Lardo & Rosemary, la prueba de que gourmet y descontracturado pueden ir en la misma frase
"Reinterpretar la cocina callejera", esa es la idea de Lardo & Rosemary, un pequeño local ubicado en La Lucila. Cuatro amigos de la infancia que crecieron en Zona Norte notaron que la propuesta gastronómica de la zona siempre fue abundante pero chata. Es por esto que decidieron ir en contra y proponer algo nuevo.
Según Leo, uno de los dueños, no había ningún local que ofrezca comida elaborada e innovadora a la vez hasta que llegaron ellos. Este spot tiene como objetivo que todos los que lo visiten puedan comer rico y descontracturado desmitificando la idea de que para comer comida gourmet tienen que haber manteles blancos y precios altos.
Acá, no hay servicio a la mesa, tenés que agarrar tus propios cubiertos y hay una larga mesa comunal y dos barras que ocupan todo el local.
A nadie le va a importar si vas en jean y zapatillas, joggin o súper arreglado porque lo importante está en la cocina y es ahí donde se le presta atención a todos los detalles.

La cocina está a cargo de Paul Feldstein y Victoria Rabinovich, que trabajaron juntos en Sucre y ahora depositan toda su creatividad en reinventar platos callejeros de todo el mundo.
En la carta te vas a encontrar con patacón, una comida típica de Centroamerica , taquitos Mexicanos, arepas de Colombia, baos de la cocina Asiática y el típico huevo frito, entre otras.
En Lardo, buscan despegarse de la comida callejera como la conocés y es por esto que en todos los platos vas a encontrar un giro inesperado, algo distinto a lo que te esperás.
El taquito mexicano, contrario a lo que ya probaste, acá sale con repollo, molleja, chinchu, vieiras y maíz. El bao negro, en vez de panceta o cerdo, tiene tapa de asado y el huevo frito sale con sriracha, alioli, hierbas y masa madre.
"Nuestra idea es no casarnos con nada, no porque a un plato de la carta le esté yendo muy bien significa que tiene que estar para siempre", asegura uno de los dueños mientras se toma una copa de vino en la larga mesa comunal que tiene el local.
Cambiar es fácil cuando las cosas no están funcionando pero acá creen que es necesario hacerlo todo el tiempo porque no se puede ser creativo e innovador sin ser arriesgado.

Además, buscan descontracturar el culto del vino y ofrecer opciones distintas de las que encontrás en cualquier otro restaurant.
Tienen una carta rotativa y de la mano del sommelier Rodrigo Calderon incorporan vinos de bodegas pequeñas y poco conocidas para que puedas expandir tu paladar y alejarte de todo lo que ya conocés.
Sin dudas, Lardo & Rosemary, llegó para demostrar que no es necesario pagar fortunas y manteles blancos para disfrutar de una comida gourmet e innovadora.
Lardo & Rosemary
Av Del Libertador 3810, La Lucila
Lunes a Viernes de 19:00 a 23:45 hs
Martes Cerrado
AMBIENTE: MUY BUENO
COMIDA: EXCELENTE
ATENCIí“N: MUY BUENA
IDEAL PARA: IR EN PAREJA/IR CON AMIGOS
