La pizza, ese irresistible manjar que conquistó paladares en todo el mundo, dejó atrás su sombra de indulgencia ocasional para revelar un sorprendente beneficio respaldado por la ciencia. La investigación más reciente publicada en la prestigiosa revista Nutrients arrojó luz sobre un aspecto inesperado de esta delicia culinaria: su impacto positivo en las personas que padecen artritis reumatoide, una afección caracterizada por la inflamación y el dolor en las articulaciones.

Atrás quedaron los días en que se etiquetaba a la pizza como una elección culinaria poco saludable. Si bien las variantes de comida rápida, cargadas de carnes procesadas, salsas calóricas y quesos de dudosa calidad, no dejaron una imagen favorable, la pizza tradicional italiana, con sus ingredientes frescos y genuinos de la cocina mediterránea, emergió como una fuente potencial de nutrientes esenciales para el bienestar humano.

La nueva investigación, un esfuerzo colaborativo entre científicos de varias localidades italianas y de Providence, Rhode Island, hogar de una floreciente comunidad italoamericana, marca un hito en la exploración de las propiedades terapéuticas de la pizza para aquellos que sufren artritis reumatoide.

Este trastorno autoinmune, reconocido por su impacto en las articulaciones a través de dolor, hinchazón y limitación de movimientos, ha encontrado en la pizza un inesperado aliado.

El estudio, basado en una muestra de 365 italianos de edades comprendidas entre los 18 y 65 años, todos diagnosticados con artritis reumatoide, aprovechó datos recopilados previamente sobre sus hábitos dietéticos.

Los resultados destacaron que aquellos individuos que consumían al menos media pizza una vez por semana experimentaron una notoria reducción en sus síntomas de artritis en comparación con quienes solo consumían pizza dos veces al mes o incluso menos.

Quienes consumían al menos media pizza una vez por semana experimentaron una reducción en sus síntomas de artritis 

Un aspecto intrigante que arroja luz sobre la investigación es que, contrariamente a las expectativas, aquellos que padecían artritis reumatoide en sus formas más graves también obtuvieron mejoras al incrementar su consumo de pizza.

Sin embargo, vale destacar que no cualquier pizza sirve para aprovechar estos efectos benéficos. La verdadera clave reside en la auténtica pizza italiana, preparada con ingredientes frescos en línea con la dieta mediterránea. La combinación de vegetales frescos, aceite de oliva virgen extra, tomate, aceitunas y queso mozzarella es esencial para desencadenar estos efectos positivos.

"Los efectos favorables detectados pueden atribuirse, en gran medida, al queso mozzarella y en menor medida al aceite de oliva", destacaron los autores del estudio en su informe, aunque señalaron que no pudieron evaluar completamente la posible contribución de la salsa de tomate en estos beneficios. Cabe mencionar que la intolerancia a la lactosa no fue contemplada en el estudio, lo que podría ser considerado como una limitación.

La pizza de calidad, con sus carbohidratos complejos, el licopeno, antioxidantes y vitamina C del tomate fresco, la proteína animal y el calcio del queso de calidad, los ácidos grasos saludables provenientes del aceite de oliva, así como las vitaminas D de los champiñones y las vitaminas A, B y E de las aceitunas, se presenta como una amalgama de nutrientes esenciales para el cuerpo. E incluso las guarniciones tienen su propio papel beneficioso: la rúcula, por ejemplo, contribuye al cuidado de la vista, mientras que el orégano se erige como un aliado digestivo y antibacteriano.

Además de los beneficios físicos, se ha establecido que el acto de consumir pizza también tiene repercusiones psicológicas positivas, brindando una sensación de consuelo y satisfacción. Como lo enfatiza el psicólogo estadounidense Dan Ariely, este plato emblemático puede incluso influir en la mejora de la productividad en entornos laborales.