• 18/12/2025
ALERTA

La trágica vida de Mata Hari, la espí­a más famosa de la historia

Legendaria femme fatale, inventora del streap tease y una espía internacional que puso en vilo a toda Europa. Nuevos documentos y teorías sobre su condena
15/10/2017 - 16:38hs
La trágica vida de Mata Hari, la espí­a más famosa de la historia

En la mañana del 15 de octubre de 1917, un vehí­culo militar gris salió de la prisión Saint-Lazare, en el centro de Parí­s. En él, acompañada por dos monjas y su abogada, iba una mujer holandesa de 41 años, con un abrigo largo y un amplio sombrero.

Una década antes, esta mujer tení­a a las capitales de Europa rendidas a sus pies. Fue una legendaria "femme fatale", conocida por sus bailes exóticos, y entre sus amantes habí­a ministros, empresarios y generales.

Pero cuando inició la Primera Guerra Mundial, el mundo cambió. Ella pensó que podrí­a seguir cautivando a toda Europa. Pero ahora, los hombres con sombrero de copa querí­an algo más que sexo. Querí­an información. Y eso significaba espiar.

Esto era Mata Hari, y estaba a punto de ser condenada a muerte.

¿Su crimen? Ser una agente pagada por Alemania, recopilar secretos de los oficiales aliados con los que se acostaba, y dárselos a los alemanes. Los periódicos sensacionalistas publicaron que era responsable de la muerte de miles de soldados aliados.

Pero las evidencias presentadas en su juicio, y otros documentos, mostraron otra cosa: ella era una doble agente y pudo haber sido un chivo expiatorio, señala la BBC.

Nuevas evidencias
Ahora, exactamente 100 años después, el Ministerio de Defensa francés publicó documentos hasta ahora secretos que arrojan una nueva luz sobre la espí­a más famosa de todos los tiempos.

Entre los documentos liberados se incluyen las transcripciones de sus interrogatorios por parte del servicio de contraespionaje francés en 1917. Algunos se exhiben en una muestra en el Museo Fries de su ciudad natal, Leewarden, en Holanda.

También está el telegrama enviado a Berlí­n de un agregado militar alemán en Madrid que condujo al arresto de Mata Hari en un hotel en los Campos Elí­seos, y que más tarde sirvió como prueba clave en su breve juicio.

Nacida como Margarethe Zelle, en 1876, Mata Hari (se dice que el nombre significa "ojo del dí­a" en indonesio) tuvo una vida extraordinaria y trágica.

image placeholder

Tras un miserable matrimonio en las Indias Orientales Neerlandesas -actual Indonesia- se reinventó a sí­ misma como la diva de la Belle Epoque de Parí­s, donde sus sensuales bailes eran un billete al interior de los centros de decisión de la sociedad europea.

"Incluso sin el espionaje, Mata Hari serí­a recordada hoy por lo que hizo en las capitales de Europa en la primera parte del siglo pasado", dice Hans Groeneweg, curador del Museo Fries.

"De una u otra manera ella inventó el striptease como forma de danza. Tenemos su álbum en la exhibición y hay montones de recortes de periódicos y fotografí­as. Era una celebridad".

Sin embargo, el mito de Mata Hari está dominado por el espionaje. A través de los años, muchos historiadores salieron en su defensa. Ella fue sacrificada -sostienen algunos- porque los franceses necesitaban encontrar un espí­a para explicar la sucesión de reveses en la guerra.


Para las feministas, ella fue el chivo expiatorio perfecto porque el "libertinaje" hací­a fácil etiquetarla como una enemiga de Francia.

El telegrama
Hasta ahora, los detalles completos del interrogatorio por parte del procurador Pierre Bouchardon habí­an estado vetados para los historiadores.

Se sabí­a, sin embargo, que en 1916 -después de una breve estancia en Londres donde ella fue interrogada por el servicio secreto británico, el MI6- Mata Hari volvió a Francia ví­a España.

En Madrid se hizo conocida de Arnold von Kalle, el agregado militar alemán. La historia posterior dice que esto fue en cumplimiento de un acuerdo previo con la inteligencia francesa, con la que se comprometió a usar sus contactos alemanes para ayudar a los aliados.

Pero fue el telegrama de von Kalle el que la llevó a la ruina. En él, el oficial da a sus jefes en Berlí­n los detalles de un tal agente H21. Da direcciones, detalles bancarios y incluso el nombre de la fiel sirvienta de Mata Hari. Nadie que lo leyera tendrí­a duda de que Mata Hari era el agente H21.

image placeholder

El telegrama, interceptado por la inteligencia francesa, está ahora visible en la exhibición en Leeuwarden. Más bien, la traducción oficial del telegrama. Y ahí­ está la trampa.

Según algunos historiadores, el episodio completo del telegrama es sospechoso.

Los franceses -se argumenta- hací­a tiempo que habí­an descifrado el código con el que fue escrito el mensaje. Los alemanes lo sabí­an, y aún así­, von Kalle envió el telegrama. En otras palabras, querí­an que los franceses lo leyeran.

Así­ que, según esta teorí­a, fueron los alemanes los que llevaron a los franceses a arrestar y ejecutar a su propia agente.

Pero hay otra teorí­a.

¿Doble agente o chivo expiatorio?
¿Por qué hay sólo una traducción en los archivos? ¿Dónde está el telegrama original? ¿Pudieron ser los propios franceses los que inventaron el documento para culpar a Mata Hari? Eso les darí­a su "espí­a". Y la opinión pública estarí­a satisfecha.

Ambas teorí­as hacen de Mata Hari una ví­ctima. Tanto una como otra parte creyeron conveniente sacarla de en medio, y eso hicieron.

Pero los archivos franceses sacaron a la luz otro detalle, que, de hecho, relega esas hipótesis. Porque lo que muestran las trascripciones de junio de 1917 durante su interrogatorio, es que Margarethe Zelle confesó.

Le dijo a Bouchardon que sí­ habí­a sido reclutada por los alemanes. Sucedió en 1915 en La Haya.

Fuera de Francia cuando inició la guerra, ella estaba desesperada por volver a Parí­s. Karl Kroemer, cónsul alemán en ímsterdam le ofreció los medios... si los ayudaba con cierta información de vez en cuando. Así­ se creó el agente H21.

Mata Hari insistió en sus interrogatorios en que ella solo querí­a obtener el dinero y escapar. Dijo que su lealtad estaba con los aliados y que lo habí­a demostrado cuando prometió ayudar a la inteligencia francesa. Pero las evidencias contra ella estaban claras.

Llegando a Chateau de Vincennes, a las afueras de Parí­s, Mata Hari fue llevada a un poste frente a un pelotón de fusilamiento formado por 12 soldados.

image placeholder

Algunos reportes dicen que se negó a vendarse los ojos. El comandante dio la señal, se oyó el sonido del disparo y Mata Hari se desplomó.

Un oficial se acercó con un revolver y le disparó una vez en la cabeza.

Después de la ejecución, nadie reclamó el cuerpo de Mata Hari. Fue entregado a la escuela de medicina de Parí­s donde se usó en clases de disección. Su cabeza se preservó en el Museo de Anatomí­a, pero durante un inventario hace unos 20 años se reportó que habí­a desaparecido, indica BBC Mundo.

Se presume que fue robada.