Una propiedad icónica de la Ciudad, a la venta: cuánto piden por el penthouse del Kavanagh
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El piso 14 del Edificio Kavanagh, el icónico rascacielos racionalista de Buenos Aires, está en venta por primera vez en más de 15 años. Se trata del penthouse de 750 metros cuadrados que perteneció a Corina Kavanagh, la mujer que desafió a la aristocracia porteña y dio vida a este ícono de cemento y rebeldía. La comercialización está a cargo de Alto Grande Desarrollos – M&M Propiedades, bajo la gestión de Pablo Barrera, Team Leader y Gerente Comercial de la firma. La unidad -modernizada con materiales de lujo, pero fiel a su esencia original-, atrae a compradores locales e internacionales amantes del diseño, la historia y la exclusividad que solo una ubicación como Plaza San Martín puede ofrecer.
Ubicado en el barrio de Retiro y construido en 1936, el Kavanagh fue el edificio más alto de Sudamérica hasta 1947, cuando lo superó el Altino Arantes de San Pablo (Brasil). Su diseño Art Déco, de líneas puras y proporciones monumentales, lo convirtió en un emblema de la modernidad porteña. Corina Kavanagh, mujer soltera y millonaria, encargó su construcción a los arquitectos Sánchez, Lagos y de la Torre.
La leyenda cuenta que lo mandó a construir tras el rechazo de su romance con un miembro de la familia Anchorena, por "falta de sangre azul". Dolida, vendió varias propiedades para financiar este edificio de 120 metros de altura que —casualmente— bloqueó la vista desde el Palacio Anchorena hacia la Basílica del Santísimo Sacramento, financiada por esa familia.
El Kavanagh fue declarado Monumento Histórico Nacional, pero también recibió honores internacionales: en 1994, la Asociación Estadounidense de Ingeniería Civil lo reconoció por su innovación técnica e impacto, un galardón que comparte con la Torre Eiffel. Y en 1999, la UNESCO lo incluyó en su listado por su valor arquitectónico y su contribución al movimiento moderno. "Este penthouse es más que una propiedad de lujo. Es una pieza de colección en el corazón de la ciudad", resume Barrera.
La unidad fue restaurada de forma integral, respetando elementos originales —como las columnas jónicas de las terrazas, los herrajes de época y un baño con mármoles y grifería intactos—, al tiempo que incorporó mejoras estructurales, tecnológicas y estéticas.
Entre las reformas más destacadas se cuentan pisos de mármol importado de Italia y África, cocina y baños con mobiliario premium, DVH en todas las aberturas y sistema central de aire acondicionado frío/calor. También se renovaron por completo las instalaciones eléctricas y sanitarias. "Se logró una fusión armónica entre lo patrimonial y lo contemporáneo", destaca Barrera.
El acceso al departamento es directo desde el ascensor principal. La puerta se abre a un hall de recepción elegante que conecta con un comedor principal a la derecha y un amplio living a la izquierda. Desde allí se accede a una de las tres terrazas privadas, con vistas panorámicas al río y a la ciudad. La ubicación, sobre Plaza San Martín, es estratégica y única en Buenos Aires.
El Kavanagh ofrece servicios que pocos edificios modernos pueden igualar. Las expensas, hoy en $2.300.000 mensuales, incluyen seguridad 24 horas, portería, provisión de agua, calefacción central, limpieza, mantenimiento de ascensores y un diferencial distintivo: el ascensorista. "Es un servicio de época que aporta una experiencia señorial, de otro tiempo. Además, el edificio cuenta con 15 empleados fijos con décadas de antigüedad, lo que garantiza un nivel de atención personalizada excepcional", señala Barrera.

La especialista en patrimonio urbano Mariela Blanco, autora de Leyendas de ladrillos y adoquines y La historia es noticia, suma una anécdota que alimenta el mito del edificio: "En la planta baja existe una puerta secreta, hoy sellada, que conducía a un túnel hacia el bar del Hotel Plaza. Se dice que servía para ingresar discretamente a los fiestones que se celebraban allí durante las décadas del ’30, ’40 y ’50", revela en diálogo con iProfesional.
"El verdadero enigma es si esa puerta misteriosa fue testigo de paseos reservados, encuentros clandestinos o celebraciones fuera de todo protocolo. El Kavanagh no deja de sorprender: sus muros aún guardan secretos, y tal vez haya llegado el momento de abrir un nuevo capítulo en la historia porteña", concluye.
Precio, proyección y rentabilidad: lo que hay que saber si tenés u$s2.600.000
La propiedad fue publicada hace 45 días y ya generó consultas de potenciales compradores. "Algunos son extranjeros, pero también hay argentinos interesados, entre ellos un reconocido deportista que busca una vivienda para su familia en Buenos Aires", confirma Barrera a este medio. Por el momento, la venta es exclusiva y no se comparte con otras inmobiliarias.
El actual propietario es un lord inglés vinculado al real estate internacional, que utiliza el penthouse en sus visitas a la ciudad y lo alquila solo a personas cercanas. "Es un inversor que confía plenamente en nuestra gestión. Sabe que contamos con la experiencia y la cartera adecuada para cerrar la operación", remarca Barrera.

El precio de venta es de u$s2.600.000. Si bien la cifra refleja el nivel de la propiedad, también representa una oportunidad concreta de revalorización. El Hotel Plaza —vecino inmediato del Kavanagh— está siendo completamente renovado, con reapertura prevista para fines de 2027 o inicios de 2028. "Esto va a transformar el perfil de la zona, que ya de por sí es una de las más codiciadas de la ciudad. Estimamos una revalorización mínima del 40% en los próximos tres años", anticipa.
El ABL mensual ronda los $300.000. Si bien los gastos de mantenimiento son elevados, responden a un nivel de servicios difícil de encontrar en otros edificios residenciales. "Es una propiedad escasa, con historia, y que no tiene comparación en el mercado", enfatiza el broker.
El perfil del comprador, según Barrera, es claro: "Apuntamos a alguien que valore el legado, la arquitectura y la exclusividad. Este no es un inmueble para cualquiera. Es para quien entiende que está comprando una residencia, pero también un símbolo cultural y una inversión estratégica".
Además del uso residencial, el penthouse tiene alto potencial como propiedad de alquiler corporativo o turístico de lujo.

En cuanto a los costos adicionales, el comprador debe considerar entre un 2% y un 3% para gastos notariales e impuestos, generalmente compartidos entre ambas partes. La comisión inmobiliaria es del 4% para el comprador y del 3% para el vendedor.
En contrapartida, la firma inmobiliaria se hace cargo de toda la campaña de difusión, publicidad en portales y medios internacionales. "Esperamos publicaciones en el Financial Times y en el New York Times", adelanta Barrera.
Con historia, estilo y vistas que cortan el aliento, este penthouse en el Edificio Kavanagh —donde vivió Corina Kavanagh— es una invitación a vivir dentro de una leyenda. La venta está abierta, pero ojo: no es para cualquiera. Es para quien se anima a combinar arte, arquitectura y una buena dosis de carácter porteño, en una joya suspendida sobre Plaza San Martín.