milei" en la política y esa menor concurrencia de la gente a votar aparecen así como dos factores determinantes para las elecciones de medio término. Una reciente encuesta de la firma DC Consultores recogió las opiniones del electorado sobre ambas cosas y arrojó un resultado curioso.

Por un lado, se advierte un reconocimiento a Milei por hacer "lo que nadie se animó", que se traduce en un eventul apoyo en las urnas, pero al mismo tiempo persiste un sentimiento de "defraudación política" como principal razón para no ir a votar a pesar de la obligatoriedad, lo que genera una distorsión porque le quita respaldo potencial al "fenómeno" que intenta consolidarse y también al surgimiento de nuevos referentes y partidos.

Además del impacto que tiene en la salud de la democracia, el ausentismo que se registra este año no parece beneficiar ni al gobierno de Milei ni a la oposición. Por caso, La Libertad Avanza perdió ocho de las nueve elecciones provinciales que se desarrollaron hasta ahora: solo ganó en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) -su triunfo más importante y nítido- y en Chaco, pero asociada al gobernador radical Leandro Zdero.

En todos esos distritos, la baja concurrencia a las urnas alcanzó niveles históricos. En CABA solo votó el 53% del padrón; en Chaco el 52%, al igual que en Santa Fe; en Misiones fue el 55% y en Salta el 58%. Los únicos donde hubo más de un 60% de participación fueron San Luis, Jujuy y Formosa.

La tendencia amenaza con seguir en las elecciones de septiembre en la provincia de Buenos Aires y en las nacionales de octubre. En la encuesta de DC, al preguntar por qué la gente no va a votar, la respuesta mayoritaria con 39,1% fue que "siempre es lo mismo", un sentimiento que la consultora definió como "defraudación política".

En tanto, el 24,3% dijo que "no se sienten representados" por ningún dirigente y el 23,9% opinó que el ausentismo es "culpa de los partidos políticos". Ambas respuestas parecen apuntar al mismo problema: los principales dirigentes y espacios no convocan o no seducen a los votantes. En tanto, el 12,7% esgrimió como motivo del ausentismo que "se polarizan las elecciones" y "se vota lo anti".

La "defraudación política" versus el apoyo a Javier Milei: ¿que intención de voto cosechó el oficialismo en la encuesta? 

Lo que se destaca en la encuesta es que la poca atracción que presuntamente generan las elecciones legislativas provinciales no apareció entre los motivos para no ir a votar, pese a que suele ser uno de los temas más mencionados por distintos analistas.

En cambio, más de la mitad de los encuestados por DC apuntó contra los partidos políticos, los dirigentes y la poca capacidad que les ven para representar a la sociedad. Sin embargo, estas respuestas contrastan con el resultado que cosechó Milei en el mismo sondeo.

Al preguntar si en las próximas elecciones nacionales votarán "continuidad" o "cambio" un impresionante 73,5% se inclinó por la primera opción, que claramente representa un apoyo al gobierno de Milei, mientras que solo el 26,5% eligió el "cambio".

Es decir que la participación electoral cae y las principales razones que se esgrimen son la decepción y la poca capacidad de representación por parte de partidos y dirigentes a pesar del surgimiento de un nuevo espacio como es el de Milei, el cual al mismo tiempo parece gozar de un apoyo significativo para las elecciones de medio término.

Si la participación se mantiene baja, el peronismo podría conservar ventaja gracias a la lealtad de su electorado tradicional. Pero si la asistencia crece y supera el 65%, La Libertad Avanza podría revertir la tendencia y competir de igual a igual a nivel nacional.

En un contexto de apatía, inflación y polarización, la elección del 26 de octubre no solo definirá el rumbo político del país, sino también el grado de confianza que la ciudadanía mantiene en la democracia.

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