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Miles de fieles llegan a Corrientes para venerar al Gauchito Gil

Una estatua de 9 metros es la novedad en Mercedes, donde miles de devotos del Gauchito Gil se reúnen para participar del aniversario de su fallecimiento.
08/01/2019 - 10:21hs
Miles de fieles llegan a Corrientes para venerar al Gauchito Gil
Cada 8 de enero es una fecha especial para los devotos de Antonio Mamerto Gil Núñez, conocido popularmente como el Gauchito Gil. En esta oportunidad se cumplen 141 años de su fallecimiento y, como es costumbre, ya arribaron a la localidad correntina de Mercedes miles de personas para participar de las actividades en honor al "santo".

El centro de reunión de los peregrinos es el santuario, creado junto al árbol donde fue asesinado el gaucho "milagroso", ubicado a siete kilómetros de Mercedes. Llega gente de todo el país y también de Paraguay, Brasil y Uruguay y Chile, entre otros.

En declaraciones para Télam, el viceintendente de Mercedes, Diego Caram, dijo que "todas las plazas de alojamiento ya fueron ocupadas y no hay más lugar". Y agregó: "Hasta el camping que tiene más de seis hectáreas está saturado".

La municipalidad dispuso que los visitantes ingresen a la ciudad e instalen sus carpas en lugares alternativos como parques y plazas.

En este día especial, además, se inaugurará un monumento de más de 9 metros en honor al Gauchito Gil, ubicado en un sector parquizado del cruce de la ruta nacional 123 y la avenida Pellegrini, en el acceso a la ciudad de Mercedes.

 

Se espera el arribo de cientos de jinetes que se suman en peregrinación provenientes de distintos puntos de la provincia y que son  quienes trasladan año tras año la cruz original desde el Centro de Interpretación a la Iglesia y el santuario.

El "Robin Hood" argentino

Cuenta la leyenda que hace 141 años, un gaucho llamado Antonio Gil cruzó pantanos y peligrosos montes para llegar a su ciudad natal, escapando de sus captores, que lo buscaban por los robos cometidos a los poderosos de esa época. 

El Gauchito Gil fue capturado cuando su recorrido estaba por terminar. 

Era ladrón y embustero, pero también milagroso: Antonio Mamerto Gil Nuñez se reveló al poder de turno y al ejército a finales del siglo XIX para convertirse en una suerte de Robin Hood de la mesopotamia argentina. Se vestía de rojo por su devocion a San Baltasar,  el rey árabe que la mitología católica le reservó el traje de Rey Mago, aunque es el único que no integra el santoral, por ser negro.

Hay varias hipótesis sobre la muerte de Gil, pero la principal dice que el 5 de enero de 1878 celebraba la unción de Baltasar en Concepción y que, pasado de copas, se acostó  con la mujer de un comisario, hasta que lo descubrieron. Tuvo que huir escondido, protegido por la dama, y a las pocas horas se perdió en el monte correntino.

Tardó tres días en llegar a Mercedes, pero cuando faltaban ocho kilómetros para entrar a la ciudad un policía lo capturó, lo colgó de un árbol, cabeza abajo, y lo ejecutó a sangre fría. “Tu hijo está muriendo a causa de una enfermedad; cuando llegues a tu casa rezá por mí y tu hijo se va a salvar, porque hoy vas a estar derramando la sangre de un inocente”, le dijo Gil a su verdugo, minutos antes de morir. Al llegar a su casa, el policía cumplió lo que el Gaucho le había dicho y su hijo sanó. El hombre volvió al lugar del hecho y le agradeció al gaucho, que colgaba muerto y desangrado como un cerdo.

Ese día nació el mito que hoy congrega hasta ese mismo árbol a cientos de miles de personas de todas las provincias de Argentina y de países limítrofes. Llegan en autos, camiones y buses con viajes organizados especialmente, pero también caminando, en bicicleta, a caballo y hasta de rodillas.

Gil se destaca gracias a los camioneros que abrazaron la creencia y la viralizaron por todo el país.