Momento incómodo para Santiago Caputo: busca seguir desde las sombras, pero Milei lo quiere en un cargo clave
El gran misterio en el poder es el futuro papel de Santiago Caputo. Luego de idas y venidas en medio de peleas internas en el Gobierno, el presidente Javier Milei no terminó de definir si su asesor político principal va a tener un cargo formal en el Gabinete: la última posibilidad que se barajó fue la de jefe de asesores del Presidente, pero cerca de Caputo deslizan que él no quiere ese lugar.
De todos modos, Caputo participa esta tarde de la reunión entre el mandatario nacional, todo el Gabinete y 20 gobernadores, donde solo están ausentes cuatro: el bonaerense Axel Kicillof, el formoseño Gildo Insfran, el riojano Ricardo Quintela y el fueguino Gustavo Melella.
El rol que tendrá Santiago Caputo, por orden de Javier Milei
"El rol que Caputo tendrá será la interlocución con los gobernadores y con el Congreso, pero todavía no se sabe desde dónde porque no lo definió el Presidente", señaló una fuente muy cercana a Caputo a iProfesional.
También en la Casa Rosada barajaron la posibilidad de que Caputo sea jefe de asesores del Presidente, un cargo equivalente al que ejercía Juan Manuel Olmos en el gobierno de Alberto Fernández o José Torello en el de Mauricio Macri. Es casi equivalente al de secretario general de la Presidencia, porque se encarga de las misiones más discretas y fundamentales para el primer mandatario.
"Es muy probable que sea eso, pero él no lo quiere. Pero si el Presidente se lo pide tendrá que hacerlo", señalaron a iProfesional en el entorno caputista.
En los últimos días, tras el éxito electoral, comenzó a tomar cuerpo la versión de que el gobierno de los Estados Unidos de Donald Trump recomendaba la entronización de Caputo en un lugar expectable del Gobierno para que la diplomacia paralela, que ejerce a través del asesor norteamericano Barry Bennet, pudiera adquirir una formalidad.
Es por eso que se barajó la posibilidad de que reemplazara al excanciller Gerardo Werthein, pero finalmente pesó más el lobby económico del JP Morgan y resultó elegido el ex secretario de Finanzas, Pablo Quirno. Luego se barajó la posibilidad de que Caputo reemplace a Guillermo Francos en la jefatura de Gabinete o a Lisandro Catalán en el Ministerio del Interior, idea que luego se enfrió.
Francos está muy firme en su cargo, porque tiene el apoyo del "círculo rojo" de empresarios que respaldan a Milei, empezando por el dueño de Aeropuertos 2000, Eduardo Eurnekian. Y Catalán es la mano derecha de Francos. Además, Karina Milei, hermana y secretaria general de la Presidencia, buscó frenar el ascendente poder de Caputo que concentra en sus manos varias "cajas" del Gobierno.
Se trata de espacios de poder como la SIDE, la DGI, la Aduana, los ministerios de Salud y Justicia, donde maneja hilos en las sombras por funcionarios que le responden. Su función excede a la de un asesor político de campaña, además de cumplir con esa función. Un fuerte respaldo que tiene en las sombras es el poderoso empresario ex espía y lobbista ante los Estados Unidos, Leonardo Scatturice.
Asesor estrella: más poder, más exposición y enlace con gobernadores
Cuando Karina Milei buscó frenar a Caputo también impulsó a Manuel Adorni como reemplazante de Francos, al punto que durante horas se llegó a hablar este miércoles de un inminente anuncio. Adorni incluso barajó nombres para sus segundas líneas, pero luego se afirmó Francos.
En ese contexto, Caputo podía ser ministro del Interior, pero luego volvió sonar la posibilidad de ser jefe de asesores del Presidente, tanto con nombramiento formal o sin cargo y con honorarios como monotributista.
"Javier le propuso veinte veces desde que asumió tomar el cargo que él quisiera y siempre dijo que no", confió un funcionario que conoce la relación íntima de ambos.
"Debe querer seguir como está, pero si el Presidente le dice te necesito en tal lugar va a tener que agarrar", agregó. "No sé si es lo que quiere entrar formalmente al Gabinete", dijo.
Sin embargo, cerca del Triángulo de Hierro admiten que es imperioso ordenar la interlocución política del Gobierno con los gobernadores y con todos los distintos sectores de la política y ajustar la cadena de decisiones.
"Ante cualquier crisis ridícula estamos semanas antes de salir, nadie empoderado para tomar decisiones", describió un asesor del Presidente. "Eso antes era muy de Santiago Caputo, pero después se generó la pelea interna con Karina Milei y los Menem y se diluyó el poder de Caputo para operar, y así estallaron los casos de las coimas o el caso Espert y nadie tomaba decisiones", señalaron. "Eso es lo que hay que ordenar", señalan las fuentes oficiales.
Tanta fue la energía que Karina Milei puso para frenar a Caputo en estos días que le ordenó a su hermano, el Presidente, que llame a Mariano Cuneo Libarona para que no renuncie al ministerio de Justicia porque entonces quedaría en manos de Segastián Amerio, mano derecha de Caputo. "Cuneo ya se había preparado para irse, pero se quedará, por decisión de Milei y de Karina", señalan en el Gobierno.
La interlocución de la Casa Rosada con los gobernadores y con el Congreso se volvió una prioridad ahora que el rescate de los Estados Unidos tiene como condición de Washington que Milei se asegure la gobernabilidad y la sanción de leyes cruciales como la reforma laboral y tributaria.
Si bien Milei ganó con el 41% de los votos, cuanto más se demoren esas leyes, más le costará sancionarlas porque el efecto de las elecciones legislativas puede ir quedando atrás y dando paso a nuevos conflictos como la recesión, los cierres de empresas y los despidos de trabajadores.
Por ejemplo, en el Senado los senadores peronistas comenzaron a tener reuniones entre ellos y contabilizaron que tendrán 27 bancas a partir del 10 de diciembre y perderán 7. Sin embargo, esa masa crítica la usarán para negociar con otros bloques aliados y provinciales para conseguir diez senadores más para tener quorum propio y bloquear las reformas de Milei o exigir los cambios que consideren necesarios.
En cambio, en la Cámara de Diputados La Libertad Avanza tendrá unos 100 bancas incondicionales y podría conseguir 29 aliados para tener el cuórum y la mayoría en las votaciones. Sin embargo, Milei necesitará una muñeca política para alinear a los gobernadores con los diputados y senadores.
Entre todos ellos, Francos y Catalán quedaron desgastados porque luego de dos años de negociaciones los mandatarios provinciales veían que esos funcionarios no podían cumplir las promesas que acordaban en las mesas de la Casa Rosada porque cualquier idea moría en los despachos de Milei o de su ministro de Economía, Luis Caputo.