Cuánto cuestan las casas cápsula chinas: se instalan rápido, sin obra y son el nuevo furor
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La escena fue así: Guido Tizado estaba mirando TikTok cuando apareció una casas cápsula china con diseño futurista, domótica integrada y vistas panorámicas. La mayoría hubiera seguido scrolleando. Él no. Diez días después estaba en China visitando fábricas, comparando modelos y negociando una exclusividad para traer el sistema al país. Hoy su proyecto, Höli Haus, ya importó 20 unidades, vendió aproximadamente la mitad y se prepara para abrir producción local.
Lo que vio en ese viaje no fue solo una vivienda prefabricada: fue otro paradigma, una propuesta distinta a la construcción tradicional. "Yo siempre sentí que en Argentina seguimos construyendo como los romanos: ladrillo sobre ladrillo, obra eterna, humedad, sobrecostos. Yo estaba por hacer mi casa y me puse a investigar métodos más modernos. Cuando encontré las cápsulas pensé: acá hay algo distinto", cuenta Tizado a iProfesional.
Las cápsulas llegan al país completamente terminadas, equipadas y con domótica integrada. No requieren obra húmeda ni construcción tradicional. El proceso se parece más a instalar un contenedor que a levantar una casa desde cero: se baja con grúa, se apoya sobre una base firme y se conectan tres puntos —electricidad, agua y desagüe— para empezar a usarla.
Las unidades se fabrican con estructura de acero galvanizado y revestimientos externos de aleación de aluminio carbonatado, lo que evita oxidación y aumenta la vida útil. En su interior, pisos radiantes, aire acondicionado frío-calor, materiales lavables, cortinas blackout motorizadas, termotanque eléctrico, instalación eléctrica completa e incluso un inodoro inteligente crean un ambiente híbrido entre hogar, hotel boutique y tecnología aplicada al confort. Todo el interior está revestido en fibra de carbono de bambú, sin pintura en ningún sector. "Si se cae vino, café o tierra, lo limpiás con un trapo. Eso para alguien que piensa en uso turístico es oro: cero mantenimiento, cero desgaste visible".
No menor, aclara Tizado, la estética de las cápsulas está adaptada a las preferencias del mercado latinoamericano. Lo que hicimos fue occidentalizarla", resume. Junto a un socio arquitecto viajó dos veces más a China para redefinir materiales, colores, texturas y detalles. Ese trabajo derivó en una versión estética más sobria, cercana al diseño minimalista escandinavo: superficies lisas, tonos neutros, líneas simples, iluminación cálida y una distribución interior pensada para el uso cotidiano del mercado argentino.
Para quiénes y para qué
El sistema se ideó para climas extremos: se comercializa en zonas que llegan a 50 grados bajo cero y utilizan triple vidrio, calefacción reforzada e incluso cañerías calefaccionadas para evitar congelamiento.
Ese origen técnico permite imaginar su potencial en Argentina: destinos como la Patagonia, los viñedos mendocinos o los circuitos serranos cordobeses podrían ser escenarios naturales para un nuevo formato de alojamiento que combine paisaje, sustentabilidad y diseño contemporáneo.
No obstante, si bien la idea inicial apuntaba al turismo premium, la demanda real abrió el abanico de usos. Hay unidades destinadas a glampings, otras convertidas en estudios de trabajo, una funcionando como showroom, algunas usadas como oficina remota y otras pensadas como ampliación dentro de viviendas existentes. Una de las consultas más llamativas —y que muestra el nivel de flexibilidad del concepto— llegó desde un empresario que planeaba un hotel alojamiento modular montado sobre un terreno alquilado, listo para operar en pocos meses.
Ese fenómeno, dice Tizado, no es casual, sino parte del ADN del producto. "No necesitás ser dueño del terreno. Con que puedas alquilarlo, podés instalar una cápsula. Y si el proyecto cambia, la levantás y la llevás a otro lado. Esa movilidad cambia por completo la relación entre inversión y territorio".
Como ocurre con motorhomes o contenedores, la regulación depende de cada municipio. Algunas jurisdicciones no exigen permisos específicos porque no se consideran construcción fija; otras solicitan aprobación previa según la base sobre la que se apoye. Lo que sí está claro es su categoría: en Argentina no se escriturarán como viviendas tradicionales, sino como bienes muebles.
Ese punto, lejos de ser una desventaja, abre oportunidades. En nichos como el alquiler temporario o los proyectos turísticos itinerantes, la flexibilidad legal y operativa acelera la toma de decisión.
¿Cuánto cuestan y cuánto tiempo tardan en llegar?
La línea actual incluye distintos tamaños. Las más pequeñas tienen alrededor de 18 metros cuadrados y funcionan como habitación y baño compactos. Las de 38 metros cuadrados suman cocina y un pequeño living. También existe un modelo intermedio de 25 metros cuadrados que comenzará a ensamblarse en Argentina con piezas importadas, y una versión mayor de 76 metros cuadrados formada por dos módulos de 38 que se unen para transformarse en una vivienda de tres dormitorios. Aunque esa última todavía no se trajo al país, ya hay interesados. "Lo interesante es que cada módulo mantiene su propio circuito eléctrico y sanitario. No hay que reconectar nada complejo cuando llega. Se unen, se ajustan y quedan funcionando como una sola casa", explica con entusiasmo técnico.
Las cápsulas cuentan con 3 años de garantía estructural y 1 año sobre el equipamiento como aires acondicionados, termotanques y sistemas domóticos. La fábrica china sostiene que su vida útil puede alcanzar los setenta años, aunque hoy esa cifra depende más de proyección que de historial, ya que el sistema existe hace apenas siete.
El plazo estándar de entrega es de 120 días desde la compra. Si hay stock, la entrega es inmediata. Los valores hoy comienzan en u$s39.000 más IVA (10.5 %) para las cápsulas más pequeñas (18 metros cuadrados) y superan los u$s63.000 más IVA en los formatos más grandes o panorámicos (38 metros cuadrados).
En caso de tener que importar la unidad, se abona un 30% del valor con la firma del contrato, otro 30% a los 60 días y el 40% restante a los 120 días cuando llega al país. Para quienes lo necesitan, el Banco Hipotecario incorporó estas unidades dentro de su línea para construcción industrializada, habilitando financiamiento.
El traslado se cotiza según distancia —unos $3.500 por kilómetro— y requiere grúa para el montaje final. Una vez instalada, la cápsula queda lista para usar.
Si la idea de una casa transportable puede sonar demasiado futurista, Tizado la compara con algo que hoy resulta cotidiano. "Esto es como los autos chinos. Al principio nadie confiaba, después se volvieron una opción lógica. Creo que con la vivienda va a pasar exactamente lo mismo".
Su objetivo es ambicioso: vender diez casas cápsulas chinas por mes y comenzar producción en Argentina para escalar el mercado regional. "La vivienda está empezando a pensarse como estilo de vida, no como ladrillo fijo. Antes lo raro eran las casas móviles. Creo que en unos años lo raro va a ser todo lo contrario", concluye el fundador de Höli Haus.