Día del hombre: por qué se dice que hoy es una fecha dedicada a la masculinidad
El "día del hombre" se celebra en dos fechas del año. Siguiendo la tradición católica, la iglesia celebra en el calendario el día 19 de marzo, teniendo en cuenta que este día es el de San José, esposo de María y padre de Jesús.
Pero a nivel internacional el Día Internacional del Hombre se celebra el 19 de noviembre cada año. Fue Thomas Oaster, profesor de la Universidad de Missouri-Kansas el que estableció el Día Internacional del Hombre en 1992. Aunque no se popularizó hasta 1999, año en que empezó a ser observado a nivel mundial.
Las dos fechas son la oportunidad para promover modelos masculinos positivos y más normalizados, celebrar las contribuciones del hombre a la sociedad, a la familia, al cuidado de los hijos y del medioambiente, hacer hincapié en la salud y el bienestar de los hombres, tanto física como en los planos espiritual y emocional, poner de relieve la discriminación contra los hombres en las actitudes y expectativas sociales, mejorar las relaciones de género y promover la igualdad de género, y crear un mundo más seguro y mejor donde los hombres puedan alcanzar su potencial pleno.

En redes, lluvia de memes
Esta fecha generó la reacción de las redes sociales, que lo colocaron como una de las tendencias del día.
Mañana es el día más ignorado, el día del hombre #NadieLee pic.twitter.com/K7JnK0CvXw
— Jhonny Hernández T. (@jhonnyht80) March 19, 2021
Parece chiste pero es anécdota... #DiaDelHombre pic.twitter.com/YHCphQj3Bh
— Locutor Pirata ????????️ (@chelocu19) November 20, 2020
Ya listo para recibir mañana esa cantidad de regalos de #diadelhombre pic.twitter.com/9mW2n0NCzR
— ElLlanoesLindo (@wingonzalez) March 18, 2021
En mi oficina estaban Disque pidiendo plata para celebrar el día del hombre pic.twitter.com/CB9CDRKDJ0
— Audrey Horne. (@avrilgoo) March 18, 2021
La historia de San José
"José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt. 1, 20-21), dijo el ángel en sueños a San José, justo varón.
San José es conocido como el "Santo del silencio" porque no se conoce palabra pronunciada por él, sin embargo sí conocemos sus obras, su fe y amor, los que influenciaron en Jesús y en su santo matrimonio, consignó la Agencia Católica de Informaciones (ACI).
Dice una hermosa tradición popular que doce jóvenes pretendían casarse con María y que cada uno llevaba un bastón de madera muy seca en la mano. De pronto, cuando la Virgen debía escoger entre todos ellos, el bastón de José milagrosamente floreció. Los ojos de María, entonces, se fijaron en él. Por eso se le representa con un bastón o vara florecida en las manos.
Junto a Santa María, San José sufrió las vicisitudes que rodearon el nacimiento del Mesías, en especial que no los quisieran recibir en Belén la noche en que su amada esposa dio a luz. El Hijo de Dios, que fue encomendado a sus cuidados, tuvo que nacer en un establo y, a los pocos días, ser llevado fuera del país, rumbo a Egipto. Nada parecía seguro en la forma como su Hijo llegaba al mundo, todo lo contrario: José tuvo que encabezar la huida de la familia, como si hubiese cometido una falta o un delito, cuando lo único que quería era poner a Jesús a buen recaudo, lejos de la mano asesina de Herodes. Y con toda esa inseguridad, el buen José obedeció a Dios en todo y confió enteramente en la Providencia.
Como era un carpintero, no pudo darle lujo alguno a Jesús y, por el contrario, tuvo que hacerlo convivir con la pobreza. Sin embargo, el tiempo que le dedicó para atenderlo y enseñarle su profesión fueron más que suficientes para que el Señor conociera el cariño y la guía de un padre. Nada se guardó para sí, y todo lo dejó por Él. José supo comprender a su Hijo cuando su misión lo apremiaba, como aquella vez que se extravió y lo encontró enseñando en el templo. Hasta en eso José fue desprendido y generoso.
Los mejores años de su vida los pasó en contacto directo con Dios, ¡conviviendo bajo el mismo techo! ¡Cuántas veces su mirada debe haberse cruzado con la de Jesús! ¡Cuántas veces debe haberse quedado contemplando la grandeza de Dios en ese Jesús niño o adolescente mientras se iba haciendo hombre! ¡Cuántas veces deben haber hablado y compartido experiencias! Y es que Dios, en su humildad infinita, se dejó educar mansamente por José, mientras Él, Jesús, educaba a su propio padre en la tierra con sus palabras y sus gestos..
La Iglesia católica lo tiene como Santo Patrono y protector desde siempre, pero esa misión no fue explicitada oficialmente hasta que el Papa Pío IX lo estableció así en 1847. Ya Santa Teresa de Ávila había profundizado y difundido la devoción a San José a consecuencia del milagro de su recuperación, obtenida por intercesión del Santo. Teresa solía decir: "Otros santos parece que tienen especial poder para solucionar ciertos problemas. Pero a San José le ha concedido Dios un gran poder para ayudar en todo".
Hacia el final de su vida, Santa Teresa terminó escribiendo: "durante 40 años, cada año en la fiesta de San José le he pedido alguna gracia o favor especial, y no me ha fallado ni una sola vez. Yo les digo a los que me escuchan que hagan el ensayo de rezar con fe a este gran santo, y verán que grandes frutos van a conseguir".