Alberto Fernández se sincera: "Nunca reconocí a Cristina como jefa política"
El expresidente Alberto Fernández analizó la crisis interna del peronismo y reflexionó sobre su relación con Cristina Fernández de Kirchner. Habitualmente cauto al referirse a su excompañera de fórmula, dejó una frase que rápidamente generó repercusión en redes sociales: "Algún día voy a contar cómo fueron las cosas exactamente con Cristina".
Durante la conversación con AM 750, Fernández reconoció que el justicialismo atraviesa una etapa crítica y llamó a revisar sus errores: "Este resultado se da como consecuencia de una serie de realidades que hay que analizar con mucho cuidado para no equivocarnos, porque nos venimos equivocando hace mucho tiempo."
El exmandatario consideró que el PJ perdió conexión con la sociedad y que el desafío pasa por recuperar la capacidad de representación: "Nos cuesta comprender la demanda, nadie se salva. No estamos logrando interpelar. Me extraña mucho que el peronismo, que nació en la calle, le tenga tanto miedo a escuchar a la gente."
A la vez, pidió evitar buscar culpables y sostuvo que la prioridad debe ser preservar la unidad interna sin caer en enfrentamientos personales.
Defensa de Axel Kicillof
En relación al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, Fernández fue enfático: "Pretender decir que la culpa es de Kicillof es complicado. El gobernador garantizó el triunfo en Buenos Aires. Cargarle la culpa a Axel me parece una enormidad; estamos lastimando a un proyecto de presidente."
Las declaraciones surgieron en respuesta indirecta a un mensaje reciente de Cristina Kirchner, quien había calificado como "un error político" el desdoblamiento electoral que Kicillof implementó en la provincia. Fernández, en cambio, lo defendió y destacó su gestión: "Para que Axel pueda ser presidente, tiene que hacer un buen gobierno, y lo está haciendo. Pero necesita diputados, senadores y una fuerza unida para poder gobernar."
"Nunca reconocí a Cristina como jefa política"
Al referirse al vínculo con la expresidenta, Fernández fue tajante: "Nunca reconocí a Cristina como jefa política, el único jefe político que tuve fue Néstor. Nunca fui desleal. La lealtad también está en decirle que está equivocada. Aun cuando estuve alejado, siempre luché por su inocencia."
La frase evidenció las tensiones históricas entre ambos, que marcaron buena parte de su gestión compartida.
El exjefe de Estado reclamó una renovación profunda dentro del movimiento: "Debe aparecer una generación de reemplazo; entre los reemplazados estoy yo. El peronismo necesita una nueva juventud con autonomía de lo que vivimos los últimos 20 años."
También defendió el rol de los intendentes, a quienes calificó como actores centrales en la reconstrucción del espacio: "Los intendentes son grandes funcionarios cuando se los convoca. Hay que dejar de maltratarlos, no son soldaditos sino dirigentes políticos."
Balance de su gestión
Fernández hizo un repaso de su paso por la Casa Rosada y señaló algunos logros y frustraciones: "Fuimos el gobierno con menor desocupación en democracia. Lamento mucho no haber podido contener la inflación."
Sobre la política económica, sostuvo: "Decirle que no al FMI era una bandera y quise enarbolarla. Endeudarse con el Fondo es mala idea, pero mucho peor hacerlo con el Tesoro."
El expresidente también denunció haber sido víctima de una campaña mediática en su contra: "Fui víctima de un proceso de cancelación social donde los medios fueron grandes artífices. Voy a seguir peleando por la verdad."
Finalmente, resumió su visión sobre el futuro del movimiento peronista con una frase que, según muchos analistas, define el dilema actual del espacio: "Con Cristina definitivamente no alcanza, pero hace falta. La unidad es necesaria, pero no suficiente. Hay que abrirle la puerta a una nueva dirigencia y terminar con el verticalismo."
De esta manera, Fernández volvió al debate político nacional con un mensaje de autocrítica, defensa de algunos de sus exaliados y, sobre todo, una advertencia al kirchnerismo: el futuro del peronismo, dijo, dependerá de su capacidad para renovarse y escuchar a la sociedad.