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Qué pasa cuando nos volvemos "demasiado viejos" para ser útiles

Llegar a viejo en algunas tribus implica ir a la muerte segura. En otras comunidades se valora su palabra. Hoy los países discuten sus sistemas de pensión
27/01/2020 - 09:56hs
Qué pasa cuando nos volvemos "demasiado viejos" para ser útiles

Desde la muerte provocada hasta la expectativa por recibir un reconocimiento por el trabajo realizado durante tantos años. Así se plantean las diferencias entre distintas sociedades, comunidades y grupos humanos respecto sobre qué hacer cuando las personas se vuelven viejas, o demasiado viejas.

"Habitualmente mataba a mujeres ancianas. "Habitualmente mataba a mujeres ancianas. Todas ellas murieron, junto al gran río. No solía esperar hasta que estuvieran completamente muertas para enterrarlas. Las mujeres me tenían miedo".

Esto fue lo que describió un hombre aché, una tribu indígena del este de Paraguay, que en una conversación con un grupo de antropólogos señaló que una vez que las abuelas ya no podían ayudar con las tareas de la casa o el cuidado de los niños el paso siguiente era matarlas. Y para ser efectivo se les daba un hachazo en la cabeza.

Con los hombres la situación era distintas. En vez de matarlos se los desterraba. Los mandaban bien lejos de donde vivían ya sin posibilidad de retornar nunca más.

Esta costumbre de América latina era similar a la advertida por los Kualong, una tribu de Papúa Nueva Guinea. Cuando el esposo de una mujer moría el deber de su hijo era estrangularla.

El suicidio era el camino por el que debían conducirse los chukchi, una tribu del Artico. La promesa era que serían compensados en el más allá.

Otras tribus son muy distintas. En vez de desentenderse de los viejos, los jóvenes se manejaban según lo que ellos recomendaban.

Se las llama gerontocracias donde la devoción a la ancianidad era tal que aquellos viejos sin dietos podían alimentarse luego de que los adultos masticaran la comida que ellos no podían morder. El objetivo era seguir activo hasta que el cuerpo dejara de responder, según un artículo de BBC Mundo.

En los países, en tanto, la expectativa actual es recibir una pensión una vez que se cumplieron determinados años de trabajo y se alcanzó determinada edad.

Las pensiones tienen origen militar. Eran el pago que recibían por su tarea los soldados de la antigua Roma. En el siglo XIX fue más allá del ámbito militar y la primera pensión estatal universal surgió en Alemania en 1890 , gracias a los esfuerzos del canciller alemán, Otto von Bismarck.

Sin embargo, el apoyo adecuado a las personas mayores está lejos de ser global.

Cerca de un tercio de las personas mayores del mundo no tienen pensión y, para muchos que sí reciben algo de dinero, la pensión no es suficiente como para vivir.

En la actualidad, cumplir con esta expectativa se ha convertido en un desafío.

Y, durante años, expertos en políticas económicas han advertido sobre una crisis en ciernes del sistema de pensiones.

Para la OCDE el problema es demográfico. Las mujeres, que suelen jubilarse en torno a los 65 años, tenían unos 15 años para disfrutar de su pensión. Hoy pueden hacerlo durante 5 años más debido a la extensión de la expectativa de vida.

Por otra parte, la familia promedio se ha reducido de 2,7 niños a 1,7. Es decir, la reserva de futuros trabajadores se está agotando.

Para el sistema de pensiones esto es grave. Habrá muchos más jubilados que mantener y muchos menos trabajadores que pagarán impuestos para mantenerlos.

En la década de 1960, el mundo tenía casi 12 trabajadores por cada persona mayor. Hoy, son menos de ocho, y para 2050, serán solo cuatro.

Tanto los sistemas de pensiones estatales y privados ahora parecen caros.

Los empleadores han estado luchando para que sus contribuciones sean menos generosas.

Hace 40 años, la mayoría de los trabajadores estadounidenses estaban en los llamados planes de "beneficios definidos", que especifican lo que recibirán cuando se jubilen. Ahora, hay menos de uno cada 10.

La nueva norma, los esquemas de "contribución definida", especifican qué pagará tu empleador a tu fondo de pensión más que qué monto de dinero recibirás en el futuro.

Es por eso que los gobiernos de todo el mundo están tratando de persuadir a la gente para que ahorre más para su vejez.

Los economistas del comportamiento han presentado algunas soluciones, como inscribir automáticamente a las personas en planes de pensiones en el lugar de trabajo y programar más ahorros de futuros aumentos salariales.

Pero esto no resuelve el problema demográfico fundamental.

Ninguna cantidad de ahorro cambia el hecho de que siempre necesitaremos trabajadores actuales para generar la riqueza necesaria para apoyar a los jubilados actuales, ya sea mediante el pago de impuestos, el alquiler de propiedades de jubilados o el trabajo para empresas en las que los fondos de pensiones son los principales accionistas.

Algunos piensan que necesitaremos un cambio más radical en nuestras actitudes hacia la vejez. Se habla "jubilar" por ejemplo a la jubilación.

Quizás, como nuestros antepasados, se esperará que trabajemos mientras podamos.

Hay dos países en América Latina que están debatiendo en sus parlamentos sendas reformas de sus sistemas de pensiones: Brasil y Chile.

Ambos son ejemplos de dos modelos bien distintos: mientras en Brasil las pensiones se financian con dinero del Estado (el clásico sistema de reparto), en Chile cada trabajador ahorra individualmente para financiar su propia jubilación (aunque en 2008 se agregaron pensiones mínimas para los sectores más vulnerables).

Siendo uno de los proyectos más emblemáticos del presidente Jair Bolsonaro, la Cámara Baja de Brasil aprobó este mes la propuesta de elevar la edad de jubilación , aunque la entrada en vigor de la medida depende aún de su votación en el Senado.

Las estimaciones apuntan a un ahorro superior a los u$s200.000 millones para las arcas públicas en la próxima década.